El peronismo ensaya su primer hecho político en la era Javier Milei

El peronismo ensaya su primer hecho político en la era Javier Milei

Con el paro del 24, la dirigencia busca dar "la mejor respuesta organizada" a la narrativa de triunfo que prepara el Gobierno. Todos a la calle, contra el sentimiento de orfandad de la militancia.

Por Gabriela Pepe

Todavía en proceso de debate interno después de la derrota, el peronismo intentará generar con el paro general del miércoles 24 un hecho político potente que le devuelva centralidad al movimiento en la oposición mientras avizora una derrota en el ámbito legislativo, donde cree que Javier Milei conseguirá aprobar su proyecto de ley ómnibus con ayuda de espacio más dialoguistas.

 

“La marcha va a ser la respuesta más organizada de todas las que se puedan generar. Va a ser una buena excusa para ejercitar un poco la aparición pública de la oposición”, le dice a Letra P un hombre fuerte del conurbano bonaerense que participa de la cocina de la movilización, que será masiva, según la organización. A la convocatoria inicial de la CGT, la CTA y la CTA Autónoma se sumarán los movimientos sociales, los intendentes de la provincia de Buenos Aires y La Cámpora, cuya presencia estuvo en duda hasta último momento.

A excepción de la agrupación que conduce Máximo Kirchner, que no envió representantes, todas las patas de Unión por la Patria (UP) se dieron cita este jueves en la casa de la provincia de Buenos Aires, ubicada a dos cuadras del Congreso Nacional. El gobernador Axel Kicillof ofició como anfitrión en la reunión que impulsó la cúpula de la CGT con gobernadores, los representantes de UP en Diputados y el Senado y el resto de la dirigencia.

 

 

El encuentro no solo tuvo como objetivo la coordinación del peronismo de la logística para la asistencia a la marcha del 24, sino también la definición de los movimientos en el Congreso, frente al debate de la llamada ley ómnibus y el tratamiento del polémico decreto de necesidad y urgencia 70/23.

Como contó Letra P, la CGT ganó centralidad en la articulación de las acciones de la oposición en el Congreso y extendió el diálogo por fuera de los límites de UP, con dirigentes del bloque Hacemos Coalición Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto, el sector del radicalismo representado por Facundo Manes y hasta la izquierda.

Sin embargo, en UP creen que será difícil alzarse con una victoria en el ámbito legislativo. Este jueves, el Gobierno comenzó a encauzar la conversación con la oposición dialoguista tras ceder y hacer concesiones. Mantener la indexación jubilatoria, no aplicar retenciones a las economías regionales y sacar a YPF de la lista de empresas a privatizar son algunos de los cambios prometidos sobre el texto del proyecto Ley ómnibus. Las presencias en el Congreso del ministro de Interior Guillermo Francos y del asesor Santiago Caputo, muy cercano al Presidente, fueron clave para destrabar la negociación.

“No va a ser un escenario favorable para nosotros. No nos van a dar lo números y el Gobierno va a armar una narrativa de triunfo”, dicen en el peronismo. Aunque también señalan que UP logró encaminar la situación en el Senado, cuando estaba todo dado para que el oficialismo consiguiera aprobar la boleta única de papel, que finalmente se trabó. “Hay que esperar”, apuntan.

Por eso, la presencia de todos los actores del espacio, este jueves en Callao al 200, buscó mostrar unidad de acción y tuvo como objetivo consolidar la posición de los bloques frente a la política de negociación del Gobierno y mostrar que, pese a la derrota, el peronismo tiene músculo para responder. “El ojo del amo engorda el ganado”, le dijo a Letra P un gobernador que alentó el armado del encuentro.

Aunque en el bloque de UP aseguran que hay unidad para enfrentar al Gobierno, está claro que la posición de los gobernadores no es homogénea. Mientras Kicillof y Ricardo Quintela se muestran a la cabeza de la oposición, con una postura más dura, Melella, el pampeano Sergio Ziliotto y el formoseño Gildo Insfrán respaldan con un perfil más bajo, mientras que el tucumano Osvaldo Jaldo y el catamarqueño Raúl Jalil parecen haber llegado a un mejor entendimiento con la Casa Rosada y se mantienen un paso atrás.

En silencio está, también, el santiagueño Gerardo Zamora, que no participó este jueves de la reunión ni siquiera de forma virtual. Tampoco lo hicieron Jaldo ni Insfrán, aunque en su representación estuvo el jefe del bloque peronista en el Senado, José Mayans. “Algunos están dispuestos a ser gentiles. Preferirían no tener que oponerse”, dice un referente del peronismo que pasó en los últimos días por el bloque de Diputados para conversar sobre el DNU.

En ese escenario, el peronismo encontrará el 24 el primer ensayo de articulación post derrota. Un desafío para los propios y también una señal para el electorado propio, que reclama acciones. “Tenemos que hacer algo para responder a ese sentimiento de orfandad que tienen nuestro votantes”, apunta un hombre del gabinete de Kicillof.

Con mayor cautela y fuera del radar se mueven Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa. La expresidenta está instalada en Santa Cruz y desde allí sugiere a los suyos no ponerse a la cabeza de los reclamos contra Milei y dejar que la sociedad avance en su proceso de desencanto.

En esa línea se mantuvo La Cámpora, que recién este jueves confirmó su presencia en la marcha del 24 junto a la CGT. “La Patria no se vende. Se defiende”, dice el posteo con el que la agrupación convocó a la marcha en redes sociales. Cerca de Kirchner le dijeron a Letra P que su asistencia “nunca” estuvo en duda. Sin embargo, pocas horas antes, los intendentes de la provincia de Buenos Aires no tenían la misma certeza.

Diferente es la posición de Kicillof. Pese a su cercanía con Cristina, se puso al frente de la convocatoria y fue el encargado de comunicar el resultado de la reunión una vez finalizada. “Axel tiene responsabilidad de gestión y tiene que contar los problemas que surgen todos los días. No puede quedarse callado”, apuntó ante este portal un integrante del gabinete bonaerense. Por peso específico de la provincia y por decisión propia, Kicillof ganó protagonismo y se posicionó como referente en la interna peronista.

En tanto, Massa se mantuvo en silencio y evitó que los suyos subieran demasiado el perfil contra Milei. “Estamos en cuarteles de invierno”, le dijo a Letra P un massista de la primera hora. El Frente Renovador no envió representantes al encuentro de este jueves en la casa de la provincia de Buenos Aires.

Comentá la nota