Juntos por el Cambio: internas al rojo vivo

Juntos por el Cambio: internas al rojo vivo

A días de las PASO, la alianza opositora está inmersa en un mar de cruces y contrapuntos entre sus referentes nacionales. La disputa también se traslada a los territorios, donde varios de ellos anticipan un clima beligerante. El desafío es retener el voto luego de decretarse ganadores y perdedores.

En la superestructura, los dos precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, sacan a relucir sus diferencias y se arrojan dardos cada vez más envenenados.

Temas como la Seguridad, la salida del cepo cambiario o el diálogo -o no- con la oposición, además de la ampliación de la alianza opositora, han sido elementos de confrontación entre los referentes de los halcones y las palomas.

Diferente es la relación entre los postulante provinciales de ambos espacios. El larretista Diego Santilli y el bullrichista Néstor Grindetti no se han tirado más que balas de salva, manteniendo un respeto casi ejemplar.

Sin embargo, en los territorios se viven situaciones de tirantez, que siembran de nubarrones el post-PASO, cuando ganadores y perdedores deban integrar las listas de candidatos de cara a las generales.

Será en ese momento cuando, eventualmente, puedan manifestarse los rencores y desencuentros que mantuvieron los sectores en pugna, justo cuando la lucha ya no será entre hermanos sino “con los de afuera”.

Los sucesivos cónclaves que mantuvieron los intendentes del PRO con los referentes nacionales y provinciales buscaron evitar lo que, en algunos casos, podría poner en riesgo hasta la continuidad misma del espacio en el poder municipal.

Hasta el hartazgo pidieron dos cosas: evitar internas allí donde gobierna un amarillo y poder ir “colgados” de las boletas de ambos binomios provinciales. Nada consiguieron, no fueron escuchados, especialmente por la exministra de Seguridad, que se negó a ambas pretensiones.

“Después de las PASO tendremos que estar todos Juntos, esperemos que así lo entiendan todos y que los ganadores puedan retener el voto de los que perdieron”, aseguró un alcalde PRO del interior provincial.

Las asperezas también rozan a los jefes comunales y los precandidatos del radicalismo. Los boina blanca se dividieron entre aquellos que abrevan en el oficialismo provincial, representado por Maximiliano Abad (cerró acuerdo con Bullrich y Grindetti, que incluyó su postulación a primer senador nacional y la vicegobernación para Miguel Fernández), y quienes adhieren a la propuesta de Santilli y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, su compañero de fórmula.

Los alcaldes amarillos jugaron una última ficha a sus socios en la alianza opositora. “Si Abad cierra con Bullrich, los intendentes radicales van a pedir que no le abran interna”, especularon. Pero tampoco tuvieron suerte.

Los intendentes radicales tendrá, al fin y al cabo, listas en sus distritos. No solo de los rivales, sino de los mismos referentes máximos del PRO a los que llevarán como cabezas visibles en sus boletas.

La ruleta gira también en sentido inverso: muchos intendentes del PRO tendrán que ir a una primaria contra postulantes radicales, con antecedentes de relaciones poco amistosas como las que vienen manteniendo, por ejemplo, el mandamás de 9 de Julio, Mariano Barroso (no irá por la reelección) con el concejal radical Ignacio “Nacho” Palacios, crítico de la gestión del alcalde.

La capital, territorio caliente

El intendente de La Plata, Julio Garro, fue uno de los que más luchó por evitar internas en Juntos por el Cambio y por inscribir su nombre en las boletas de halcones y palomas.

Sin embargo, su adhesión al proyecto de Larreta y Santilli hizo que Bullrich impulse postulantes propios para discutirle el liderazgo en la capital provincial. Aunque el mandamás platense mantuvo y mantiene un buen diálogo con la exministra, no pudo evitar la interna.

No hace falta más que recorrer las calles platense para ver cómo los militantes del oficialismo se sacan chispas con los bullrichistas, que postulan al senador provincial Juan Pablo Allan para el Ejecutivo comunal.

El legislador bonaerense le ganó la pulseada a otros pretendientes a llevar su nombre como rival de Garro, como el diputado provincial Daniel Lipovetzky o el bullrichista Mauro Palummo, Secretario de Proyectos Especiales de la Municipalidad.

Éste último encabeza una “movida” para promover el corte de boleta en favor del intendente, apoyando a Bullrich y Grindetti a nivel nacional y provincial.

Días atrás, desde el bullrichismo acusaron al municipio PRO de no abonar los sueldos a reconocidos referentes de los halcones. “Yo esto lo tomo como una discriminación, una práctica de la vieja política muy vinculada a los barones del conurbano", aseguró Allan ante las versiones, desmentidas desde el oficialismo comunal.

Máxima tensión en la Cuarta

Alineado con el precandidato a jefe de Gobierno porteño y exintendente de Vicente López, Jorge Macri, el intendente de Junín es otro que buscó la doble boleta hasta último momento.

Pablo Petrecca no tendrá más remedio que ir a la interna de Juntos por el Cambio solo con la papeleta del larretismo, en un municipio que se ve sacudido por la virulencia de la campaña.

Es que enfrente, y para impedir su reelección, estará un viejo conocido del jefe comunal. Tanto que hasta no hace mucho tiempo fue su secretario de Seguridad.

Con la boleta del larretismo, el intendente Pablo Petrecca va por la reelección en Junín.

"La gente está harta de los políticos y hay un desgaste en la gestión que yo lo percibo en los barrios cuando ando caminando”, aseguró el postulante de los halcones en uno de sus dardos a la gestión petrequista.

Las críticas más feroces de Chami están referidas a su especialidad, la Seguridad. Como cuando aseguró: "Falta que quienes tienen que ocuparse lo hagan, antes de que lamentemos algo grave”. Y redobló el ataque: “Le pido al intendente que preste atención y se ocupe de la seguridad, no solo que haga fotos y marketing".

Menos explosivo, Petrecca deslizó algunas críticas hacia su contrincante, sin alcanzar el nivel de belicosidad del bullrichismo.

En una de las pocas ocasiones en que pasó a la ofensiva, el jefe comunal de Juntos por el Cambio sostuvo que “la comunidad no va a perder, por una aventura personal, ocho años de trabajo”.

¿Justo acá?

El intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, es otro de los intendentes del PRO que se anotaron para ir por otro mandato. Lo hace con la boleta que encabezan Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.

“Soy santillista de la primera hora”, suele bromear el jefe comunal amarillo, quien tendrá que afrontar una interna con el radical Marcelo Spina, apoyado por el presidente del Comité Provincia de la UCR y precandidato a senador nacional por los halcones de Patricia Bullrich, Maximiliano Abad.

Pero también tendrá, como tercero en discordia, al exsenador provincial Dalton Jáuregui, un ritondista que disputará el poder territorial con Galli, de quien fue jefe de Gabinete en su primer mandato.

Cuando aún se esperanzaban los intendentes con evitar la competencia donde gobiernan, el exministro de Seguridad de María Eugenia Vidal viajó a ese distrito para inaugurar un local de su sector.

La respuesta del alcalde amarilla fue, según refieren, de disgusto. “Soy el único intendente del PRO en la Séptima, y vienen a romper las pelotas acá. ¿Por qué no van a otro distrito?”, cuentan que bramó el olavarriense.

El tiempo confirmó la postulación de Jáuregui por el ritondismo-bullrichismo, luego de la decisión del diputado nacional de volcar el apoyo de su sector a la exministra de Seguridad del Macrismo.

El exlegislador bonaerense no deja pasar la oportunidad para calentar la interna con críticas a la gestión municipal, asegurando días atrás que “el intendente se encerró y dejó de escuchar a los vecinos”.

Como perro y gato

Las relaciones entre el intendente de 9 de Julio, Mariano Barroso (PRO) y sus socios del radicalismo están rotas casi desde el inicio mismo de la alianza. Y no han podido recomponerse hasta hoy.

Desde las filas boina blanca aseguran que en 2015, tiempos en que se conformó Cambiemos, lo que hubo fue un acuerdo electoral que no se vio reflejado en el Ejecutivo.

De hecho, la UCR señaló, por activa y por pasiva, que nunca participaron del gobierno comunal, incluso conformando un bloque propio en el Concejo Deliberante.

La victoria del radicalismo en las primarias de 2021 dejó al alcalde amarillo tocado en su línea de flotación, y envalentonó a los del centenario partido.

A la cabeza de la resurrección radical estuvo quien hoy enfrenta a Barroso en las primarias por el larretismo, el concejal Ignacio “Nacho” Palacios, ganador de la interna de hace dos años y crítico consuetudinario de la gestión comunal.

Enrolado en Evolución, sector del partido que conduce a nivel nacional el senador Martín Lousteau, no se ha cansado de lanzar dardos hacia la gestión de Barroso, alineado con Patricia Bullrich, con dos ítems preferidos: el supuesto abandono de las localidades nuevejulienses y la situación del hospital local.

Desde el oficialismo denuncian la campaña de desgaste que estaría implementando la UCR y aseguran que nada de lo denunciado es cierto, atribuyendo dicha actitud a una especulación por parte del dirigente boina blanca.

En este distrito de la Cuarta Sección, Barroso no buscará otro mandato y la postulante para retener la intendencia es María José Gentile, actual jefa de Gabinete comunal.

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