Intrigas, malestar y operaciones cruzadas en Juntos por el Cambio por una movida de los “halcones”

Intrigas, malestar y operaciones cruzadas en Juntos por el Cambio por una movida de los “halcones”

La propuesta en el PRO de no votar el acuerdo con el FMI si subían las retenciones frustró una reunión de JxC y elevó la temperatura interna. Presión de la UCR y de la Coalición Cívica para votar sin interferencias en el Senado

“El PRO es un partido. Que lo hagan y se saquen el gusto de votar en contra del acuerdo y vayamos al default. Es lo que siempre quisieron. Es hora de que lo hagan”. Así se quejó un alto dirigente de la UCR cuando se enteró de que los “halcones” iban a proponer en un Zoom de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio que amenazaran al Gobierno con no votar en el Senado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) si aumentaban las retenciones al campo.

La frase graficó el clima interno en la coalición opositora, que mantiene una frágil tregua entre los duros y los moderados. El líder del radicalismo, Gerardo Morales, se enteró de la jugada de los “halcones” del PRO mediante una nota de Infobae. Lo mismo le pasó a su par de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro. Ambos, enrolados en el sector de las “palomas” como Horacio Rodríguez Larreta, quien tomó distancia de la propuesta “extrema” cuando la titular del PRO, Patricia Bullrich, lo planteó en un Zoom de la conducción nacional del partido que se hizo el lunes por la mañana y en donde se analizaron las versiones que circularon el domingo sobre el aumento de las retenciones.

El malestar interno hizo que se postergara la reunión virtual de la Mesa Nacional de JxC, que estaba prevista para el lunes por la tarde. El radical Alfredo Cornejo, jefe del interbloque en el Senado, aún no había aterrizado en Ezeiza desde Estados Unidos, adonde viajó, junto con otros políticos y empresarios, invitado por la Cámara de Comercio de EEUU en Argentina (AmCham) y el Centro de Estudios Americanos (CEA). Su ausencia no era menor: es uno de los radicales de posiciones más duras contra el Gobierno y buen diálogo con los “halcones” del PRO, pero mantiene su autonomía.

Morales, desde Abu Dhabi, en medio de la misión comercial en Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita con otros gobernadores y el canciller Santiago Cafiero, también mantenía contacto con referentes del oficialismo que le aseguraron que no iba a producirse un aumento generalizado de las retenciones. El mismo mensaje daba Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, a los jefes de los bloques de JxC. El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, era el principal operador de una medida limitada en materia de retenciones que no resintiera aún más la relación con el campo.

Ese lunes por la tarde, al exponer ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que “no hay ningún compromiso en el contexto del programa asumido con el FMI sobre impuestos o retenciones” al contestarle a senadores de JxC.

En la Cámara de Diputados, los asesores de la UCR dictaminaron que el Gobierno debía enviar un proyecto de ley para aumentar las retenciones, pero concluyeron en que tiene facultades legales para disponer un alza del 31% al 33% en los derivados de la soja. A última hora de la tarde, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, aclaró lo que estaba esperando, además del campo, el sector moderado de Juntos por el Cambio: “Ninguna de las medidas que estamos analizando es la suba de las retenciones al maíz, soja y el trigo”, sostuvo. Sí, en cambio, podrían suspenderse las exportaciones de harina y aceite de soja, aunque el ministro Domínguez, en conferencia de prensa, justificó la decisión oficial y advirtió: “No va a haber cierre de exportaciones y no va haber aumento de retenciones”.

El Gobierno efectuará este viernes los anuncios sobre retenciones como parte de un paquete para combatir la inflación (la famosa “guerra” anticipada por Alberto Fernández), mientras las entidades del campo se preparan para resistir. ¿Juntos por el Cambio no hará nada? “Los presidentes de los bloques están coordinando una estrategia”, señalaron en la Coalición Cívica. En el radicalismo siguen bramando contra los “halcones”: “La UCR está oponiéndose al aumento de las retenciones -dijeron a Infobae-. Se lo advertimos a Guzmán en el Senado. En el PRO no están todos alineados. (Alfredo) De Angeli dijo que se oponía (a tocar las retenciones), pero va a votar el acuerdo con el Fondo”.

Ni la UCR ni la Coalición Cívica quisieron poner en peligro la sanción del acuerdo con el FMI, una decisión en la que se comprometieron para evitar el default. El PRO tenía el mismo objetivo, aunque batalló para que sólo apoyaran el financiamiento y no el programa económico del Gobierno, postura que finalmente hizo suya toda la coalición. Pero en los partidos liderados por Morales y Ferraro, además, se enojaron por el anticipo de la propuesta de los “halcones” y desactivaron la reunión de la Mesa Nacional de JxC motorizada por Bullrich, que no se hizo ni el lunes ni el martes.

La excusa para no realizar el encuentro fue que el Gobierno cedió y no avanzaría con un aumento generalizado de las retenciones. En la intimidad, en la UCR quedaron aliviados con la fórmula oficial sobre el tema porque les parece una medida moderada: “Es volver a la alícuota anterior. Dijeron que no tocan nada del resto. Mauricio (Macri) hizo lo mismo”, confió a Infobae un referente radical.

Ahora, todo Juntos por el Cambio se encolumnó sin interferencias detrás de la aprobación del proyecto sobre el financiamiento del acuerdo con el FMI. “Primero tenemos que sacar esta ley. Después nos sentaremos a hablar sobre lo que pasó. La agenda de la oposición no pueden fijarla sólo algunos. Acá no hay nadie con más poder que otro”, se quejó un jefe opositor.

Este round lo ganaron las “palomas”, pero los “halcones” no se detendrán. Lo que viene pondrá a prueba nuevamente a Juntos por el Cambio: tras el acuerdo con el FMI, según temen, podría formalizarse la ruptura entre el Presidente y la Vicepresidenta. Y sus efectos no dejarán indemne a nadie en el espectro opositor. Lamentablemente, tampoco a los ciudadanos comunes.

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