Incertidumbre, el voto del G6 y el nuevo rol de contralor democrático del círculo rojo

Incertidumbre, el voto del G6 y el nuevo rol de contralor democrático del círculo rojo

Los empresarios que colmaron la Bolsa de Comercio admitieron que hubo un freno de las inversiones ante el escenario incierto de las elecciones. Se multiplicaron las reuniones con Milei, pero se imaginan como contrapoder a las “inestabilidades emocionales” del libertario.

Ariel Maciel

“Mirá que yo soy liberal, pero lo que viene me preocupa”. La frase, que pronunció uno de los máximos referentes del círculo rojo que en la noche del martes se reunió en los Premios Fortuna, resonó y se hizo eco entre los empresarios, quienes admitieron que la incertidumbre ya gobierna en las decisiones de negocios y que esa sensación “es peor que la certeza de tener un mal futuro”. Sucede que Javier Milei nació del riñón del establishment local, pero hoy se convirtió en un proyecto sin garantías de una continuidad ordenada en un eventual gobierno libertario.

La gran mayoría de los asistentes al evento organizado por Editorial PERFIL estuvo compuesta por representantes de las empresas más poderosas del país. A medida que se iba colmando el salón de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, se calentaba el ambiente con análisis sobre el futuro electoral del país, que logró contrastar el ambiente de felicidad por la entrega de los Premios Fortuna con la “preocupación” que se instaló, luego de los resultados de las elecciones primarias. “La gente está castigando. Lo que habrá que ver es si se sostiene en el futuro”, se animó a señalar uno de los empresarios galardonados en la noche porteña.

Todo fue off the record, porque los empresarios comenzaron a intentar digerir la idea de tener a Milei presidente. “Ojalá le vaya bien. Estaremos para ayudarlo. Espero que se deje ayudar”, aseguró uno de los presentes. Desde las PASO hasta ayer hubo, al menos, tres reuniones cara a cara del candidato libertario con algunos puñados de ejecutivos de primera línea. Allí, “se mostró mucho más tranquilo, tratando de mostrar solidez en sus planteos económicos”, según lo describió un hombre del círculo rojo que ya pasó por tres encuentros exclusivos. Pero lo que sucede afuera de esos ámbitos es lo que genera escozor entre los empresarios: “Tiene una inestabilidad emocional peligrosa”.

De cuna empresaria a los pasillos de una libertad que mete miedo

Los empresarios llaman al jefe de la Corporación América, Eduardo Eurnekian, “el creador de la bestia”. Pero ya son varios los integrantes de la elite económica que admiten haber estado junto al candidato más votado en las elecciones primarias, para conocer de cerca su plan. “Va a ganar, porque a medida que pasan los días, tiene más adeptos. Parece un cambio de época imposible de frenar, y habrá que ver si es favorable para hacer negocios en libertad”, admitió otro de los presentes. A excepción de Juan Nápoli, presidente de Banco de Valores y candidato a senador de LLA por Buenos Aires, nadie confesó haber votado al “León”. Sin embargo, nadie niega sus “altas probabilidades” de ganar un balotaje.

La incertidumbre paralizó a las inversiones, a pesar de que los cálculos de la generación de riquezas son más que optimistas. “En 2024 sobrarán los dólares, sin la necesidad de pagar la energía e, incluso, exportando; con un campo que tendrá producción récord y, mucho más, luego de las lluvias benditas del fin de semana; y la explosión de los minerales, con el litio a la cabeza; entre otros drivers positivos. Habrá exportaciones por encima de los USD25.000 millones. Pero el clima de negocios es todo y hoy ya sufre de la incertidumbre electoral”, sentenció uno de los integrantes del establishment.

En la noche porteña de la Bolsa de Comercio, se pudo ver al dueño de la casa Adelmo Gabbi; a la familia Grobocopatel; al mencionado Eurnekian; a los ejecutivos de las poderosas empresas industriales argentinas Techint y Ledesma; al supermercadista Federico Braun; y al laboratorista Marcelo Figueiras. Pero hubo un empresario que sobresalió, a pesar de haber sido poco requerido, ya sea por su bajo perfil, como también por su recortada estadía, ya que debió partir temprano del evento: el dueño de la cadena Chango Más, Francisco De Narváez. Para muchos se trató del primer outsider de la política, que supo darle un cachetazo al peronismo cuando le ganó en 2009 las elecciones legislativas al expresidente Néstor Kirchner, con el humor de “alica, alicate” de su lado. Nadie olvida, tampoco, que ese sueño rupturista “duró poco”. “Puede ser un antecedente para entender el efecto Milei”, analizó un empresario.

¿A quién votó el G6?

Como anticipó PERFIL horas después de la sorpresiva victoria en las PASO de Milei, en el círculo rojo no hay que buscar los votos libertarios. Sin revelar nombres, una fuente de acceso directo al Grupo de los Seis (G6) confió a este medio que apenas uno del sexteto de representantes metió en la urna de las elecciones primarias la boleta con el nombre del libertario. La preferencia la tuvo Patricia Bullrich, que logró juntar tres votos en el exclusivo círculo empresario. Los dos restantes fueron a parar al recuento del candidato oficialista y ministro de Economía, Sergio Massa. Llamó la atención que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no haya conseguido ni un respaldo. “Es un traidor y nadie confiaba en él”, describió, crudamente, la razón que explicó la ausencia de larretismo.

Por deducción, el único espacio que le dio un voto de confianza a Milei fue la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) que preside Mario Grinman, pero que lidera en los hechos Eurnekian, mentor del libertario. Tanto la Bolsa de Comercio de Gabbi, como la Sociedad Rural Argentina (SRA), que comanda Nicolás Pino, votaron a Bullrich. De los tres restantes, dos votaron a Massa y otro a la candidata de Juntos por el Cambio. El presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), Javier Bolzico, podría haber sido uno de ellos, ya que el líder bancario Jorge Brito (h) mantiene un vínculo muy cercano con Massa. El segundo voto al ministro podría haber llegado de parte del presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja; o de Gustavo Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción (Camarco), que tiembla con el plan de aniquilación de la obra pública de parte de Milei.

Lo cierto es que los empresarios más poderosos del país se juntaron para intercambiar opiniones sobre el contexto electoral, entre sonrisas y reconocimientos que generó el evento de los premios Fortuna. El mensaje final fue contundente: “Las empresas tienen la confianza del mundo y lo demuestran en la predisposición que encuentran para financiar los proyectos en la Argentina. El problema es que la incertidumbre electoral paralizó los planes y eso es lo peor que nos puede pasar”, aseguró uno de los participantes del cónclave. Por eso, el círculo rojo pareció iniciar una etapa que lo tendrá más de contralor de las “locuras” de un Milei presidente, que de su tradicional rol de lobbista sectorial. “Hay que fortalecer la democracia. El discurso de la casta va en dirección contraria. En todo caso, habrá que cambiar a los actores más que disolver al Banco Central. El problema es si Milei cuenta con dirigentes nuevos para ocupar los cargos o si, en realidad, sólo va a poner en esas sillas a los marginales de la política o los representantes de la vieja casta”, se alarmó el mismo liberal que dijo estar preocupado por la avanzada libertaria.

 

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