Mariano Spezzapria

Después de haber conseguido que los gobernadores del PJ siguieran sus directivas con los proyectos para ampliar la Corte Suprema y eliminar la intermediación en los planes sociales, Cristina Kirchner hará mañana hacer una demostración de fuerza rodeada de intendentes del Conurbano, en una suerte de “revival peronista” con el que la vicepresidenta buscará tomar el control del aparato partidario y dejar en el plano testimonial a la conducción nacional que encabeza Alberto Fernández.

Cristina confirmará, con una nueva aparición pública en menos de dos semanas, el cambio de su estrategia de comunicación: si antes espaciaba sus intervenciones o dirigía sus cuestionamientos por medio de cartas o mensajes en las redes sociales, ahora intensificaría sus intervenciones con el objetivo de “corregir el rumbo” de la gestión presidencial. Un ejemplo viene al caso: en el plenario de la CTA denunció un “festival de importaciones” y luego el Gobierno avanzó con un “cepo” que le permitió “acumular reservas al Banco Central”.

Según pudo saber LA NACION, la vicepresidenta estuvo en todos los detalles de la organización, que imaginó como una disertación y tituló “A 48 años del fallecimiento de Perón: Argentina, política y economía”. Desde la presidencia del Senado se ocuparon de contactar a cada uno de los intendentes del PJ del Gran Buenos Aires para invitarlos al encuentro, mientras que Máximo Kirchner llamó especialmente a uno de ellos, Juan José Mussi (Berazategui), para pedirle que sea uno de los oradores del acto.

La presentación de la vicepresidenta reforzará la idea que vienen transmitiendo en las últimas semanas los referentes camporistas sobre la posibilidad de que sea la propia Cristina quien encabece la oferta electoral en 2023. Andrés “Cuervo” Larroque lo planteó ayer al decir que es “la única esperanza” frente a lo que él consideró un ciclo terminado de “los moderados”. Previamente también se habían manifestado en el mismo sentido Carlos Bianco, funcionario bonaerense de confianza de Axel Kicillof; y la senadora María Teresa García, quien también integró el gabinete de la provincia.

Pero además de eso, lo que buscará dejar en claro mañana Cristina en Ensenada –donde desde las 16 aparecerá en un escenario montado en el polideportivo municipal- es que en caso de que la candidatura cobre cuerpo, lo hará desde la estructura formal del peronismo y ya no desde sellos alternativos como fue la Unidad Ciudadana.

Los últimos movimientos de Cristina así lo certifican: no solamente desembarcó entre los gobernadores de la mano de Kicillof y Jorge Capitanich (Chaco), sino que buscó un acercamiento con la CGT –se reunió con Héctor Daer en el Senado-, pese a que “los gordos” de la central obrera estuvieron más cerca de Alberto Fernández desde el comienzo de su mandato en 2019, aunque las dudas de la “mesa chica” cegetista sobre el acto de esta tarde en la sede de Azopardo evidenciaron que analizan cambiar de rumbos.

Algunos intendentes del PJ consultados por este diario hicieron notar el contraste entre la “maquinaria aceitada” de organización que atribuyeron al kirchnerismo –todos recibieron llamados para asegurar su presencia en Ensenada- contra la desprolijidad de la cita promovida por la Casa Rosada en la CGT, que enojó a los propios jerarcas sindicales y desorientó a la dirigencia peronista. Hasta el momento, el único que asistirá a los dos actos será Eduardo “Wado” de Pedro, el ministro del Interior, aseguraron las fuentes consultadas.

“Quiere ser candidato y habla con todos”, dijo el referente de una organización social que no fue invitado al acto que encabezará mañana Cristina en Ensenada y en el que también hablará el intendente local Mario Secco, quien preside el Frente Grande, una de las fuerzas que integran la coalición Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires. El jefe comunal es un cristinista acérrimo y ya dijo que el año próximo el oficialismo debe llegar como candidato “a quien diga Cristina”, sobre todo si decide serlo ella misma.

El clima político que se respira en el kirchnerismo en la previa del acto está en la misma sintonía. Dirigentes camporistas hicieron circular por las redes sociales una foto de Cristina tomada ayer en el Senado, acompañada por la leyenda “la única salida”, en una suerte de operativo clamor anticipado para instalar la posible candidatura de la vicepresidenta. Algunos quieren que se postule para tratar de regresar a la Casa Rosada, pero otros proyectan que lo hará como senadora por la provincia de Buenos Aires.

El que no irá a ninguno de los dos actos es Sergio Massa. Esta tarde, desde Malvinas Argentinas, el presidente de la Cámara de Diputados afirmó: “Donde hay problemas tiene que haber soluciones y tenemos que venir quienes gobernamos todos los días a poner el cuerpo y buscar soluciones”. El líder del Frente Renovador no aparecerá junto a Cristina en Ensenada, aunque sus partidarios concuerdan con la vicepresidenta en la necesidad de introducir cambios en el Gobierno, sobre todo en el área económica de la gestión.