Como en 2007 cuando ganó por primera vez el gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri quiere encabezar una fórmula con Gabriela Michetti pero esa vez para competir por la presidencia de la Nación, ya sea con boleta propia o en una primaria con UNEN.

Macri le hizo la propuesta días atrás a Michetti, según confirmaron a LPO fuentes del PRO, y la senadora tomó bien la oferta pero le pidió un tiempo para recorrer el país y ver qué recepción encuentra.

Esta semana estuvo en Corrientes, donde sufrió un desaire de su amiga Elisa Carrió. Antes estuvo en Mendoza y en otras provincias, donde recibe un acompañamiento interesante que la entusiasma con la idea de competir por la vicepresidencia, comentan sus allegados.

De aceptar, Michetti le liberaría el camino a Horacio Rodríguez Larreta, quien está muy por detrás suyo en las encuestas pero es el preferido de Macri para sucederlo. Es un psao importante que debería tragarse la senadora que mantiene con el jefe de Gabinete porteño una interna despiadada hace años.

Como sea, Macri se inclina por estos días por desechar la posibilidad de armar una fórmula presidencial con la UCR, tal como propone su ministro de Gobierno, Emilio Monzó.

Se anota para acompañarlo Ernesto Sanz y en menor medida Oscar Aguad, más interesado en ser gobernador de Córdoba.

Jaime Durán Barba, el consultor que más escucha el jefe de Gobierno, es quien lo convenció de rechazar la fórmula con los radicales porque según el ecuatoriano eso sería replicar la foto de la Alianza, un mal recuerdo para los argentinos.

Se suma a esto una percepción personal de Macri: No cree que se sienta cómodo en el Gobierno, con un vice radical que además le maneje el Senado.

Esto no significa sin embargo romper puentes con el radicalismo, sino cambiar el enfoque de alianza. La idea sigue siendo competir con Unen en una primaria, pero en este caso la propuesta sería competir en esa instancia con la fórmula Macri-Michetti.

En la UCR están de acuerdo con esa posibilidad y presionan a sus aliados del socialismo y Libres del Sur para que acepten que el PRO se mezcle en UNEN con una advertencia: De no hacerlo, entienden, terminará habiendo un ballotage entre dos peronistas -Daniel Scioli y Sergio Massa-.

“En 2003 pasó eso, los no peronistas fuimos divididos y Ricardo López Murphy y Elisa Carrió que sacaron 18 y 12 puntos, podrían haberse juntado y llegaban a una segunda vuelta. Entonces la Presidencia se dirimió entre Menem y Kirchner, ahora puede pasar lo mismo si volvemos a dividirnos”, advirtió a LPO un importante dirigente radical que empuja para que Unen termine cerrando un acuerdo con el PRO.

Sin embargo, el camino no es sencillo. Hoy, el principal escollo para que se concrete este entendimiento es el socialista Hermes Binner, dispuesto a volver a tener su propio frente electoral si la UCR insiste en mezclarlo con el PRO.

Y los radicales saben que Binner tiene la capacidad de armar una candidatura nacional que ronde los 10 puntos y que les haga perder en distritos claves la posibilidad de conseguir gobernaciones.

En las últimas semanas Binner empezó a recorrer el país con Julio Cobos, el radical que más mide.