Vuelve el Larreta ‘gestor’ y apunta a contener aliados

Vuelve el Larreta ‘gestor’ y apunta a contener aliados

Se recluirá en la Ciudad salvo para temas puntuales. Charlas con Bullrich, Macri, Lousteau y Morales.

Habían pasado apenas 36 horas del acto por los veinte años de la Coalición Cívica-ARI y la casa del empresario y ex vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, fue el lugar donde Elisa Carrió y Horacio Rodríguez Larreta cenaron. La ex diputada venía de plantear que en la Ciudad hubo una “campaña espantosa”. Sin embargo, ese lunes por la noche hubo bromas y buena sintonía entre ambos. 

Lilita estaba disgustada porque Fernando Sánchez, chaqueño y porteño, no pudo entrar en el Congreso por haber estado octavo en la boleta y con el 47% no alcanzó. Días después el jefe de Gobierno le ofreció un lugar en el Ejecutivo de la Ciudad pero, fiel a su estilo, la CC lo rechazó. 

El jefe de Gobierno planea un año jugando en todas las canchas: trabajar para sostener la unidad del PRO, cuidar la Ciudad y los equilibrios de poder, y generar una consolidación de su figura nacional.  

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Con todo, las esquirlas por la tensión que hubo toda la campaña porteña aún no se disipan. Entre sus asesores Larreta intenta bajarle el tono al “drama” de no haber llegado a 50%. Y espera que María Eugenia Vidal defina su futuro en las próximas semanas. La sigue considerando una pieza clave. Pero no sabe en qué lugar del engranaje político querrá jugar. Ella tampoco lo definió aún. Pero entre las anotaciones que tiene en sus oficinas Federico Salvai, su histórica mano derecha y ex jefe de Gabinete bonaerense, está escrita la frase “Plan 2022”. Larreta lo sabe y por eso lo invitó a desayunar tras las elecciones a solas.  

Por otro lado, el jefe comunal eligió, por los próximos meses, dedicarse al Gobierno porteño y mostrarse como un “gestor”, una faceta que le ha rendido buenos frutos en su carrera. Solo saldrá a opinar y dejar sentada su opinión en determinados temas de debate público. Para el resto de las cuestiones tiene sus alfiles en el Congreso.  

Sus recorridas por el interior, que lo llevaron a 18 provincias este año, regresarán después de mitad de año. De todas formas sus asesores están armando equipos en comunicación y estrategia para planear esa candidatura inexorable a presidente con la que soñó toda su vida. 

El plan Horacio 2023 irá de menor a mayor. Ya tiene en mente ampliar su mesa política y también su esquema de relaciones con empresarios y dirigentes políticos.  

Como suele repetir uno de sus asesores, sigue “regando todas las plantitas”. Se reunió a solas en Tabac con Patricia Bullrich hace pocos días y sigue de cerca el vínculo con Mauricio Macri. No solo el personal, sino también a través de terceros, para intentar bajar tensiones y encarrilar la relación el año próximo. Si no hay “Segundo Tiempo”, que el titular sea, de manera natural, el jefe de Gobierno es la máxima que recorre los pasillos de Uspallata.  

También le insume tiempo el Congreso. La unidad del bloque Frente PRO, con Cristian Ritondo como jefe de bloque, fue parte de sus conversaciones. En total, recibió a setenta dirigentes y diputados electos de todo el país después de las elecciones.  

La ruptura de la UCR lo siguió de cerca. Habló con el gobernador jujeño, Gerardo Morales, quien venía de acusarlo de ser el artífice de la división, y también con el senador Martín Lousteau. Eligió no responderle al gobernador, quien juega todas sus fichas a quedarse con la UCR nacional, pero mantuvo un contacto cordial. Con Lousteau –y Emiliano Yacobitti, el diputado clave en el armado– está terminando de definir los nombres que llegarán al Gobierno porteño. Juan Nosiglia, hijo del Coti, ya está armando su equipo para la Subsecretaría de Deportes. Resta saber qué lugar ocupará la legisladora saliente Inés Gorbea. Medio Ambiente es una posibilidad.  

Del lado porteño, Larreta tiene expectativa en el desembarco de Jorge Macri en su gabinete como ministro de Gobierno. Cree que le aportará la experiencia de una “gestión exitosa”, nexos con intendentes y le dará una impronta clave en la comunicación, en particular con la salida de Diego Santilli como una figura que funcionaba como vocero. Aunque aún el ex intendente no participó de una reunión de gabinete, este miércoles podrá estar con el resto del elenco ministerial en el último retiro espiritual que organizan en Parque Patricios. Será en San Miguel y la organización está a cargo de la entusiasta funcionaria Paula Uhalde.   

El resultado electoral en la Provincia le genera una gran sonrisa. Su vínculo con el Colorado sigue siendo fluido y será uno de los actores centrales de su proyecto presidencial. La victoria de Santilli lo depositó en un lugar impensado: una candidatura a gobernador. Sin embargo resalta que los intendentes del PRO nunca tuvieron tanta injerencia en el armado de listas y ahora en el debate por los cargos bonaerenses en la Legislatura provincial. Piensa en un armado con ellos y con Ritondo incluidos.  

Por estos días, el jefe de Gobierno volvió a las reuniones con vecinos, a las recorridas por la calle y al contacto uno a uno. Los pedidos suelen ser los mismos: una vereda rota que no se arregló, problemas de inseguridad o reclamos por un tema muy puntual de cualquier área. El jefe comunal llama a una asistente que toma el reclamo y los datos de la persona. Y, a la vez, por caso en el tema de inseguridad, defiende a rajatabla la gestión que inició Santilli con el ahora ministro del área, Marcelo D’Alessandro. Asegura que la tasa de delitos en la Ciudad bajó ostensiblemente en los últimos años. “Igualmente siempre hay cosas para mejorar”, repite.  

Cada tanto alguno lo arenga con un “vamos presidente”. Él ya tiene preparada la respuesta. Preparada y ensayada desde hace un par de años: “Paso a paso”, emulando al ex técnico de su club, Racing, Mostaza Merlo. El fútbol es parte de su vida: su teléfono celular tiene una carcasa con los colores del club.  

El 2022 será un año en el que intentará sostener su imagen nacional. El sur lo esperará en enero para una semana de descanso en familia. Se lo ve cansado en estos días. Ya se había tomado dos días y medio en Corrientes con sus hijas tras la elección. Todo cronometrado. Al menos está empezando a dejar el celular largas horas cuando está de vacaciones.

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