ANALÍA ARGENTO

Mientras varios intendentes de la provincia de Buenos Aires dejan el gabinete nacional para retomar sus funciones e ir por su reelección -Juan Zabaleta de Hurlingham y Jorge Ferraresi de Avellaneda fueron los dos primeros- el jefe de gabinete Juan Manzur logró aval judicial para postularse por tercera vez en una fórmula tucumana aunque ahora planea bajarse a candidato a vicegobernador detrás de Osvaldo Jaldo.

El enroque en la fórmula -como vicegobernador Jaldo ejerce el Poder Ejecutivo interinamente- fue cuestionado por la oposición. Manzur se anticipó y esta semana logró aval de la Corte de su provincia para su recurso de amparo. El fallo dividido declara que, "de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 90 de la Constitución de Tucumán, el Gobernador que ha sido elegido en dos oportunidades consecutivas para tal función puede ser propuesto como candidato a, y eventualmente elegido como, Vicegobernador en el siguiente período".

Para hacer campaña el tucumano, ex ministro de Salud de la Nación y del municipio de La Matanza, había avisado que renunciaría al cargo. La sola posibilidad de otra partida anticipada, especialmente del ministro coordinador, generó incertidumbre en Casa Rosada después del desgaste que significó lograr consenso para la unificación de toda el área productiva y económica en las manos de Sergio Massa. Además del malestar en el oficialismo porque los trascendidos surgieron desde Tucumán cuando el presidente Alberto Fernández intenta que cada cambio de equipo pase por él. Así ocurrió esta semana con el reemplazo de Alexis Guerrera por Diego Giuliano en el Ministerio de Transporte, ambos del riñón massista. Pero la duda es, ¿qué pasaría si como los que ya se fueron otros funcionarios dejan su cargo? La sangría no beneficia al Presidente. Tampoco al gabinete nacional, menos en un año electoral donde la gestión pesa.

LOS PLANES DEL JEFE DE GABINETE

Eduardo 'Wado' De Pedro, Juan Manzur y Carla Vizzotti

En su momento, los tucumanos habían avisado que Manzur regresaría a su provincia probablemente en febrero para cuando se oficialicen las listas. Y que se instalaría allá para hacer campaña camino a la elección adelantada para el mes de mayo. 

Su idea era lograr un amplio respaldo y negociar en la mesa grande de la decisiones del Frente de Todos, mano a mano con los principales socios de la coalición. Con ese objetivo teje con empresarios de distintos sectores y otros gobernadores. Y aceita también el vínculo con el kirchnerismo en jugadas compartidas con el ministro del Interior Eduardo ‘Wado' de Pedro.

Pero para seguir en el gabinete, con vidriera nacional, había un cepo, el expreso pedido del Presidente en las legislativas del 2021. Quien fuera candidato debía dejar sus funciones. Aquella regla nació con nombre y apellido. Agustín Rossi tuvo que renunciar como ministro de Defensa tras anotarse en la interna santafesina y contrariar el pedido de lista de unidad del gobernador Omar Perotti.

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A cambio de la solidaridad de los jefes provinciales Alberto Fernández acordó con ellos pero tuvo que pedir el paso al costado del ministro que se rebeló. En cambio el Presidente sí convenció a La Cámpora para que bajara sus precandidatos en el Conurbano y así evitó las internas contra los intendentes del Frente de Todos.

"Todos los que son candidatos deben dejar sus cargos. Es una regla que yo puse, una regla ética", había reclamado el Presidente en vivo y por TV desde Perú.

Todos los que son candidatos deben dejar sus cargos. Es una regla que yo puse, una regla ética

Algunos en cambio esquivaron la regla. El entrerriano Enrique Cresto, titular del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), fue uno de ellos. Tomó licencia durante la campaña pero tras su derrota contra Rogelio Frigerio por una diferencia de 23 puntos volvió a su despacho sobre la avenida Corrientes. Recién en octubre de este año volvió a su cargo como intendente de Concordia.

A la luz de lo que se viene la regla caducó. En Gobierno evalúan que sería un gran desgaste buscar reemplazos en una elección tan importante que obliga a los titulares a ponerse la camiseta en cada distrito.

En ese marco, Alberto Fernández le pidió a Manzur que en lugar de renunciar tome licencia. Las dificultades que significaría, los reproches de la oposición, y la necesidad de mostrar volumen político en Nación, dejan a Manzur como el "caso testigo" que obliga a repensar la enmienda presidencial.

 

Por ahora el tucumano seguiría en el cargo pero viajando cada fin de semana a su territorio por razones más electorales que familiares. Esta semana en Casa Rosada Manzur dijo que aún no hay candidatos. Pero hace varios meses que blanqueó su deseo.