Puertos de Buenos Aires: cantera de dirigentes y trampolín a las intendencias

Puertos de Buenos Aires: cantera de dirigentes y trampolín a las intendencias

Quiénes lograron dar el salto del consorcio de gestión al sillón municipal. Intentos fallidos y proyecciones. Los casos San Nicolás, Necochea, Mar del Plata y Bahía Blanca.

Por Juan Rubinacci

 

La administración y control de puertos en la provincia de Buenos Aires, según la ciudad en la que se encuentren, puede tener una significancia política sustancial a la hora de pensar los posicionamientos de los dirigentes que presiden los consorcios de gestión y que, en muchos casos, sirven como trampolín para saltar a la escena electoral. Bahía Blanca, San Nicolás, Mar del Plata, La Plata y Quequén, por mencionar algunos, son polos productivos en los que se deben administrar gestiones, intereses y tensiones que suelen influir en la política de cada región.

 

En algunos casos, son entes públicos no estatales que tienen la finalidad de administrar y explotar con un sistema autónomo de gestión. Su titular es el gobierno provincial, aunque con una administración a cargo del Consorcio de Gestión a través del directorio. El presidente es nombrado por el gobernador y el resto de los representantes son designados por miembros de las cámaras, sindicatos y municipios que operen en el sector. Esa administración factura, cobra, no aporta al tesoro ni recibe fondos del Estado y con la recaudación paga sueldos, mantenimiento, obras y la planificación. Tienen individualidad jurídica, financiera, contable y administrativa pero están sujetos a una auditoría del Tribunal de Cuentas de la provincia.

Hay otra categoría que remite a Delegaciones Portuarias, que se encuentran orgánicamente dentro de la estructura administrativa del Poder Ejecutivo provincial. En el caso de los primeros, una buena gestión al frente del consorcio, un sillón siempre deseado por los sectores políticos, puede dejar a su titular a las puertas de la intendencia o bien, convertirse en lugar de refugio para dirigentes de un signo político que no gobierna.

 

 

Como contó Letra P, en Necochea se espera la firma de Axel Kicillof al decreto que designe a Jimena López al frente del puerto de Quequén, una dirigente con terminal en el massismo que fue diputada y subsecretaria de Transporte de la Nación. Es un sector que durante años fue controlado por el histórico dirigente sindical fallecido Gerónimo Momo Venegas, quien en 2015 impulsó a Arturo Rojas -intendente de esa ciudad desde 2019- a la presidencia del Consorcio de Gestión durante la gobernación de María Eugenia Vidal.

López tendrá a su cargo la terminal portuaria donde predominan las operaciones de granos, como cebada y soja, y donde confluyen los intereses de fuertes sectores que operan en la región. Además de su gestión administrativa, López tendrá la función política de consolidar acuerdos con todos los sectores que operan en el puerto con miras a 2025 y 2027. Su figura emerge en un peronismo local que tiene a la referente de La Cámpora Andrea Cáceres en el Ministerio de Desarrollo bonaerense y a Natalia Sánchez Jáuregui con su banca recientemente renovada en Diputados.

Otro caso reciente que expone el vínculo puerto-política es el de Federico Susbielles en Bahía Blanca. Un dirigente de extensa trayectoria en el ámbito de gestión política, social y deportiva, electo senador provincial en 2019, quien asumió un año más tarde como presidente del directorio del Consorcio de Gestión del Puerto de esa ciudad. En 2023, ganó las elecciones para la intendencia por Unión por la Patria. Para reemplazarlo en el puerto, Kicillof designó a Santiago Mandolesi Burgos, quien fuera presidente del Concejo Deliberante de Bahía Blanca entre 2013 y 2015. Tendrá la responsabilidad de articular las piezas clave del sector productivo regional. El de Bahía Blanca es uno de los sectores portuarios de mayor movimiento de cereales y oleaginosas como soja, maíz, trigo; de combustibles como el metano; y fertilizantes. Está ubicado en una de las principales zonas agroexportadoras del país.

Como Susbielles, el expresidente del Consorcio de Gestión del puerto de Coronel Rosales Rodrigo Aristimuño se convirtió en intendente de esa localidad el 10 de diciembre. Un hombre que comenzó su militancia en el Sindicato Único de Trabajadores Portuarios y que administró el puerto desde 2019 hasta 2023, cuando se presentó a elecciones por UP. Condujo durante cuatro años la terminal donde se embarca el petróleo crudo de, aproximadamente, el 70 % del total que se consume en el país. El puerto también trabaja como taller naval en reparaciones de pesqueros, poteros y de arrastre. Está conectado con los principales ductos de petróleo que tiene el país, en Neuquén y Buenos Aires.

Otro puerto que sirvió como posicionamiento para una candidatura es el de San Nicolás, a través de la concejal de Unión por la Patria Cecilia Comerio, quien cayó frente a Santiago Passaglia en diciembre pasado. Sin embargo, antes de asumir la presidencia del Consorcio de Gestión en 2020, ya se había postulado al sillón municipal en la elección de 2019, cuando perdió con el hermano del alcalde, Manuel Passaglia. Tras ello, Comerio, que había sido senadora provincial, llegó a una banca del Concejo Deliberante en 2021 para presidir el bloque de Unión por la Patria. Actualmente, administra la terminal que comercializa fertilizantes y siderurgia como principales exportaciones, además de cereales, granos y acero.

Casos singulares son los de La Plata y Mar del Plata, que, siendo esferas que concentran una superestructura comercial, económica y productiva, no han catapultado a sus titulares a lugares de mayor exposición pública, aunque no por ello dejan de ser un espacio de poder en el que juegan los intereses de todos los sectores.

El primero es administrado desde 2021 por José María Lojo, un ingeniero de la industria siderúrgica que trabajó en el área industrial y comercial toda su vida y que desde hace seis años milita en el Frente Grande de Mario Secco, el intendente de Ensenada. El puerto de La Plata tiene la particularidad que une a dos ciudades hermanas: Berisso y Ensenada. Eso le dio desde su origen un perfil fuertemente regional por ser un puerto de aguas profundas y ser concebido al mismo tiempo que la ciudad. Es un lugar de gestión importante para mostrar eficiencia, en lo que no pocos se animan a señalar como un pequeño municipio, lo que muchas veces puede probar el interés de proyectar a sus dirigentes hacia la política o la política colocar allí a sus dirigentes. En el Puerto de La Plata se registran movimientos de combustibles, productos químicos, arena y vehículos; y tiene un directorio conformado por representantes de las cámaras empresariales, sindicatos y delegados de las tres ciudades que operan allí.

El puerto de Mar del Plata está presidido por Marcos Gutiérrez, un dirigente de Descamisados con cercanía a la excandidata a intendenta de ese distrito Fernanda Raverta, quien se desempeñó los últimos años como jefe Regional Anses. Licenciado en Trabajo social en la Universidad Nacional de Mar del Plata, fue concejal del peronismo en los años previos a ser designado al frente del Consorcio de Gestión. El puerto es pesquero y petrolero, terminal del transporte de cereales y la industria aceitera. En representación de las municipalidades de la región, se encuentra el exintendente de Mar Chiquita y referente histórico de la región, Jorge Alberto Paredi. El caso de Gutiérrez no es, al momento, una proyección política natural para disputar sitios de poder en la escena local. Sin embargo, es un alfil de la principal opositora a la gestión municipal del intendente PRO, Guillermo Montenegro.

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