Por Mauricio Cantando

El Senado tuvo su primera semana del año sin actividades y no será fácil que se reactive en el corto plazo: ocho representantes de partidos provinciales, que tienen línea directa con sus gobernadores o jefes locales, se resisten a seguir la agenda del Gobierno a libro cerrado. Sin ellos, quedó en el olvido la mayoría constituida el 13 de diciembre por la vicepresidenta Victoria Villarruel para repartir las autoridades y cupos en las comisiones. Ese día juntó 39 votos, sólo dos más que lo necesario para el cuórum.

El listado de fuerzas locales lo componen la rionegrina Mónica Silva; Sonia Rojas Decut y Oscar Arce, de Misiones; y José Carambia y Natalia Gadano, de Santa Cruz. Lo completan Edith Terenzi y Andrea Cristina, de Chubut; y la neuquina Lucila Crexell, quienes comparten el bloque Cambio Federal con el salteño Juan Carlos Romero, que se mostró como socio del oficialismo en las reuniones de comisión.

Aunque no tienen una coordinación formal en el Senado, el provincialismo mantiene sociedades ocasionales y, ante todo, pide ser tenido en cuenta para abrir el recinto. El primer mensaje lo dieron la semana pasada representantes de Misiones y de Río Negro, cuando se unieron para bloquear el proyecto de boleta única que intentaba votar La Libertad Avanza, similar al que se utiliza en Córdoba. Firmaron un dictamen que propone el sistema de Santa Fe, con boleta única por categoría, y tuvieron el inesperado apoyo de Unión por la Patria.

El acuerdo para arruinarle el primer triunfo en el Senado a Villarruel fue cerrado en la reunión semanal que mantienen desde inicio de año Silva, Rojas Decut y Arce, a la que se suman los tres miembros del bloque Unidad Federal: Alejandra Vigo (esposa del exgobernador de Córdoba Juan Schiaretti), Carlos Espínola y Edgardo Kueider.

La vicepresidenta intentó evitar este final con un llamado de urgencia al gobernador rionegrino Alberto Weretilneck, pero no fue suficiente. El exsenador le explicó que su idea siempre fue aprobar el sistema santafesino y no tenía motivos para revisar esa postura. Su diálogo con el ministro del Interior, Guillermo Francos, no había dado los resultados que esperaba.

Así funcionan los partidos provinciales en el Congreso: sus representantes defienden los intereses de sus territorios, con acuerdos eventuales, y en cada votación miden su relación con la administración central. Esta semana, durante la reunión de los gobernadores de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), el mandatario chubutense, Ignacio Torres, volvió a pedir armar un bloque patagónico en el Senado, que alcanzaría seis votos. Los misioneros serían la única fuerza local sin participación.

Lo integrarían la dupla de Chubut, Silva, Crexell (quien la semana pasada oficializó su acuerdo con el gobernador Rolando Figueroa), Carambia y Gadano, recordados por hacerle un piquete a Villarruel para conseguir despacho. Se presentan como socios del mandatario de su provincia, Claudio Vidal, pero se niegan a ser identificados como empleados directos. De hecho, el senador compitió con un lema en la elección provincial. Milei tal vez no tenía tanta información cuando visitó a Vidal en Santa Cruz.

Los números

Villarruel no tiene otra opción que escuchar a los partidos provinciales porque, lo que hasta ahora es una parálisis, puede convertirse en una mayoría en contra. Alcanzaría con que Unión por la Patria, que tiene 33 miembros, sumara algunos votos de este grupo para imponerse. Por caso, esa mayoría podría rechazar los decretos presidenciales.

De esta manera, la agenda patagónica deberá ser preeminente para aprobar cualquier ley. Si el Presidente envía el proyecto de ley para revertir la baja del Impuesto a las Ganancias, no pasará el filtro del Senado por la resistencia de los trabajadores petroleros.

La ley ómnibus también debe ajustarse a los reclamos de los partidos provinciales, que se resisten a la suba de retenciones a las exportaciones, a las modificaciones a la industria de pesca y los hidrocarburos. Los gobernadores de la Ofephi avanzaron en varios cambios en la reunión que tuvieron este miércoles en la Casa Rosada, que deberán ser tenidas en cuenta por Milei si quiere que alguna vez el proyecto sea aprobado en la Cámara alta.

Para no tocar la puerta de Unión por la Patria, además de cerrar filas con las esquirlas de Juntos por el Cambio (UCR, PRO y Cambio Federal), Villarruel necesita al menos seis votos de partidos provinciales. Son los árbitros del Senado.

Los líderes provinciales

Carlos Rovira (exgobernador de Misiones)

Alberto Weretilneck (gobernador de Río Negro)

Rolando Figueroa (gobernador de Neuquén)

Claudio Vidal (gobernador de Santa Cruz)

Ignacio Torres (gobernador de Chubut)