Con el monto de la indemnización como eje principal de la discusión, el Senado comenzó ayer a debatir en un plenario de comisiones el proyecto que busca avalar el acuerdo que el Gobierno concretó con Repsol por la expropiación del 51% de las acciones de YPF. La iniciativa, cuyo tratamiento continuará el próximo martes, obtendría dictamen un día más tarde y sería aprobada en el recinto el 26 de marzo. Luego iría a Diputados para transformarse en ley antes del 1 de mayo, fecha tope pactada en el convenio con la empresa española.

Para dar cuenta del acuerdo ante las comisiones de Minería, Energía y Combustibles y de Presupuesto y Hacienda, el Gobierno envió al ministro de Economía Axel Kicillof, el secretario Legal y Técnico Carlos Zannini y el CEO de YPF Miguel Galuccio. También asistió Daniel Martín, titular de la Sala “ad hoc” para YPF del Tribunal de Tasación, quien fue acorralado por la oposición en torno al mecanismo utilizado para estimar el monto para pagarle a Repsol. El más enérgico fue Fernando “Pino” Solanas. El senador de UNEN advirtió que el acuerdo es “una burla” y denunció -en sintonía con la demanda penal impulsada por Elisa Carrió y otros dirigentes de UNEN contra el Tribunal de Tasación- que “primero se fijó el precio” con Repsol y luego intervino el organismo.

Al tiempo que cuestionó que “en ningún lado se tuvo en cuenta el impacto ambiental que ha dejado la explotación hidrocarburífera” de Repsol. También surgieron cuestionamientos similares desde otros sectores.

“Hubo una omisión grave respecto de los pasivos ambientales”, dijo la puntana Liliana Negre de Alonso (PJ disidente). Y, desde el PRO, Alfredo de Angeli remarcó que “a esta gente no hay que pagarle nad a por el desastre que han hecho”.

En cambio, el radicalismo se mostró de acuerdo en resarcir a YPF, aunque cuestionó el monto.

“Es lógico pagar pero lo que proponen es una locura”, señaló Ernesto Sanz, titular del Comité Nacional. Mientras, Gerardo Morales -jefe del bloque de la UCR- reclamó “debatir el precio justo”. Ambos coincidieron en aprobar la gestión de Galuccio en YPF, quien de todos modos quedó en medio de las críticas contra el Gobierno por cómo se concretó la estatización. El CEO se centró en la cuestión técnica. Dijo que “ no cabe duda que se necesita inversión. Y, en ese sentido, enfatizó: “Bienvenido Chevron y bienvenidos más ‘Chevrones’”.

Según el proyecto que el Gobierno envió al Congreso, el Estado emitirá bonos por US$ 6.000 millones y pagaría intereses por otros 5.000 millones. El jefe del bloque oficialista Miguel Pichetto indicó que se trata de “ un acuerdo equilibrado y razonable ” y se mostró conforme “porque de lo contrario estaríamos actuando de manera irresponsable”. “Ni (Antonio) Brufau (titular de Repsol) está celebrando ni nosotros tenemos que tener un marco de euforia”, concluyó.

En esa misma línea se pronunció Kicillof, quien tildó de “amigable” el convenio y afirmó que “ no hay vencedores ni vencidos”.

No obstante, luego señaló que es “ventajoso” para la Argentina, remarcó que “Repsol desistió de 31 acciones” y que “la operación se terminó con un moño y un final feliz”. En tanto, Zannini apuntó que “el pago está muy por debajo de las expectativas iniciales”, que según Kicillof oscilaban alrededor de los 19.000 millones de dólares. “Desde el principio sabíamos que teníamos que pagar y fuimos serios”, explicó el secretario.

Con los bloques opositores en duda, el oficialismo descuenta que podrá aprobar el acuerdo: los neuquinos Guillermo Pereyra y Lucila Crexell, del MPN, ya avisaron que acompañarán el proyecto.