Macri: más agresivo de lo esperado, decidido a no ceder la iniciativa

El candidato de Cambiemos lanzó duros ataques a su rival y no perdió la calma; su equipo hizo un balance positivo

"Cumplió con lo planeado y más también", festejaba uno de los principales asesores de Mauricio Macri cuando el debate presidencial ya era historia. "La actitud, los gestos, todo era diferente uno del otro. Ganamos en todo eso", coincidían los ministros porteños Emilio Monzó y Andrés Ibarra ante LA NACIÓN en el hall de la Facultad de Derecho, a pocos metros del festejo íntimo de Macri, con su esposa, Juliana, y sus colaboradores más estrechos.

La euforia del equipo que rodeaba al candidato de Cambiemos tenía sus razones: Macri estuvo tranquilo, sonriente y perdió la calma en pocas ocasiones durante la hora y media que duró el debate. Fue agresivo, tal vez una pizca de más, en el primer bloque del debate, donde lanzó las estocadas más duras contra su rival, Daniel Scioli. El balance, para todos en Pro, fue positivo: Scioli, aseguraron, no sacó en el intercambio de ideas la ventaja que necesitaba para emparejar las encuestas de opinión, seis días antes de la segunda vuelta.

En el primer bloque se vio un Macri inesperado. El que lanzaba duros dardos a su rival, como recordarle que "no vino" al primer debate, el 4 de octubre; o decirle: "Los que tienen miedo y ajustaron son ustedes", o cuando tratando a Scioli por su nombre de pila lo acusaba de "parecer un panelista de 6,7,8"; o cuando le espetó: "Vos elegiste ser la continuidad, nosotros somos el cambio".

Aunque ser efectivos desde el comienzo era una táctica acordada (y escondida a los periodistas para beneplácito del propio líder de Pro), algo hizo ruido en el equipo de campaña que encabezaban Marcos Peña, Miguel de Godoy y Jaime Durán Barba, que atravesaban las cortinas, entraban y salían de la sala destinada al candidato en cada corte. "Le bajaron el ritmo porque daba muy soberbio", afirmó una fuente de Pro muy informada. Lo cierto es que el Macri del segundo bloque estuvo menos agresivo que el del primero: pudo contestar algunos ataques y eligió no responder otros, como la política de derechos humanos o el "copia y pegue" que le endilgó Scioli en referencia al plan Belgrano para desarrollar el norte del país.

Para el latiguillo que Scioli más repitió, el de "Macri ajustador", el candidato de Cambiemos prefirió denostarlo. "Lo lamento, Daniel, insistís con el casete de la mentira y en crear demonios", respondió Macri, aunque con menos énfasis que en los primeros veinte minutos. Con Sandra Arroyo Salgado, la ex esposa del fiscal Alberto Nisman, y una de sus hijas en la sala, Macri intentó una respuesta de Scioli sobre el memorándum con Irán, que prometió derogar si es presidente, y una eventual condena sobre la situación de los presos políticos en Venezuela. No tuvo éxito. "Ahora entiendo a los periodistas, ¡no hay chance de que (Scioli) responda lo que se le pregunta!", protestó, airado.

Encerrado durante todo el domingo en la quinta Los Abrojos, de Malvinas Argentinas, Macri repasó una y mil veces el final del debate. Recurrió a los eslóganes de su extensa campaña, como el "sí, se puede", y su apelación a la pacificación del país. "Ya probamos muchos años enfrentados, es tiempo de hacerlo juntos. Es acá, es ahora, vamos juntos, Argentina", gritó.

Al final, no hubo espacio para reproches. "Estuvo tranquilo, sonriente. Nunca se le fue de las manos el debate. Festejamos", repetían en el armado de campaña. ¿Tendrá influencia en la votación? Antes de entrar, Durán Barba había repetido en diálogo breve con LA NACIÓN una de sus frases de cabecera. "No hay debate ganado de antemano, ni siquiera cuando se termina de votar", bromeaba el consultor ecuatoriano. Y aunque no lo decían, el festejo tenía una clara lectura: desde Cambiemos confían en que el debate no alteró el curso de la campaña y en que Macri seguirá hoy al frente de las encuestas.

Por eso, hará una campaña "mano a mano" con visitas puntuales en Capital y el conurbano, antes de cerrar formalmente en el Monumento de los Héroes de la Independencia, en Humahuaca. Nada raro, nada anormal. "La prueba quedó superada", coincidían en Pro, un rato después del beso de Macri a Juliana en pleno escenario, antes de irse abrazados rumbo al camarín.

Cristina: Luego de la pulseada siguieron las chicanas a su rival

Macri siguió dando estocadas hasta bastante después de finalizado el debate. En una entrevista posterior buscó sacar provecho de uno de sus aciertos: asociar una y otra vez a Scioli con el kirchnerismo. "Seguro (que la Presidenta) vio el debate, es una apasionada de la política. No le habrá gustado nada que su candidato la niegue toda la noche", chicaneó.

Homenaje: Minuto de silencio por los ataques en París

Cuando recién se había iniciado la presentación, y antes de iniciar el debate, el moderador Rodolfo Barili propuso hacer un minuto de silencio de homenaje a las víctimas de los ataques terroristas que se produjeron el viernes pasado en París. Fue un momento intenso en un auditorio que esperaba con expectativa el cruce presidencial.

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