"El gobierno debe escuchar más a las entidades que representan a las pymes"

El secretario nacional de Apyme, Juan José Sisca, reclamó para el sector un lugar de mayor representatividad. Valoró la política oficial en pandemia.

“Las pymes industriales tenemos que empujar para tener mayor representatividad y el gobierno tiene que prestarle más atención a las entidades que las representan, apoyar a nuestras entidades”, dijo el secretario nacional de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), el rosarino Juan José Sisca, como una forma de revertir una matriz concentrada de la economía, que está conformada por “grupos empresarios concentrados formadores de precios” a que, “tienen intereses que no son los de la mayoría de la población”.

Convencido del rol dinamizador del Estado durante la gestión de Alberto Fernández durante la pandemia, que además tuvo que remontar el “industricidio que se dio durante el gobierno anterior”, Sisca destacó que la actividad está mostrando “signos importantes de reactivación”. De todos modos, insistió en la necesidad de afianzar la aplicación de la ley de Defensa de la Competencia, como una herramienta virtuosa que cuenta el Estado para frenar el accionar de sectores que tienen una “mirada ideológica y especulativa” de la economía. Reconoció que es urgente sostener políticas para sostener el poder adquisitivo del salario, porque “es lo que le permite al pueblo comprar artículos que nosotros fabricamos y vendemos”.

—Este mes se celebró el Día de la Industria ¿Cómo encuentra parada al sector de las pequeñas y medianas empresas?

—El 2 de septiembre fue el Día de la Industria y nos encontró este año con signos importantes de reactivación. Veníamos de cuatro años de “industricidio” durante el gobierno anterior y luego llegó la pandemia que afectó a todo el mundo. Eso hizo que por ambas pandemias se contrajeran el mercado interno, los puestos de trabajo que a nosotros nos impactan directamente, porque las pymes explicamos el 99% de las empresas en el país, el 75% del empleo y casi 50% del Producto Bruto Interno. La industria tiene en estos momentos signos sostenidos de recuperación. Por ejemplo 20 de 24 sectores que mide el Indec han registrado aumentos en su plantilla de personal, es decir, se han recuperado alrededor de 25 mil puestos de trabajo. Hay sectores como el automotriz, la construcción, la metalmecánica, la fabricación de productos para el agro, la línea blanca, que han venido creciendo con números superiores al 2019, inclusive algunos hasta por encima de 2018. Es el caso de la línea blanca que está en un nivel de actividad 4% por encima de 2019 y más del 10% respecto a 2020. El campo liquidó en agosto 3.050 millones de dólares, es una marca histórica en cien años y alcanzó los 23.300 millones de dólares en los primeros ocho meses. Es decir, los números refrendan lo que digo. Hay una cantidad importante de datos que muestran el crecimiento de la industria, lo que nos hace tener una expectativa favorable para lo que se viene.

—¿Cuánto tiene que ver en esto la política económica del gobierno nacional?

—Creo que tiene que ver en todo, en función de cosas muy concretas. Primero, en los meses más duros de la pandemia se mantuvieron los puestos de trabajo a través de los ATP, se sostuvo el mercado interno en parte con el IFE. Por otra parte, se habilitó la discusión paritaria, que si bien quedó retrasada respecto de la inflación, se reabrió y se comenzó a empatar con lo que se calcula será la suba de precios de este año, en el orden del 42% o 45%. Hubo una política de ingresos muy importante. Luego, también se reactivó la obra pública, donde la inversión es muy grande y eso genera puestos de trabajo y éstos significan más gente que compra los productos que nosotros fabricamos y vendemos.

—¿Cómo impacta la inflación en la recuperación, en la medida que muchos insumos que utiliza la industria suben de precio e incluso los importados también lo hacen porque la pandemia distorsionó la cadena de suministros global?

— Ahí la tensión es muy grande y es un problema enorme para la industria. Nosotros estuvimos hace muy pocos reunidos con la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, y le planteamos la suba de los precios de los insumos difundidos, que son los que usa la industria y los transforma para fabricar. Esto, lamentablemente, es una política que viene de años, hay una concentración muy grande en muy pocos actores. Y estos sectores tienen dolarizados sus precios. Estamos hablando que en el hierro hay uno solo jugador, en el aluminio está sólo Aluar, el acero inoxidable se importa, la chapa la fabrica Siderar, etcétera. Es decir, son monopólicos y fijan sus precios en función del dólar, ni siquiera el oficial sino el ilegal. Ese es un grave problema. Hay una ley de Defensa de la Competencia y creemos que ahí el Estado está en falencia y que debe aplicarla con toda rigurosidad para que esto no se degluta el poder adquisitivo de los salarios y no sean los cinco o seis grupos económicos los formadores de precios. Esto una preocupación grande que tenemos. Respecto de las importaciones, en el concepto general estamos de acuerdo en que todo lo que se pueda fabricar en Argentina se fabrique acá. Ahora, hay insumos que se necesitan y allí también hay que agilizar los trámites para que esas importaciones no paren la fabricación nacional.

—Con este panorama de recuperación industrial ¿Cómo explica los cortocircuitos entre UIA y gobierno planteados a partir de su nueva conducción?

—No es novedad. Tanto la UIA _y hablo a nivel nacional porque tenemos compañeros en Santa Fe y Rosario que son parte de la entidad pero que tienen una visión similar la nuestra_ como la Sociedad Rural, son grupos que hace muchísimos años están especulando contra los intereses del pueblo en general. Han financiado golpes de Estado, tienen una mentalidad neoliberal especulativa y solo les interesa su situación particular. Por ejemplo, en estos días se escuchó a Paolo Rocca (Techint) decir que el costo del salario en Argentina es alto y que por eso como país no podemos competir, cuando lo que necesitamos es justamente salarios que permitan al pueblo comprar artículos que nosotros fabricamos y vendemos. Ellos tienen sus intereses que están por encima de los de la mayoría y tienen un gran poder lobby. En esta nueva conducción de la UIA está (Daniel) Funes de Rioja que conduce la Copal donde manejan los precios de los alimentos. Hoy cualquier almacén o expendedor chico te dice que les llegan aumentos todos los meses. Lamentablemente hay que controlarlos más y poner en marcha la ley de Defensa de la Competencia.

—¿Considera que sigue habiendo una mirada más especulativa que industrial?

—Sí. Es una mirada ideológica y especulativa sobre todas las cosas. Ellos saben que si aumenta el dólar, y ellos pugnan por eso porque exportan, eso va en detrimento de los salarios, que es lo primero que se afecta. Sin embargo, van por eso, hacen corridas bancarias y cambiarias porque su mentalidad es puramente especulativa. Además, la mayoría de las industrias importantes son trasnacionales y tienen otros intereses, que no son los de la mayoría de la población.

—Hace poco el gobierno propicio el primer Encuentro el Trabajo y la Producción donde participaron entidades como Apyme, cámaras, sindicatos ¿Se está tratando de armar un polo distinto de representación empresarial?

—Eso es imprescindible. Venimos peleando por eso desde hace mucho tiempo. Las pymes industriales tenemos que tener nuestra propia representación y tenemos que unirnos, porque somos muchas pero es muy difícil lograr una unidad que nos permita tener una mayor fuerza en el momento de discutir los temas. Ese congreso, del que participamos, y también las mesas de diálogo sectorial, son muy importantes y tenemos que empujar para tener una mayor representatividad. Pero también el gobierno, los funcionarios, tienen que tener otra visión y prestarles más atención a las entidades como las nuestras, a las cámaras que representan a pequeños y medianos industriales, apoyarlas, darles más cabida, escucharlas más, porque lamentablemente, a cuando hay anuncios para las pymes uno ve en la primera fila a los representantes de las grandes empresas. El gobierno está yendo a las distintas provincias y tanto el presidente Alberto Fernández, el ministro (Matías) Kulfas tienen esa mirada, pero insisto, hay que exigir un poco más. Para que le den más participación a entidades empresariales representativas de las pymes, además de tener el contacto directo con los empresarios. Podemos ser útiles para que las políticas les lleguen a todo el mundo ya que no alcanza con lo que comunica el gobierno. Hay que abrir canales de diálogo directo para que podamos plantear problemas y soluciones. Tenemos una buena relación con el secretario de Industria, Ariel Schale y con Guillermo Merediz, secretario Pyme y con Español, pero hay que aceitar esos temas para poder seguir avanzando.

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