Fernández, Massa, Máximo, Axel... políticos argentinos

Fernández, Massa, Máximo, Axel... políticos argentinos

Si de elecciones se trata, los políticos argentinos son muy predecibles. Alberto Fernández, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof...

 

Los políticos argentinos ha demostrado enormes dificultades para planificar programas y acuerdos de gobierno que los trasciendan. No sucede lo mismo cuando se trata de elaborar pensamientos vinculados a su propia continuidad en el poder, o para capturarlo, en momentos en que o lo perdieron o se lo quitaron o les parece insuficiente. Alberto Fernández llevaba pocos días como Presidente, cuando un importante y actual funcionario de su gobierno sentenció ante sus íntimos: “Si a Alberto Fernández le va bien, nadie discutirá su candidatura en 2023. De lo contrario, tenemos a Sergio Massa o Axel Kicillof."

"¿Y Máximo?", le preguntó su interlocutor.

“Todavía le falta, no va a estar preparado para ese momento”, fue la respuesta.

Lo valioso de todo diálogo es el momento en que ocurre. En este caso, fue a comienzos de 2020. Si esto se hubiera producido en 2022, a la luz de lo que ha ido pasando, tendría mucha lógica.

La reproducción de este fragmento de diálogo muestra que, siempre, los dirigentes políticos piensan varios años adelante en clave electoral. Luego, el tiempo y las circunstancias modifican o confirman sus propias especulaciones.

En el caso de Alberto Fernández, a mediados de su 1er. año como Presidente, los números alentaban que habría Jefe de Estado para continuar otro mandato consecutivo en 2023. Hoy, la realidad es muy distinta, a pesar que él mismo no se muestra resignado -y es lógico- a tener que ceder ese lugar.

Algo similar sucedía en Cambiemos cuando ganaron las elecciones intermedias de 2017. “Tenemos poder para rato”, aseguraban diversos representantes de ese sector. La historia se encargó de devolverlos a la realidad con un cachetazo. Quizá sea ese el principal problema para no resolver las cuestiones de fondo en la Argentina. Nadie quiere sentarse a discutir más allá de su metro cuadrado. Y todo, absolutamente todo, se hace en función de los objetivos descriptos. Es decir, los electorales.

 

En el Frente de Todos el panorama asoma más o menos tal como lo presagió el funcionario ya citado, quién no puede ser catalogado como un “Cristinista” ni como “Albertista”. Él es un referente del interior y ha tenido responsabilidades en todos los gobiernos K.

 

Ni Massa ni Kicillof quieren saber nada con que se los mencione públicamente como posibles candidatos a presidente. Pero ambos no descartan ninguna opción. En especial el Ministro de Economía, en quien están depositadas todas las expectativas de llegar competitivos a las elecciones 2023. El gobernador bonaerense intuye que, desde hace tiempo, hay un movimiento interno para desplazarlo. Encontrarle la salida elegante de empujarlo hacia arriba. Con la excusa de “sos el único que logra retener mayormente los votos de Cristina Kirchner”. En cambio Massa ambiciosa ese lugar por el que compitió en 2015.

En el tránsito desde el 2019 a la actualidad, lo más novedoso que ha sucedido en el tablero político argentino es la irrupción de Javier Milei.

 

Cuando Alberto Fernández asumió, Milei era el economista que llamaba la atención en los medios por su particular estilo, pero estaba lejos de imaginarse como una alternativa real de poder. Y mucho menos pensar que estaría 2do. y hasta 1ro. en las preferencias de los encuestados del Gran Buenos Aires.

 

Es más, en una entrevista que le realicé en Canal 26 en enero de 2020, él tuvo palabras elogiosas para con Alberto Fernández y reconoció que Cristina Fernández de Kirchner era una dirigente muy importante que no se podía desconocer. Lógica pura. Estas palabras, fueron recortadas hace unos meses de manera antojadiza por quienes buscan desprestigiarlo asegurando que él es funcional al Frente de Todos. Ahí un nuevo ejemplo de cómo todo se toma en clave electoral sin analizar el motivo del surgimiento de figuras disruptivas en el escenario.

Lo cierto es que Javier Milei es lo más novedosos que hasta ahora asomó desde 2019. En una escala menor podría ubicarse a Facundo Manes, quien desde su prestigio como facultativo especialista en las cuestiones del cerebro, decidió participar del “barro” político.

 

A diferencia de Milei, Manes se presenta como un actor nuevo adentro de una estructura centenaria tal como lo es la UCR.

 

El resto de los actores, o mantiene su linea o intentan acoplarse a la moda de mostrarse como dirigentes extremos capaces de decir ahora lo que nunca se les escuchó antes. Es ahí donde surge el gran interrogante que por ahora no podrá ser revelado. ¿Hay lugar para expresiones moderadas?

 

O ¿La política solo se divide entre halcones y palomas?

 

Cualquiera que pretenda capturar el poder el año 2023 sabe que no podrá prescindir de los sectores menos ruidosos que al mismo tiempos son mayoritarios.

 

Y que su desazón por las experiencias vividas los lleva a comportarse de una manera muy compleja, a la que no llegan las encuestas.

 

Es por este motivo que cada vez sea más difícil adelantar con exactitud el resultado de una elección.

 

Donde se observan los comportamientos más conservadores a la hora de votar es en los municipios. Salvo situaciones muy particulares y con características excepcionales vinculadas a la coyuntura nacional, los intendentes no suelen tener inconvenientes para renovar sus mandatos.

 

Según ellos, la cercanía con sus vecinos les da de primera mano el termómetro para saber hacia dónde se traslada el humor social.

 

Y según ellos, si sus gestiones son valoradas, pueden sostenerse en el poder más allá de compartir o no la lista de los candidatos nacionales.

 

“Si un intendente trabaja y lo hace bien, es muy difícil ganarle, aunque vaya sólo en una boleta vecinal”, dicen observadores de muchos años en el Gran Buenos Aires.

 

Cada vez que se acerca una elección, CFK vuelve a tener gestos de acercamiento para con los nuevos y no tan nuevos “barones” del conurbano.

 

En sus posiciones extremas, lo más llamativo de las últimas semanas fue la autodefinición del senador Joaquín De la Torre, luego de un acto con Patricia Bullrich en Moreno, cuando dijo que él era el “Trump” del conurbano.

 

Hasta aquí, quien más reivindicó la figura del presidente de Estados Unidos es Javier Milei. A propósito, aún es una incógnita quién es el referente del libertario en la provincia de Buenos Aires que pueda convertirse en candidato a presidente. Al igual que aquella serie colombiana llamada “sin senos no hay paraíso”, en la política argentina, “sin provincia de Buenos Aires, no hay chances de capturar el poder”. O de tener gobernabilidad.

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