Cuando el FMI contó que el préstamo fue político

Cuando el FMI contó que el préstamo fue político

Guzmán refirió al carácter geopolítico del desembolso, algo que los enviados de Georgieva hablaron con la UIA y CGT. Una ayuda memoria en el tramo final de la negociación.  

 

El ministro de Economía, Martín Guzmán, volvió a poner sobre la mesa el carácter geopolítico del préstamo del Fondo Monetario (FMI) a Mauricio Macri, en una apelación que es una especie de ayuda memoria en el tramo final de la negociación, a horas de posibles reuniones en el marco del viaje al G-20 en Roma. La manifestación del ministro, que cambió el tono a un perfil más político y menos técnico, se emparenta además con otros dos hechos: la inminencia de las elecciones legislativas y la embestida fallida pero con daño de sectores conservadores a Kristalina Georgieva, titular del organismo. 

La apelación del funcionario tiene correlación con hechos de relativa cercanía: en las últimas tres visitas de la misión del Fondo a la Argentina, los enviados del organismo mantuvieron encuentros con empresarios y dirigentes sindicales. El primero, incluso, ocurrió en 2019, cuando todavía gobernaba Macri. En esas charlas, admitieron que el programa excepcional otorgado a la Argentina tenía que ver con una decisión política. Si bien no interpretaron en detalle la idea que luego se confirmó por otras vías, sí concedieron que las condiciones del préstamo fueron irregulares.

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La primera reunión que mantuvieron en Argentina fue con los empresarios de la Sociedad Rural, antes de las elecciones que llevaron a Alberto Fernández a la Presidencia. El encuentro fue el Four Seasons y los enviados de la misión advirtieron que la cosa con Argentina no estaba bien. Se sorprendieron, incluso, cuando el entonces titular de la SRA, Daniel Pelegrina, vendió un panorama positivo sobre lo que vendría.

Tan mal cayó en la misión ese encuentro, que el segundo mitin no tuvo a los ruralistas entre los invitados. A fines del 2019, Julie Kozak y el venezolano Luis Cubeddu, enviados de Georgieva, pidieron reuniones con dirigentes de peso de la Unión Industrial (UIA) y la CGT. Las reuniones se hicieron en un salón alquilado en el hotel Hilton de Puerto Madero. Por los industriales, participaron el entonces presidente de UIA, Miguel Acevedo y el actual, Daniel Funes de Rioja. Con la CGT, hubo una mesa de cuatro dirigentes. Allí, los enviados del FMI admitieron la decisión política detrás del crédito de 45 mil millones. Fueron, más que nada, los dirigentes sindicales los que los inquirieron en ese sentido. En ambas reuniones, la misión se llevó un panorama bastante más real de la Argentina, que arrancaba a gobernar Fernández.

La teoría del carácter político viene dada por el rol de Estados Unidos, entonces conducido por Donald Trump, y un Fondo encabezado por la francesa Christine Lagarde. La idea del socio mayoritario del organismo era inyectarle dólares frescos al Gobierno de Cambiemos, ya en medio de una crisis sin retorno, sin acceso a los mercados y un colapso interno en todos los frentes. Un traspaso de fondos de carácter estratégico para sostener en la región una alianza sustentable de gobiernos de derecha y centro derecha. Tan grande fue el respaldo que el préstamo del FMI, inicialmente de 57 mil millones que fueron 45 por decisión del Gobierno de Fernández, fue el desembolso más importante no sólo en la historia de Argentina, sino también del propio organismo.

En la charla organizada por Revista Crisis en el CCK, Guzmán deslizó incluso otros detalles de esta historia. “El préstamo del FMI fue un préstamo político. El FMI no lo va a reconocer, pero fue el Director Ejecutivo en el FMI que se sentaba en la silla de Estados Unidos al momento del préstamo quien dijo públicamente que había sido un préstamo de apoyo al gobierno anterior”, expresó el funcionario. La referencia fue para Mauricio Claver Carone, actual titular del Banco Interamericano de Desarrollo y que entonces estaba como Director Ejecutivo de Estados Unidos en el FMI. Permaneció allí hasta el fin del Gobierno de Trump.

 

Ese cambio de mando y la llegada de Biden transicionó también con una modificación en el Fondo. La búlgara Georgieva reemplazó a Lagarde y abrió otro tono en la negociación con Argentina. Si bien el mundo entró en pandemia, la dirigente reformuló el nexo con Argentina y movió varios paradigmas. Por todo esto, en el Gobierno entienden que es momento de recordar los antecedentes del crédito, para ponerlos sobre la mesa a la hora de negociar y llevar al llano cuestiones técnicas en plena campaña. 

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