El confuso vecindario de Alberto

El confuso vecindario de Alberto

Por: Jorge Fontevecchia. En otoño del año pasado era todo distinto. México seguía gobernado por el partido de centroderecha de siempre: el PRI, presidido por el candidato de Televisa, Enrique Peña Nieto.

En Venezuela faltaban meses para que tuviera un “presidente encargado” antichavista: Juan Guaidó. En Chile, Sebastián Piñera acababa de ser electo presidente por segunda vez, derrotando a la coalición de partidos de centroizquierda que había llevado a Michelle Bachelet a la presidencia. En Bolivia, la reelección de Evo Morales al año siguiente parecía imposible después de haber perdido el referéndum previo. En Brasil, Lula ingresaba a la prisión tras dos condenas judiciales por corrupción mientras emergía Jair Bolsonaro como candidato triunfador a la presidencia, que ganaría meses después. En Argentina, la reelección de Macri al año siguiente parecía lo más seguro cuando todavía nadie imaginaba que en pocas semanas se tendría que anunciar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, generando una retroalimentación de devaluaciones. En la Organización de Estados Americanos, la OEA, su secretario general, Luis Almagro, decía que para desalojar a Maduro de Venezuela no había que “descartar ninguna opción, incluyendo la militar”, generando que en su país, Uruguay, lo expulsaran del Frente Amplio, la alianza de centroizquierda que gobernó durante 15 años pero perdería ahora las elecciones contra el centroderechista Luis Lacalle Pou. Y el año pasado todo indicaba que Donald Trump iba camino a su reelección en las elecciones de noviembre de 2020.

2019

“Pasaron cosas” pero lo esencial es que comenzó a cambiar el humor de época. En México ganó las elecciones el candidato de izquierda Manuel López Obrador, quien inició su presidencia el 1º de diciembre y ya en febrero mostró sus diferencias negándose a reconocer a Juan Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela, cambiando la posición que vino teniendo México como integrante del Grupo de Lima, en contra de las posiciones anti Maduro de la Argentina de Macri, del Chile de Piñera, del Brasil de Bolsonaro y la Colombia de Iván Duque (su presidente recién electo y bien a la derecha de su predecesor).

En Venezuela, dentro de dos meses se le vence a Guaidó su mandato como presidente de la Asamblea Nacional (equivalente a la Cámara de Diputados) sin poder hacerle mella a Maduro. En Brasil se comenzó discutir la prisión de Lula cuando en enero de 2019 Bolsonaro nombró como ministro de Justicia al juez que lo había condenado, Sérgio Moro, y meses después el sitio de periodismo de investigación The Intercept Brasil difundió grabaciones entre el juez Moro y los fiscales que pusieron en duda su imparcialidad. En Chile se generó la mayor manifestación de su historia oponiéndose a la política económica conservadora. En Bolivia, aunque con discusiones, Evo Morales es reelecto en primera vuelta. En Argentina, la coalición del panperonismo con el kirchnerismo hizo que Alberto Fernández fuera electo presidente y en Estados Unidos comienza el juicio político contra Trump, que pone en duda su reelección.

2020

Years & Years es una muy exitosa serie de seis capítulos de BBC y HBO que, en tono de ficción, narra una distopía que comienza en 2019 y avanza sobre lo que sucederá los diez años siguientes. En el medio de esa trama, en Inglaterra asume un jefe de Gobierno que no proviene de la política y se hizo popular al estilo de Bolsonaro diciendo barbaridades en contra de lo políticamente correcto, que incluyen insultos. Trump es reelecto y tira una bomba nuclear sobre una isla artificial con la que China pretendía crear derechos sobre parte de sus aguas internacionales. Grecia e Italia abandonan la Unión Europea, el gobierno de España es derrocado por la revolución, y Estados Unidos deja de ser miembro de las Naciones Unidas. Estos pronósticos no son necesariamente probables, aunque sí son posibles.

¿Cuáles podrían ser las distopías en Latinoamérica? Que Trump, siendo reelecto, profundice su tendencia a resolver con beligerancia los conflictos pasando de la violencia oral a la militar en Venezuela, utilizando a Bolsonaro como cabeza de playa militar en Sudamérica. Las relaciones exteriores de Brasil ya son una distopía porque el gobierno de Bolsonaro arrasó con excelencia de Itamaraty, la más prestigiosa diplomacia de países en vías de desarrollo del mundo. No solo Bolsonaro no felicitó a Alberto Fernández por su elección, sino que dijo que los argentinos “eligieron mal”. Su canciller, Ernesto Araújo, en el más antidiplomático de los modos, dijo que Alberto Fernández “es una mamushka que contiene a Cristina, Lula y Chávez”, y que “las fuerzas del mal están festejando en Argentina” con el triunfo de Fernández. Y para concluir, Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente y diputado, se burló por Twitter del hijo de Alberto Fernández por ser drag queen, streamer y gamer, comparando su foto repleto de armas con la caracterización de Estanislao Fernández como Pikachu, de la serie animada japonesa Pokémon.

No alcanza con la carta “personal” que el canciller Jorge Faurie envió al embajador brasileño en la Argentina, protestando por el tuit del diputado Bolsonaro. El propio Macri como presidente en ejercicio, en representación de toda Argentina, debería haber salido a defender a Alberto Fernández de las primeras críticas del presidente Bolsonaro, exigiéndole al Estado brasileño que no se entrometa en el proceso electoral de Argentina como sí hizo Luis Lacalle Pou en Uruguay, cuando Bolsonaro criticó a sus oponentes del Frente Amplio.

No es casual que Alberto Fernández esté en México realizando su primer viaje como presidente electo. Una alianza entre Andrés López Obrador y Alberto Fernández para ponerles freno a Trump y a Bolsonaro en Latinoamérica es la principal apuesta de las relaciones exteriores del gobierno que asumirá el 10 de diciembre. Para entender esa lógica, vale leer en esta edición el reportaje al chileno Marco Ominami (https://bit.ly/2q9EsaZ), fundador del Grupo de Puebla, acompañante de Alberto Fernández en todos sus viajes al exterior y principal asesor extranjero en asuntos internacionales.

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