Ariel Maciel

La revelación pública de Sergio Massa de poner su candidatura presidencial como prenda de unidad del Frente de Todos en la AmCham Summit 2023, generó alivio en el círculo rojo estadounidense. Sucede que el empresariado considera que la conformación de una oferta de centro dentro de la grieta, y con fuertes vínculos con el poder de Estados Unidos, que representan el ministro de Economía y el dialoguista y reformista opositor, Horacio Rodríguez Larreta, abre una ventana de oportunidad para una transición sin crisis terminal del gobierno de Alberto Fernández.

La posibilidad de una candidatura “genera previsibilidad” en los negocios, según confesaron a PERFIL fuentes de AmCham. Hasta el momento, el jefe del Palacio de Hacienda había descartado la posibilidad de subirse a la carrera presidencial, debido a los “condicionamientos” familiares, pero principalmente por la incompatibilidad de la función pública en el Ministerio de Economía y la candidatura. De avanzar en esa dirección, se agigantan las posibilidades de que abandone su cargo, pero deje a cargo del quinto piso a alguno de sus funcionarios de confianza, sin tocar a nadie del equipo económico, según pudo saber este medio.

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La pregunta del presidente de AmCham y senior country manager del JP Morgan, Facundo Gómez Minujín, fue concreta: “¿Vas a ser candidato?”. Más allá de la incertidumbre de la recalibración del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, las restricciones a las importaciones e, incluso, de las tensiones cambiarias, las y los ejecutivos de las multinacionales de capital estadounidense esperaban una señal política para achicar el pánico de la avanzada de China en la región. Massa es visto como un aliado de los Estados Unidos en las relaciones geopolíticas.

 La euforia empresaria ante el Massa candidato

“Un gobierno tiene la obligación de dar certidumbre y parte de eso es no exponer a la sociedad a los debates internos”, sostuvo el ministro, ante el entusiasmo de la platea empresaria. La premisa de unificar el poder del Frente de Todos bajo una figura de unidad achicará los condicionamientos de la política cambiaria, razonaron en el entorno del líder del Frente Renovador. La reaparición en escena del brazo político del jefe del Palacio de Hacienda en los últimos días, con comunicado de por medio, se completó con el nuevo perfil que tomó su líder. Sin embargo, Massa evaluará, primero, el impacto en el seno del kirchnerismo para definir si profundiza su perfil de candidato.

Para el círculo rojo estadounidense, la elección del lugar que hizo Massa para confesar sus aspiraciones presidenciales se convirtió en una “señal de buena relación” con el bilateralismo comercial, justo cuando se cumplen 200 años de relación entre ambos países y en el momento de incertidumbre por el avance de los BRICS, con Brasil como referencia en la región. “Necesitábamos tener certidumbre para pensar en los proyectos de largo plazo”, admitió un empresario del sector productivo. Otra fuente, fue más contundente: “Es un candidato dialoguista y pro mercado”.

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Luego del primer test electoral del año, Massa recibió en el Ministerio de Economía a los gobernadores electos de Río Negro, Alberto Weretilneck, y de Neuquén, Rolando Figueroa. El lunes pasado, eligió felicitar a Carlos Sadir (Jujuy), Ricardo Quintela (La Rioja) y Hugo Passalaqua (Misiones) vía la red social Twitter. Ambas acciones mostraron a un ministro en función más de líder político que a la par de sus compañeros de Gabinete nacional. De hecho, fuentes del Palacio de Hacienda no descartaron la posibilidad de que viaje para acompañar al gobernador de Salta y aliado político, Gustavo Sáenz, que encabeza las encuestas que le podrían permitir la reelección en las elecciones del domingo próximo.

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El empresariado multinacional se jugó por dos cartas que le sientan bien: Massa y Rodríguez Larreta. Si bien mantienen confianza con la otra gran candidata opositora, Patricia Bullrich, el mundo de los negocios prefiere “certidumbres” en un contexto de tensión política, social y económica. Para los ejecutivos, la salida de la crisis deberá darse por el carril más cercano al centro, sin desconocer que “es necesario que el juego de la grieta salga en respaldo de los candidatos del diálogo, porque, en definitiva, tanto Cristina (Kirchner) como Mauricio (Macri) tienen un caudal de votos necesario para ganar”.

Rodríguez Larreta fue contundente: “No voy a cambiar el eje del bilateralismo”, les prometió a los empresarios, ante la pregunta obligada sobre el ingreso de la Argentina a los BRICS, en un eventual gobierno de Juntos por el Cambio. Incluso, dejó señales de integración en su gabinete nacional de equipos técnicos de sus contrincantes de internas primarias e, incluso, de representantes del peronismo díscolo, alejados del kirchnerismo.

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El ausente fue el libertario Javier Milei, que había sido invitado, pero que nunca dio el visto bueno. No fue bien tratado en los pasillos del Hotel Alvear Icon, de Puerto Madero. “Sus planes son imposibles de poner en práctica y sólo generan incertidumbre”, se quejó un ejecutivo consultado por este medio. Pero esos dardos no sólo fueron para el candidato anti casta, sino que se extendió para el exministro de Cambiemos Nicolás Dujovne, quien había alertado por el uso de encajes bancarios para sostener las reservas negativas del Banco Central: “Está jugando a la política con el bolsillo de la gente. Lo que planteó es totalmente infundado”, disparó un representante de la banca internacional, presente en el evento de AmCham.