Alberto Fernández pone la lupa sobre el dólar “blue” y analiza los aumentos que autorizó Mauricio Macri

Alberto Fernández pone la lupa sobre el dólar “blue” y analiza los aumentos que autorizó Mauricio Macri

El presidente electo revisará las subas que permitió el Gobierno tras las elecciones. Prepagas, combustibles y telefonía, en la mira. El caso de la electricidad.

 

Faltan casi 40 días para que Alberto Fernández jure como presidente, período de transición que anticipa minado de datos incómodos, como la ráfaga de suba de tarifas que autorizó Mauricio Macri y empezaron a ejecutarse tras la elección.

Antes de viajar a México, Fernández cenó el jueves con Cristina Kirchner, segundo encuentro mano a mano en 48 horas porque se habían visto el martes. En la previa, en diálogo con Clarín, dejó sentada posición sobre los aumentos.

 

"Hizo lo que prometió: frenar las subas hasta las elecciones y después aumentó todo", le dijo a este diario en referencia a Macri y en un breve contacto. Dio una estocada: "Son medidas a favor de sus amigos empresarios y en perjuicio de la gente".

Antes de partir, Fernández bajó línea a su equipo para recabar datos de información pública, mirar informes privados de cada área sin avanzar, todavía, en charlas con los equipo de Cambiemos.

El dato tiene un subtexto: en el albertismo aseguran que no hay ninguna instancia de acuerdo entre ellos y el Gobierno para avanzar con las subas de tarifas, tal como deslizan funcionarios de Cambiemos.

"Es mentira que sean medidas consensuadas. Mentira", aseguró a Clarín un colaborador estrecho de Fernández. Y agregó: "Macri debe gobernar hasta el 10 de diciembre y hacerse cargo de cada medida que tome".

El frente económico es el más conflictivo. El equipo que integran Matías Kulfas, Cecilia Todesca y, entre otros, Guillermo Nielsen, hará una radiografía de los incrementos otorgados por la Casa Rosada tras la elección.

Se trata, en general, de subas que se frenaron antes de la votación en clave de campaña y Macri reprogramó para después del 27 de octubre. Empezaron la semana pasada y seguirán todo noviembre: combustible, prepagas y telefonía son algunos de los segmentos.

En el paquete, asoma otro expediente: María Eugenia Vidal validó un incremento de 25% en la electricidad en la provincia de Buenos Aires. 

En el radar del presidente electo el tema tarifas supone un conflicto a futuro cercano. Las subas que autorizó el Gobierno impactan sobre la inflación y sientan una base tóxica como inercia inflacionaria, dicen desde el albertismo.

"Veremos qué se revisa, qué se valida y qué se retrotrae", es la síntesis de lo que hará, apenas asuma, Fernández respecto al tsunami de incrementos que empezó esta semana.

La decisión es mirar renglón por renglón cada aumento, lo que supone un despliegue técnico importante, para su dimensión, su lógica y su fundamentación.

"Hay lógicas de cada sector", dicen en el equipo del presidente electo. 

El factor precios, que impacta sobre la inflación presente y futura, se ata con otro ítem: el dólar y el impacto real del "cepazo" que dispuso el Gobierno el domingo mismo que perdió la elección y Macri archivó la fantasía de la reelección.

Hay, al respecto, una mirada cauta. "El cepo de los 10 mil dólares que puso Sandleris funcionó la primera semana, hasta que se acomodó el sistema. Después siguió la fuga como antes", dicen sobre la hipotética calma en torno al dólar y la baja del blue.

El Gobierno, dicen en el albertismo, "suele creer que con las medidas se resuelven los problemas y no es así. El blue bajó, entienden, porque el mercado se stockeó de dólares antes de las elecciones y luego salieron a vender "haciendo diferencia".

Por eso, la baja del blue sería pura espuma porque, entienden, el mercado del dólar informal sube o baja con muy poco volumen. Traducción: para el albertismo la pequeña brecha, razonable, de entre 5 y 10% entre el oficial y el blue "es todavía ficticia".

En el planeta Fernández no quieren que suba el blue pero no descansan en la teoría oficial de que la tensión sobre el billete se frenó.

En el Frente de Todos leen, además, que el Gobierno no bajará más la tasa de las Leliqs, uno de los puntos sobre los que más pegó Alberto Fernández en la campaña, porque "con tasas por arriba del 60% no hay financiamiento productivo posible".

Al regreso del presidente electo, comenzará la instancia de la transición área por área. "Habrá reuniones si es necesario", avisan a Clarín desde la calle México, donde opera el albertismo primer anillo.

Otros lo hacen desde otros búnkeres: Gustavo Béliz, el regresado ex ministro que se convirtió en uno de los cuatro encargados de la transición, y Vilma Ibarra, la dama de ese cuarteto, operan desde oficinas que no están en México 337.

Eduardo "Wado" De Pedro, el diputado camporista que Alberto incorporó a su núcleo de más cercanía, lo hace desde el despacho que tiene en el Congreso o en su estudio.

Como contó este diario, Fernández armó un scrum de 40 dirigentes para avanzar, área por área, en la transición. De ahí saldrá, dicen a su lado, el gabinete que lo acompañará desde el 10 de diciembre.

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