La actividad bajó un 20% y los gremios que trabajan en tierra se mantienen en alerta. Crece la cantidad de barcos que se van al sur y la zafra del calamar no fue buena. Reclaman medidas al gobierno.
La caída en las descargas pesqueras en los últimos meses genera una fuerte preocupación en muchos sectores del puerto de Mar del Plata.
Por diferentes motivos, mermó significativamente la cantidad de ingresos de barcos. Lo que tiene un impacto directo en gran parte de la cadena de la industria pesquera. Los gremios que representan a los trabajadores de tierra son los más afectados y los estibadores se declararon en estado de “alerta y movilización”.
La preocupación también alcanza a las firmas (en su mayoría cooperativas) que realizan el trabajo de la descarga en el muelle, lo que motivo la redacción de un comunicado conjunto en busca de soluciones.
Las descargas de pescado bajaron un 18% en los primeros tres meses del año. Uno de los motivos es el magro inicio de la zafra del calamar, con rendimientos muy inferiores a los habituales. Otra de las causas, la que genera más preocupación, es la profundización de una problemática que se agudiza: el traslado de muchos barcos al sur de país.
Son varios los fresqueros que si bien tienen asiento en Mar del Plata, se van a pescar al sur y realizan la descarga en los puertos de esa zona. De esta manera, la operación de esa mercadería se realiza en forma completa en Chubut o Santa Cruz.
Esta situación ya se volvió habitual en la zafra del langostino (comenzará próximamente), pero ahora se trasladó a los fresqueros. “Están vaciando el puerto, nos están robando el trabajo”, advierte el secretario general del SUPA. Carlos Mezzamico.
Según las estimaciones del gremio que nuclea a más de 600 trabajadores, la actividad bajó cerca de un 60% en lo que va del año. “Nosotros no somos de pedir subsidios, nunca había pasado eso. Hace tres meses que la gente la está pasando mal”, explicó el sindicalista y agregó que la problemática impacta “directa o indirectamente en cerca de 20 mil personas”, entre los que mencionó a camioneros, fleteros, guincheros, fileteros. “Esto nos afecta a todos los que trabajamos en tierra porque no podemos ir con los barcos a otro lugar”, analizó.
Se estima que cerca de diez barcos operan en Comodoro Rivadavia y en Caleta Paula. Las empresas reciben “cuota social” de Santa Cruz y Chubut y además les resulta favorable porque se mantienen cerca de la zona de pesca y ahorran en combustible.
Las firmas de estibadores y el sindicato que los nuclea consideran que “se violan resoluciones y artículos de la ley de Pesca en la que está claro que el barco debe descargar en el puerto donde tiene asiento”.
En ese sentido, le apunta directamente a la representación provincial en el Consejo Federal Pesquero.
En un puerto como el de Mar del Plata, cuya actividad depende en gran parte de la industria pesquera, esta situación tiene un impacto significativo.
El movimiento de barcos hacia el profundiza la falta de continuidad en la actividad que ya de por si es irregular por una cuestión estacional.
Incertidumbre
Las entidades que nuclean a las Cooperativas y Empresas prestadoras del servicio de estibaje y transporte de cargas en el puerto junto al Sindicato Único de Portuarios Argentinos (SUPA) difundieron un comunicado en el que expresan “preocupación e incertidumbre” y reclaman la intervención de organismos oficiales nacionales y provinciales.
Los buques con puerto de asiento y operativo en Mar del Plata bajo jurisdicción de la provincia de Buenos Aires se encuentran realizando descargas de merluza, langostino y calamar en puertos patagónicos, según señalaron, lo que implica la permanente pérdida de cargas ingresadas a la terminal para su posterior descarga generando la falta de trabajo en la terminal portuaria marplatense.
En el comunicado, le apuntan a la Secretaria de Pesca de la Nación que “articula políticas antibonaerenses para migrar de forma sistémica la pesca hacia los puertos de provincias patagónicas provocando un vaciado en la cantidad de ingresos a puerto local de los buques congeladores, poteros, fresqueros y tangoneros”. Asimismo, consideran que esta situación “pone en peligro el trabajo y el desarrollo de esta actividad vital para la región”.
Además reclaman a las autoridades provinciales la “gestación de programas de incentivos que transformen a la provincia en una región competitiva para que las inversiones vinculadas al sector pesquero se realicen y no sean desviadas a provincias Patagónicas, como sucede”.