Nueve meses de gobierno: para la pesca no alumbran soluciones

Nueve meses de gobierno: para la pesca no alumbran soluciones

La mesa multisectorial que convoca Provincia debía reunirse cada 10 días pero la última fue hace un mes. De tan inmóvil, la flota fresquera dibuja una postal en los muelles del puerto. Pioneros, campañas e hipocresía.

 

Camino a cumplir nueve meses de gestión, el nuevo gobierno deCambiemos no ha podido modificar la realidad y aportar soluciones capaces de reactivar la industria pesquera. Más allá de la reducción de los derechos de exportación y el sinceramiento del tipo de cambio, que a esta altura asoman remotos para los actores de la principal actividad económica de la ciudad, lo único que aflora en superficie es una creciente pérdida de competitividad. 

El tiempo pasa y la promesa de Leonardo Sarquis y Marcelo Villegas, esa de tener reuniones cada 10 días con todos los referentes del sector para “poner a la industria pesquera en el lugar donde tiene que estar”, como aseguraron el 21 de junio pasado en la Delegación del Ministerio de Trabajo de la Provincia, se borronea como el coeficiente de los buques congeladores. Nadie sabe exactamente cuánto pescado convierten en filet los buques factoría.

La última reunión que encabezaron los ministros de Agroindustria y Trabajo fue el 3 de agosto en el Consorcio Portuario, donde por primera vez dividieron la problemática en tres mesas de trabajo que analizó “Condiciones laborales, empleo y productividad”, “Marco regulatorio y situación impositiva” e “infraestructura portuaria” y se fijaron prioridades. 

Con suerte habrá reunión la próxima semana –al cierre de esta columna la fecha precisa era un misterio- y los plazos se estiran, aunque todavía estamos dentro de los 90 días de plazo que pidieron los ministros para que lleguen las soluciones. 

Lo que avanza es una temporada de caballa que tuvo buen clima y buenas capturas, aunque las conserveras siguen pagando el pescado a no más de 11 pesos el kilo, cuando el año pasado llegó a valer $14 a esta altura. “Es eso o tenemos el barco parado”, dijo José Ramacci, armador del “Salvador R”, uno de los invitados al cumpleaños de Federico Contessi, celebrado este lunes. 

El buque fresquero fue construido en el astillero y botado en noviembre del 2009. Fue la construcción 111 en las gradas del empresario naval que sopló  85 velitas y a modo de tributo y reconocimiento, sus hijos editaron un libro en que repasan su vida como constructor de barcos, forjador de trabajo y hacedor de sueños. 

La vida de Federico son hechos, no palabras ni anuncios, mucho menos promesas. Hechos también son los que atraviesan a los barcos costeros y a las lanchas artesanales que fueron a pescar corvina a la Bahía de Samborombon y ahora están pegando la vuelta. 

La temporada confirmó todos los malos pronósticos. Sin mercado por la crisis en los países demandantes de África, la flota accede a un recurso de buen tamaño pero que vale menos que el año pasado y apenas sirve para atender la demanda de China, que no alcanzan a satisfacer empresarios chinos con plantas y barcos propios, radicados hace varios años en nuestras costas. 

Nueve meses a la expectativa llevan los buques fresqueros, que con inercia flotan amontonados en el espejo interior del puerto. Muchos aguardan que haya una disminución impositiva para que el precio del combustible no impacte tanto en la estructura de costos. Hoy la rentabilidad de los armadores no pasa por pescar más sino por consumir menos gas oil. Nadie sale por las dudas… a probar por si aparece el pescado. Colar agua un par de días es un lujo que ya nadie puede darse.

Otros barcos,  como algunos de los del grupo Caputto (Ostramar), que llevan años soldados al muelle, no podrán salir así nomás. Se vencieron todos los plazos para justificar la inactividad y sus permisos de pesca se darán de baja. De esos buques depende una cincuentena de tripulantes.  Por estas horas el Simape junto con el armador intentan persuadir a la autoridad de aplicación para encontrar caminos alternativos. La joda no se acabó para todos…

Tomás Gerpe parece estar más atento a revisar la agenda y tener al día el pasaporte para visitar ferias internacionales –estuvo en España, Rusia y China, rememorando sus días como vendedor de langostino- que por encontrar respuestas a las necesidades de sus administrados, cuyas empresas generan miles de puestos de trabajo que hoy sobreviven al básico y al garantizado.

Gerpe celebró el restablecimiento de las campañas de investigación delInidep. El BIP “Eduardo Holmberg”, el único de los tres barcos al que el instituto le asignó protagonismo en lo que queda del 2016, completó las pruebas de mar antes de iniciar la campaña global de merluza, la cual todavía no tiene fecha exacta, pese a que el director, Otto Wôhler había dicho que se iniciaría en agosto. 

Además de evaluar posibles roturas en una estructura mecánica que llevaba 30 meses sin exigencias, en el Inidep había preocupación por conseguir el combustible. Cada día de campaña tiene un costo de 200 mil pesos y la primera etapa comprende 28 días. La semana pasada Gerpe estuvo en Mar del Plata y  garantizó los fondos para el gas oil: el buque consume unos 5 mil litros diarios. 

"Estas investigaciones posibilitan planificar una pesca sustentable, equilibrada, de calidad y competitiva. La información recabada es de suma importancia ya que permite la adopción de las medidas necesarias para la explotación sustentable de nuestras pesquerías", resaltó elSubsecretario de Pesca y Acuicultura sobre la recuperación de movilidad del Holmberg.

No son pocos en el puerto los que se preguntan en qué lugar del discurso de Gerpe hay que  ubicar la autorización del cambio de operatoria del “Bouciña”, un barco de la empresa Galme, que pasó de ser fresquero a poder pescar langostino como congelador.

El pedido fue otorgado de forma unánime por el Consejo Federal Pesquero en el Acta 20 y deja como un papel pintado a la Ley Federal de Pesca. Los armadores interesados en imitar el movimiento pendular del “Bouciña” forman una lista no tan amplia como los invitados al cumpleaños de Contessi, pero que seguramente pondrán las palabras del Subsecretario en la repisa de la hipocresía.

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