Temor al “efecto helicóptero”: ¿Y si el macrismo pierde las legislativas 2017 en tierra bonaerense?

Temor al “efecto helicóptero”: ¿Y si el macrismo pierde las legislativas 2017 en tierra bonaerense?

El gobierno nacional tiene en sus manos una bomba de tiempo. A cuatro meses de haber iniciado su mandato, ni Mauricio Macri, ni Gabriela Michetti, ni siquiera María Eugenia Vidal pueden protagonizar actos o caminatas en paz. El clima se va tensando en la calle y, aunque hoy parece lejano, las legislativas del próximo año están más cerca que nunca. La elección en terreno bonaerense será clave para Cambiemos; una derrota frente al PJ podría ser el comienzo del final.

TIRANDO SALVAVIDAS

Brusca devaluación, despidos a mansalva, aumento sideral de precios, todo converge en la era Macri. El gabinete presidencial se recostó en sus primeros días sobre el rechazo que aún generaba la imagen de Cristina Fernández de Kirchner y justificó sus actos hablando de la herencia. Pero el tiempo se va agotando y la excusa de que “el ajuste era inevitable” ya no convence a gran parte de los argentinos o, en todo caso, esperan que haya acciones sobre esto.

Cambiemos debe empezar a gobernar. Gobernar, según Perón, es dar trabajo; y según Simón Bolívar es asegurar la mayor suma de felicidad para el pueblo. La revolución de la alegría no logra dar en ninguno de los dos flancos, pero esta última semana salieron a anunciar medidas de tinte popular para aplacar la tensión social.

Tras el escándalo de los comedores y el fallecimiento de una docente a raíz de los descuentos a SOEME,  la gobernadora de Buenos Aires anunció un incremento en el presupuesto de los comedores escolares y en materia de salud. Macri también se vio obligado a responder frente al descontento, por lo que presentó un proyecto de ley para devolver parte del IVA a los jubilados que cobran el haber mínimo y a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. Además, anunció el cobro por única vez de 500 pesos extra para este mismo grupo. En materia política, anunció que la tercera semana de mayo se reunirá el consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, en donde intentará a contener a empresarios y sindicatos.

LOS INDUSTRIALES Y LOS GREMIOS

Cuando Sergio Massa quedó fuera del balotaje, su partido se dividió. Ignacio De Mendiguren, ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) e histórico armador de ese sector, salió inmediatamente a dar su apoyo a Daniel Scioli pasando por encima las directivas del propio Massa, que mantuvo cautela. De Mendiguren dijo abiertamente que un gobierno liberal, que no otorgue subsidios y abra la puerta indiscriminadamente a las importaciones, afectaría gravemente a la incipiente industria. Dicho y hecho, muchos industriales empiezan a ver las consecuencias del cambio, incluso en lo que respecta a las abultadas sumas en las tarifas de agua y luz, servicios fundamentales para las empresas.

El mismísimo Paolo Rocca, titular de Techint, ha comenzado a afilar las garras contra Cambiemos. Su relación con el kirchnerismo fue cambiante, siempre tirante, pero terminó de contaminarse con el intento de insertar a representantes del gobierno en el directorio. Rocca jugó para Macri, pero ahora empieza a ver las consecuencias. En los primeros días de abril, advirtió que cerrará Tenaris Siderca, su fábrica de tubos sin costura, si el gobierno nacional habilita la importación de ese insumo para un gasoducto planificado en Córdoba. Quienes también se pusieron en alerta fueron los dirigentes del Unión Obrera Metalúrgica (UOM), cuyo titular sigue siendo Antonio Caló, al frente también de la CGT otrora oficialista.

Y es que no sólo los industriales empiezan a ver el panorama con preocupación. Los gremios ya tienen pensada su primera aparición fuerte en la calle. Si bien no será bajo el título de paro general, lo cierto es que todas las centrales sindicales marcharán el viernes 29 de abril para conmemorar el día Internacional del Trabajador, que este año cae domingo. La novedad es que después de años las tres CGT y las dos CTA compartirán escena en lo que pareciera ser constituirá la antesala de la unificación. Un movimiento obrero fuerte es lo que más teme el gobierno de Macri, ya el poder de fuego de los sindicatos ha demostrado históricamente que puede torcer un rumbo. Sus alianzas conJorge Triaca y el “Momo” Venegas ya no le bastan para contener al gremialismo.

PODER POLÍTICO

Las alianzas se van enfriando y en algunos casos, desapareciendo. Pero Macri tiene el poder político, al menos de forma. La caja nacional, la bonaerense y hasta la de Capital Federal le pertenece a Cambiemos, más precisamente al Pro. Por otra parte, el oficialismo pudo sortear los obstáculos que tenía en las cámaras de Diputados y Senadores, en donde se alió con el Frente Renovador y logró obtener mayorías, incluso llegando a obtener votos favorables de legisladores del FpV. La pregunta a futuro es hasta cuándo lograrán sostener ese apoyo, cuándo Sergio Massa decidirá plantarse como definitivo opositor y qué pasará con el peronismo si dirime su interna.

Las elecciones de medio término pueden llegar a ser una respuesta a todos esos interrogantes. Eso es lo que más preocupa al macrismo. Si el gobierno sufre una derrota en las legislativas, todas sus alianzas podrían caerse de manera definitiva, ya que los sectores quedarían marcadamente opositores de cara al 2019. El kirchnerismo perdió en las legislativas de 2009 y 2013, pero en 2005 ganó y dirimió una feroz interna con el duhaldismo, al que terminó desplazando. En suma, el FpV ganó en 2003, 2005, 2007 y 2011 (entre legislativas y generales), es decir que recién después de seis años perdió su primera elección. Además, cabe resaltar que Cambiemos ganó por una diferencia de menos de 2 puntos por sobre el FpV, por lo que la elección de 2017 es definitoria: el pueblo argentino o se inclina para Cambiemos, o reafirma que llegó al gobierno casi de casualidad.

Además, al gobierno nacional lo corre el fantasma del “delaruismo”. Fernando De la Rúa llegó a la presidencia tras haber sido jefe de Gobierno porteño. La esperanza que los votantes habían depositado en su figura se disipó rápidamente, y en las legislativas de 2001 perdió por paliza frente a un PJ que, aun debilitado y quebrado por las internas, tocó los 40 puntos. En diciembre de 2001, De la Rúa escapó en helicóptero.

¿HAY CANDIDATOS?

La provincia de Buenos Aires marca tendencia. El termómetro electoral está en la provincia más poblada del país, y por eso es el punto más buscado. Las principales figuras de la política nacional se encuentran en condiciones de pelear la senaduría por Buenos Aires. Sergio Massa, Florencio Randazzo, Daniel Scioli, la propia Cristina Kirchner; todos podrían competir en 2017. Por el lado del macrismo, quizás la figura más fuerte sea Elisa Carrió, pero siempre tiene su propio juego y no se la puede considerar macrista pura. Se barajan también los nombres de Rogelio Frigerio, Jorge Macri y hasta María Eugenia Vidal.

Daniel Scioli tiene a su favor el hecho de ser muy conocido y el haberse ganado la simpatía de muchos votantes en su campaña 2015. Pero también arrastra el peso de la derrota y del combate interno, ya que el propio FpV tuvo resistencias a su candidatura presidencial. Florencio Randazzocree que su reaparición sería triunfal, pero su figura quedó muy pegada al ultrakirchnerismo, minoritario y sectario a los ojos de todo el arco PJ, e incluso fue tildado de traidor por parte del FpV, por lo que habría que ver cuántos dirigentes juntaría en una lista.

Cristina tiene peso propio, pero sería una jugada arriesgada. Su aparición en Comodoro Py dejó distintas lecturas. Por un lado, una lectura positiva apunta que el macrismo se ve eclipsado por su figura, y que Cristina bien podría “volver” para rearticular a la oposición. Por otro lado, y como mirada negativa, también es cierto que la figura de la ex presidenta genera tanta adhesión como rechazo, que en gran parte la derrota del balotaje le pertenece, y que su aparición divide al campo nacional. Una eventual candidatura de Cristina en 2017 complicaría lo que hoy de cara al 2019 parece más necesario: la aparición y consolidación de una nueva figura en el campo popular.

Sergio Massa puede llegar a ser la figura más problemática para el macrismo por dos cuestiones: el tigrense hizo una gran elección en 2013 y se perfila como un presidenciable 2019; además lidera un sector que coquetea diariamente con el macrismo, por lo cual no se pueden dar el lujo de perderlo.Massa tiene como punto en contra que no logra expresar a todo el peronismo, pero si se plantara como opositor quizás podría inclinar al PJ a su favor. Si el massismo decide plantarse en la vereda de enfrente, al macrismo le quedaría poca vida.

LAS CARAS DE CAMBIEMOS

Rogelio Frigerio es uno de los nombres que se baraja para encabezar la lista de senadores nacionales por la provincia de Buenos Aires. Su apellido podría caerle mejor al ala desarrollista, pero lo cierto es que Frigerio no cuenta ni con un alto nivel de conocimiento ni con un carisma particular.Randazzo, Scioli, Massa y sin dudas Cristina podrían voltearlo en terreno bonaerense. No ocurre eso con Carrió, quien en 2007 logró hacer una gran elección presidencial en la provincia, pero en Cambiemos no saben bien cuál es su estrategia y temen que en cuestión de días se rebele. Además,Carrió protagonizó un papelón electoral en 2011.

Quienes mejor miden en Cambiemos son los dirigentes puros del Pro, Jorge Macri y María Eugenia Vidal. El problema es que el primero es intendente de Vicente López y la segunda, gobernadora. Para ocupar un lugar en senadores deberían dejar sus puestos.

Ni Jorge Macri ni María Eugenia Vidal son figuras que sinteticen todo el arco Pro. Si bien Jorge es primo del presidente,  su impronta es, en algún sentido, más popular y marcadamente política, a diferencia de Vidal y su impronta de ONG. Jorge Macri le disputa poder a Vidal en la provincia. Una eventual candidatura suya le subiría aún más el perfil.

Por el lado de Vidal, sería arriesgado que la gobernadora tuviera que dejar su cargo para recluirse en el ámbito legislativo, aunque bien podría ser una estrategia de conservación de su buena imagen, antes de que los vaivenes bonaerenses la gasten. Un triunfo de Vidal en 2017 la posicionaría para 2019, dándole chances de Cambiemos de continuar en el poder.

LAS TESTIMONIALES

Si las figuras fuertes del Pro son un intendente y una gobernadora, y si eventualmente no quisieran dejar sus cargos, cabe preguntarse si Cambiemos lo usará como testimoniales.

“Candidatura testimonial” fue el título que acusó el periodismo para la estrategia de Scioli y Massa en 2009, que fueron por el FpV cuando ya se sabía que no iban a asumir. En aquel entonces, y tras primeras impugnaciones, la  Cámara Electoral se expidió con un fallo dividido. La minoría consideró que las candidaturas debían ser rechazadas, pero la mayoría decidió aceptarlas. Lo que definió el fallo de la Cámara Electoral fue la manifestación expresa de los candidatos impugnados, quienes declararon de diversas formas su voluntad de asumir los cargos. Sin embargo, ambos renunciaron inmediatamente a las bancas.

Esta práctica se repitió en 2013 con mucha menos prensa. Fueron varios los intendentes que estuvieron en las listas legislativas y finalmente no asumieron.

La pregunta de cara al 2017 es si la Justicia avalará nuevamente esta práctica. De ser así, todos podrían jugar. El futuro de Cambiemos se define en esas boletas. 

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