Operadores: Santa María y Olmos, los hombres fuertes del PJ detrás de la candidatura de Lammens

Operadores: Santa María y Olmos, los hombres fuertes del PJ detrás de la candidatura de Lammens

Los principales referentes del peronismo porteño postergaron sus diferencias para apuntalar la postulación del presidente del club San Lorenzo

 

Dos sombras están detrás del candidato del Frente de Todos en la ciudad de Buenos Aires, Matías Lammens. Son los dos pesos pesados del PJ Capital: Víctor Santa María, presidente del partido porteño, y Juan Manuel Olmos, su eterno rival. Con idas y venidas, peleas antiguas y actuales, hoy depusieron sus diferencias en función del armado porteño y el triunfo del peronismo a nivel nacional. A estas dos columnas sobre las que descansa la arquitectura peronista local se suma La Cámpora, cerca de Olmos, que ya estaba dentro del PJ Capital, pero que ahora, con Mariano Recalde, tiene su candidato a senador porteño.

Olmos y Santa María no están cómodos con la agrupación juvenil, aunque el primero se acercó a Recalde y cerraron filas. Olmos, peronista clásico, siempre estuvo más alejado de Cristina Kirchner, mientras que Santa María se ubicó más cerca de la expresidenta. Aún tiene el tatuaje con la frase "no fue magia". La reconciliación entre Cristina y Alberto Fernández fue lo que posibilitó que en la ciudad se limaran las diferencias y ambos se encolumnaran detrás del candidato. Con La Cámpora terminaron acordando, como de hecho siempre lo hicieron entre ellos. Porque nunca llevaron sus diferencias a las urnas del PJ Capital, que ambos manejaron y donde se alternaron luego de la presidencia de Alberto Fernández.

Santa María es un hombre de alto perfil: secretario general del gremio de encargados de edificios, es además el dueño del Grupo Oktubre, un conglomerado de medios que incluye Página 12; las revistas Caras y Caretas, Planeta Urbano, PIN; la radio AM 750; Radio Oktubre FM; Radio Gol FM, y Radio Palermo FM, entre otros medios. El Gobierno lo denunció por lavado de dinero.

Además, como dirigente político que se precie, una de sus terminales es el fútbol: preside el Club Sportivo Barracas. Bajo su gestión se creó la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (UMET), que lidera Nicolás Trotta, coordinador de equipos técnicos de Fernández, de donde surgieron muchos de los cuadros técnicos que asesoran en políticas públicas a los candidatos porteños del Frente de Todos.

Alberto Fernández, cuyo bastión político es el PJ Capital, encuentra en Santa María un amigo y socio político. Este último está orgulloso hoy de que el partido haya sacado en las PASO de la ciudad más votos que nunca en su historia reciente.

En el otro rincón, Olmos se maneja con perfil bajo, más propio de un militante que tiene el control territorial y controla los punteros en los barrios, con capacidad de organización en el interior del partido.

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Olmos también tiene terminales con Daniel Angelici, presidente de Boca y amigo de Mauricio Macri, a tal punto que ocupó la presidencia del Consejo de la Magistratura y manejó la Justicia porteña durante la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad. Entonces fue el garante del acuerdo de gobernabilidad entre Pro y el peronismo.

Olmos, un dialoguista inteligente, fue bautizado por Jorge Bergoglio y hoy tiene una relación de afecto y amistad con el Papa. "Yo a este lo tuve en brazos, pero cuando lo bauticé, ahora sería un milagro", es la frase que le adjudican al Papa cerca de Olmos, para aludir a la contextura física del dirigente peronista.

Fue jefe de campaña de Filmus, presidente del PJ entre 2008 y 2011, y director de la Corporación Antiguo Puerto Madero. Dos años después de que Víctor Santa María asumiera como presidente del PJ, en 2016, Olmos lanzó el Nuevo Espacio de Participación (NEP) y reunió a buena parte de los dirigentes del PJ porteño. Desde allí le hizo guiños a Sergio Massa para un armado local.

En 2016, cuando le preguntaron por su relación con el kirchnerismo y La Cámpora, declaró: "Mi relación siempre fue desde el Partido Justicialista. Y fue oscilante de acuerdo con la cercanía o lejanía que tenían ellos con el partido. Con Néstor más cerca, con Cristina más lejos. Con La Cámpora en particular nunca tuve ningún problema, son grandes militantes, pero fallan como dirigentes".

En esa misma nota, de la revista Zoom, Olmos contó cómo estaba su relación con Santa María: "Muy bien desde lo personal, son muchos años de afecto y trabajo. Desde lo político, en cambio, estamos pensando diferente en cómo salimos de la derrota electoral".

Hasta ese momento, Santa María propiciaba un frente progresista más amplio, con el sabbattelista Nuevo Encuentro y Fernando "Pino" Solanas, entre otros, y Victoria Donda como candidata a jefa de gobierno. Olmos apostaba a Unidad Ciudadana y el kirchnerismo, llevando una lista que proponía a Mariano Recalde como jefe de gobierno.

El cierre de Fernández

Matías Lammens ya conversaba con todos, pero condicionaba su entrada al espacio a no competir en una interna. No se sentía cómodo con Cristina Kirchner como candidata a presidenta.

El armisticio entre Alberto Fernández y Cristina y la posterior decisión de la expresidenta de no ser cabeza de fórmula, más el acuerdo entre Olmos, Santa María y La Cámpora, no alcanzaban para que el PJ tuviera un rol competitivo en la elección porteña. El recuerdo de las derrotas de Daniel Filmus y su máximo récord -28% de los votos- no les daban esperanzas.

Fue Alberto Fernández quien trajo la solución. Juntó a todo el PJ en Ferro Carril Oeste y se sacó una foto con Olmos, Santa María y Claudio Ferreño, el amigo de la infancia del candidato a presidente y su hombre de confianza en la lista porteña.

Fernández aportó el nombre que selló la unidad: Lammens, el presidente de San Lorenzo, que dicen que llegó de la mano del dirigente del Movimiento Evita Fernando "Chino" Navarro. No hubo necesidad de internas y todos se alinearon detrás de Fernández.

Lammens, un chico de barrio con buena imagen, poco conocido fuera del club, ya había conversado de política con Marcelo Tinelli cuando el conductor de TV coqueteaba con ese mundo. Tinelli lo envalentonó, pero se bajó a último momento, mientras hablaba, al mismo tiempo, con Cambiemos y el peronismo. Lammens siguió conversando con Horacio Rodríguez Larreta, que le ofreció ser desde candidato a diputado nacional hasta director del Banco Ciudad. Esa pulseada tuvo como ganador a Alberto Fernández.

Con el sí de Lammens, el frente porteño que había construido el peronismo terminaba de tomar forma. Santa María ya había logrado confirmar a la diputada Donda y al senador Pino Solanas, cada cual con un lugar en la lista. El gremialista también colocó en la fórmula porteña a la candidata a vicejefa, la periodista Gisella Marziotta. Tuvo menos suerte con la lista de candidatos a comuneros, donde Olmos impuso sus nombres.

Este armado progresista, que alberga en su seno a todos los hombres fuertes del PJ porteño, ya demostró su eficacia: el 11 de agosto obtuvo el 34% de los sufragios. A los votos duros del peronismo les sumó los del progresismo que arrastraron Lammens, Donda y Solanas, en busca de forzar a Rodríguez Larreta a un ballottage.

El candidato y sus promotores

 

El empresario y dirigente de fútbol buscaba dar el salto a una candidatura, pero no quería competir en una interna y desconfiaba de Cristina. Lo tentó Rodríguez Larreta, pero lo convenció Fernández.

 

 

El titular del gremio de los encargados de edificios maneja un alto perfil, es dueño de un multimedio y preside un club de fútbol. Trabajó en un armado político de neto corte progresista.

 

 

De perfil bajo, con armado territorial y nexos judiciales, presidió el Consejo de la Magistratura durante el último mandato porteño de Macri. No estuvo cerca de Cristina, pero se alió a La Cámpora.

 

 

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