Los visitantes de Macri en Cumelén se van con la sensación de que aún no definió si será candidato

Los visitantes de Macri en Cumelén se van con la sensación de que aún no definió si será candidato

Tras su cumbre con Larreta, el fundador de Pro recibió a Pichetto, quien insiste en que debe decidir en marzo; el expresidente mantiene el misterio; postergó para el sábado el viaje a La Pampa

 

Matías Moreno

Posan sentados y con muecas de sonrisas, pero ninguno mira al lente de la cámara. No están abrazados ni simulan un apretón de manos. Cómodo en el rol de anfitrión, Mauricio Macri, que retomó el protagonismo en el escenario político y amaga con volver a disputar la presidencia, sostiene la bandeja, mientras Horacio Rodríguez Larreta, el hombre que lo sucedió en la Ciudad y ahora pretende disputarle el liderazgo político, agarra la taza de café. El jefe porteño aterrizó esta tarde en la Ciudad con la foto que había ido a buscar a Cumelén, pero sin garantías de si Macri pretende volver a la primera línea de batalla. Lo mismo le ocurrió a su contrincante en la interna de Pro: Patricia Bullrich, quien se hospedó dos días en el refugio de Macri. El líder de Encuentro Republicano Federal, Miguel Ángel Pichetto, desembarcó hoy en el búnker del expresidente con un objetivo: poner la estructura nacional de su fuerza a disposición de Macri y advertirle sobre el riesgo de que estire la definición sobre su futuro por la ola de conflictos en el armado de JxC en las provincias. Es más, le pidió que en marzo comunique su decisión. No hubo caso. El fundador de Pro no soltó prenda ni sugirió su regreso. Cree que aún tiene tiempo y margen de maniobra.

Los dirigentes que visitan a Macri en el club de Cumelén, el paraíso que habita el expresidente desde fines de diciembre junto a su familia, se van del lugar sin señales nítidas de si piensa en regresar al centro de la escena y volver a calzarse el traje de candidato. Su indefinición comienza a impacientar a sus socios -incluso los leales-, quienes alertan a propios y extraños sobre los riesgos de la falta de conducción en Juntos por el Cambio y los inconvenientes para definir las candidaturas en los principales distritos del país y, sobre todo, en las provincias que desdoblaron los comicios locales para blindarse de los coletazos de la crisis y las internas nacionales.

Macri y Larreta se mostraron satisfechos tras la charla en Cumelén. Quienes lo tratan a menudo cuentan que el expresidente la calificó de positiva, pero no trascendental ni fuera de lo normal. A Larreta, en cambio, se lo notó más entusiasmado.

“Me gusta la expresión de esa foto. Ojalá la charla haya sido buena, así nos empezamos a ordenar”, imploraba ayer un interlocutor habitual de Larreta, que no ocultaba su inquietud por el nivel de adhesión que retiene el kirchnerismo en su distrito pese a la inflación y la profunda crisis.

Figuras leales del equipo de Larreta intentan descifrar por estas horas los movimientos de Macri. “Si el Papa juega, es otra cosa. Creo que hoy está 70% que no es y 30% que puede ser”, aventura uno de los colaboradores más cercanos al jefe porteño. Esa misma fuente especula que el fundador de Pro apostará por un papel ecuánime en caso de que decida no competir. Otros armadores de Larreta sospechan que Macri teje para mantener la tensión entre el alcalde porteño y Bullrich, un equilibrio que le permita preservar la centralidad. Y están convencidos de que Macri usará el dedo para ungir al alcalde, pese a sus guiños a la exministra. “Trabajan juntos hace 16 años y Mauricio tiene intereses, sobre todo en la Ciudad. Eso hace a Horacio más confiable”, sugiere un integrante de la mesa chica del jefe porteño.

En el entorno de Macri minimizan esas lecturas. Insisten en que el expresidente no descarta ninguna opción y aseguran que Larreta le pidió esta vez que hubiera una foto. Hizo la solicitud después de que su rival, Bullrich, se llevara la imagen familiar de Cumelén. Cuando se vieron a fines de diciembre, Larreta no le había sugerido a Macri que posaran juntos. “La foto es muy rara. La sacaron ellos”, dicen cerca del co-fundador de Cambiemos.

A lo largo de la conversación, el expresidente y el jefe porteño evaluaron con pesimismo el futuro de la economía. Los dos coinciden en mirar con preocupación el escenario de los próximos meses. Creen que las recetas que aplica Sergio Massa para contener la inflación no darán resultados. De hecho, Larreta suele decir que es casi imposible que el ministro de Economía llegue a abril con una suba de precios del 3%, como prometió. Macri, en cambio, pone la mira en la bola de la deuda en pesos. Considera que es una “bomba” que comprometerá a la próxima administración y generará turbulencias en el año electoral. Mientras caía el sol en el refugio del expresidente en Villa La Angostura, Macri y Larreta se zambulleron en el esquema electoral de JxC. Tras los cortocircuitos en Mendoza, Córdoba, Neuquén y Río Negro o Tucumán, concordaron en la necesidad de fijar “reglas claras” de competencia. Tanto macristas como larretistas aseguran que no abordaron el tema más espinoso: la estrategia para retener la Capital, el bastión de Pro.

En una de sus últimas charlas Larreta le anticipó a Macri que dejaría correr a todos los aspirantes -Jorge Macri, Fernán Quirós, Soledad Acuña y Emmanuel Ferrario- para que se posicionen. Más cerca del plazo legal para la definición de candidaturas, planea evaluar quién de los anotados está mejor parado para pelear por su sucesión. “Obviamente priorizando a Pro”, aclaran en la cúpula de la Ciudad. Macri desconfía del acuerdo de Larreta con Martín Lousteau (UCR) y, por esa razón, no baja la guardia. Apoya a su primo, Jorge, y repite que su prioridad es que la Ciudad quede en manos de Pro.

Luego de su charla a solas, Macri y Larreta cenaron junto a sus parejas, Juliana Awada y Milagros Maylin. Hablaron de su experiencia en el poder y sus vivencias en la Casa Rosada. “Casi nada de política”, cuenta una fuente al tanto de la conversación.

El pedido de Pichetto

Pichetto, referente de Encuentro Republicano Federal, uno de los socios de JxC, llegó a Cumelén para visitar a Macri. Lo acompañaron sus laderos Ramón Puerta, exembajador argentino en España e íntimo amigo de Macri, y el senador nacional Juan Carlos Romero. Allí también llegaron el diputado nacional y candidato a gobernador de Neuquén Rolando Figueroa, exMPN y aliado de Pro, y Jorge Sobisch para entrevistarse con el exmandatario.

“Hablamos sobre la delicada situación que atraviesa nuestro país, principalmente en materia económica. Coincidimos en fortalecer los liderazgos dentro de Juntos por el Cambio así como la necesidad de que nos mantengamos unidos de cara al futuro”, dijo Pichetto, tras la reunión.

El excompañero de fórmula de Macri arribó inquieto al Sur del país. Entiende que la falta de definición en JxC compromete el esquema nacional de la fuerza. “Hay que ordenar”, repite ante los suyos. Si bien comprende que Macri utilice sus días en Cumelén para reflexionar sobre su futuro y eventual regreso al ring, Pichetto machaca en charlas cerradas que los plazos se achican por el calendario electoral. Hoy, le aconsejó a Macri que revele su decisión en marzo. Puerta, incluso, le pidió que lo haga a fines de febrero. Atentos a los conflictos de JxC en las provincias, Pichetto y Puerta creen que será engorroso sortear sin complicaciones al menos catorce tests electorales en el interior sin tener un candidato presidencial o un liderazgo nacional claro. “Es necesario y lógico que se sepa en marzo”, analizaron. Pero Macri ni siquiera sugirió cuándo imagina resolver el misterio.

Pichetto y Macri estrecharon lazos desde que el expresidente regresó al llano. El auditor general de la Nación suele ser muy ponderado por el fundador de Pro. Es uno de sus consejeros. Mañana iban a volver a compartir una actividad en La Pampa para respaldar a Martín Maquieyra (Pro) en la previa de las PASO del 13 de febrero. Pero como está previsto que se conozco la sentencia del crimen de Lucio Dupuy se postergó para el sábado. Por un tema de agenda -Pichetto tenía previsto ir a Santa Fe-, no coincidirían con Macri en Santa Rosa.

Comentá la nota