La victoria kirchnerista no ocultó las diferencias en el conurbano

Los intendentes jóvenes reclaman más peso en el armado partidario, con vistas a 2013
La contundente victoria del Frente para la Victoria en las elecciones del domingo pasado blindó en sus concejos deliberantes a los intendentes kirchneristas del conurbano, a la vez que fortaleció su alineamiento -sin intermediarios provinciales- con la Casa Rosada, de la que, reconocen, dependerán enteramente para conseguir los recursos que hagan viables sus gestiones.

El optimismo derivado del resultado electoral, con todo, no alcanzó para cerrar las heridas que dejó el armado de las listas de diputados y senadores provinciales del Frente para la Victoria, donde los jefes comunales más jóvenes y los que llegaron a sus cargos en 2007 quedaron relegados frente a los intendentes históricos del conurbano, identificados con la "ortodoxia" peronista.

Los "nuevos" intendentes no sólo reclaman haber conseguido mejores resultados que los históricos, sino que creen contar con un guiño de la Casa Rosada para encarar la renovación hacia 2013.

Con 1,8 millones de votos para Cristina Kirchner, la tercera sección electoral volvió a convertirse en el motor electoral del oficialismo que, a su vez, se quedó por primera vez en la historia con los 19 municipios de las zonas oeste y sur del conurbano. En la elección provincial, aportaron 1,6 millones de votos para la reelección del gobernador Daniel Scioli.

El caudal de votos hizo que, en algunos municipios, los intendentes se quedaran con todos los cargos de concejales en juego. Así lo consiguieron Darío Giustozzi, en Almirante Brown; Martín Insaurralde, en Lomas de Zamora; Fernando Gray, en Esteban Echeverría; Fernando Espinoza, en La Matanza; Alejandro Granados, en Ezeiza; Gustavo Arrieta, en Cañuelas, y Patricio Mussi, en Berazategui.

Como el armado de las listas de concejales había quedado en manos de los intendentes, éstos se aseguraron un "blindaje" legislativo para los próximos dos años. Pero, para algunos, el festejo estuvo lejos de ser completo.

La tercera sección, por ejemplo, debía renovar nueve senadores provinciales, lo que inevitablemente iba a dejar a algunos intendentes sin representantes en la Cámara alta bonaerense. De los primeros siete lugares que el kirchnerismo descontaba lograr, la Casa Rosada se aseguró tres, mientras que Scioli y tres municipios (La Matanza, Lanús y Almirante Brown) se quedaron con el resto.

Cuando el kirchnerismo ofreció el octavo y noveno lugar a los municipios de San Vicente, Cañuelas, Lobos, Esteban Echeverría, Magdalena, Ensenada, Berisso y Presidente Perón, sus intendentes rechazaron la oferta. El domingo, el Frente para la Victoria consiguió los nueve cargos en juego y los ocho jefes comunales, que no pusieron hombres en las listas de diputados del resto de las secciones, se quedaron con las manos vacías.

"JÓVENES Y VIEJOS"

Desde entonces, esos intendentes mantienen un contacto regular y hasta organizan por separado sus reuniones con Scioli o los funcionarios nacionales.

Dicen representar una "visión renovada de la política", frente a los "viejos" del PJ. "Salvo una foto con Néstor [Kirchner], yo no tengo nada que ver con un Ishii [Mario, intendente de José C. Paz], Granados [Ezeiza] o Pereyra [Florencio Varela]", relató un jefe comunal a La Nacion.

El grupo intenta generar un puente con otros tres intendentes de la tercera sección: Insaurralde, Darío Díaz Pérez (Lanús) y Francisco "Barba" Gutiérrez (Quilmes), a los que identifican con la generación surgida en las elecciones de 2007. En este grupo reconocieron algunas posturas semejantes, pero no tanto como para diferenciarse de los históricos.

"Todos somos parte de la Federación Argentina de Municipios [que lidera Pereyra]", retrucaron en uno de los municipios aludidos. Con todo, admitieron que la diferenciación entre "nuevos y viejos" había sido promovida por el propio Kirchner, cuando les pedía a algunos intendentes que le armaran actos al ministro de Economía, Amado Boudou.

Los elegidos por el ex presidente eran "los nuevos" o "los rubios", como recuerda haber sido llamado un intendente, que escuchó de Kirchner: "La diferencia no pasa por la edad, sino por la ideología". Quien hoy continúa utilizando los mismos términos para referirse a los jefes comunales es el influyente secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

"Ya no se trata más de cambiar la bombita o pintar un cordón, la gente apoyó a los intendentes que ofrecen otro tipo de respuestas", agregó un intendente "joven" de la primera sección electoral, que reconoce similitudes en la gestión pero intenta no quedar identificado con el mandatario más votado del conurbano, Sergio Massa (Tigre).

Como sus pares en el Sur, también apuntó contra el modo en que se armó la lista de diputados provinciales de la primera sección electoral, en la que el intendente de San Fernando, Osvaldo Amieiro, colocó dos candidatos y luego perdió ante Gabriel Andreotti. "El domingo quedó en claro que 12 o 24 años en el poder [por Amieiro y Enrique García, de Vicente López, respectivamente] es demasiado para la gente. Eso sirve para 2015", completó.

Cuando escuchan los reclamos de los intendentes que se presentan como la renovación, la respuesta de los "viejos" es lapidaria. "No son nuevos, son de pueblos chicos, por eso no estuvieron en las listas", sentenció un "histórico" del Sur, para cerrar: "Entregando netbooks o tapando baches, todos ganamos por Cristina y ninguno es viable sin el apoyo de la Nación". Un argumento que nadie se atrevió a cuestionar.

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