Con un fuerte mensaje de Axel Kicillof y el aval del Congreso del PJ bonaerense, el peronismo dio el primer paso hacia la conformación de un nuevo frente electoral que buscará ponerle límites al ajuste libertario.
El sábado en Merlo y el domingo en redes sociales, el peronismo bonaerense activó su maquinaria para reagruparse de cara a las elecciones legislativas del 7 de septiembre. A través de una encendida declaración pública, el gobernador Axel Kicillof sintetizó el nuevo espíritu de unidad: “Sumar fuerzas para frenar a Milei”.
El Congreso del PJ bonaerense, presidido por Fernando Espinoza, aprobó la conformación de una comisión negociadora para consolidar una alianza que supere las fronteras del partido y recupere la iniciativa electoral en un contexto nacional crítico. La estructura estará integrada por Máximo Kirchner, Verónica Magario, Mariel Fernández, Federico Otermín y Gabriel Katopodis. Su misión será articular con las demás fuerzas del campo popular la conformación de un frente que reemplace a Unión por la Patria.
El mensaje de Kicillof en X no dejó lugar a ambigüedades. Con un tono de alarma frente al avance del gobierno nacional, el mandatario advirtió sobre el autoritarismo en expansión, la persecución política, la represión, la condena judicial a Cristina Fernández de Kirchner y el “plan económico que agudiza la desigualdad, multiplica las privaciones y castiga la producción y el trabajo”. Y convocó a dejar de lado diferencias internas para enfrentar una urgencia que, según dijo, “supera cualquier disputa”: frenar la motosierra libertaria.
“El peronismo tiene debates pendientes sobre su experiencia reciente en el gobierno nacional, pero hoy lo que nos une es el mandato de nuestra gente: ir juntos”, remarcó Kicillof, al tiempo que reiteró su convocatoria a sindicatos, movimientos sociales, intendentes y dirigentes del campo popular a “proteger al pueblo bonaerense”.
Durante el Congreso, los distintos sectores del justicialismo provincial —incluido el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que responde a Kicillof y cuenta con el respaldo de más de 40 intendentes— celebraron la unidad lograda. Los cinco miembros de la comisión encargada del armado representan un delicado equilibrio entre las distintas corrientes internas, pero las tensiones no están saldadas. Queda pendiente la definición de los apoderados y de las listas seccionales, que deberán presentarse el 19 de julio.
Uno de los puntos centrales del encuentro fue el respaldo a CFK. El PJ bonaerense repudió el fallo de la Corte Suprema que ratificó su inhabilitación y expresó su compromiso con la campaña “Argentina con Cristina”.
La dirigencia peronista coincidió en la necesidad de articular una alternativa política que enfrente el proyecto libertario. Mayra Mendoza planteó la urgencia de “armar una fuerza amplia y estratégica que dispute a este modelo de violencia, exclusión y entrega”. Por su parte, Mariel Fernández fue más directa: “Vamos a derrotar al gobierno de hambre y miseria de Milei”.
Kicillof, en su rol de gobernador, alertó sobre el intento de intervención federal a la provincia y denunció el abandono del Estado nacional: “El presidente no conoce la provincia, no la recorre y ataca sus intereses. Su plan es fundir a las provincias y municipios que cada vez atienden más necesidades”.
Desde ese lugar, el mandatario insistió en que la Provincia actúa como escudo social: “Sostenemos políticas alimentarias, educativas, sanitarias y obra pública mientras el Gobierno Nacional deserta de sus responsabilidades”.
El proceso de construcción del frente electoral se acelerará esta semana, con la vista puesta en el miércoles 9 de julio, cuando se formalizará la inscripción de la nueva coalición. No hay aún un nombre definido, aunque las referencias al “peronismo” aparecen como una constante.
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