Unas PASO que ponen mucho más en juego que el futuro Congreso

Unas PASO que ponen mucho más en juego que el futuro Congreso

El domingo 34 millones de argentinos están habilitados a votar para definir los candidatos legislativos que competirán en las generales de noviembre, pero ya el lunes 13 se sellará la relación entre Gobierno y oposición; y posibles reacomodamientos al interior de los principales frentes.

Los números, fríos, sin emociones, dirán que este domingo 34.332.992 de argentinos deberán votar en unas primarias que pondrán en carrera a los candidatos para las próximas generales para renovar las bancas de 24 senadores de ocho provincias y las de 127 diputados de todo el país, para configurar un nuevo Congreso con su equilibrio de fuerzas a partir de diciembre, con vistas a la segunda parte del mandato del Frente de Todos

Si bien los ganadores y perdedores de los comicios 2021 recién se verán en las generales del 12 de noviembre, las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), tanto el Gobierno como la oposición se juegan su futuro a corto plazo el lunes 13. Alberto Fernández, no es ningún secreto, puso la maquinaria oficialista para plebiscitar su gestión pandémica; y en Juntos (por el Cambio) quedará allanado el camino para un recambio de la jefatura del PRO a manos de Horacio Rodríguez Larreta o la sombra de Mauricio Macri tomará otra dimensión.

Sobre el escenario de Tecnópolis, en un fragmento de su discurso de una hora al reaparecer en una campaña oficialista en la que se la esperaba más activa, Cristina Fernández de Kirchner planteó el escenario post-domingo. "Vamos a discutir un país sin agravios, sin insultos", reclamó la Vicepresidenta en el cierre nacional todista. El llamado no es casual: es una de las que auspicia un dialogo con la oposición (con sus futuros presidenciables) para sentarse en la última negociación con el FMI.

Algo parecido plantean también en la Casa Rosada, una convocatoria a definir ciertos puntos programáticos con el ala "moderada" de Juntos, para reeditar una sinergia como en los primeros meses de un mundo con coronavirus. El mensaje fue suave, sin estridencias, para evitar comparaciones con la carta de Mauricio Macri en la previa electoral 2019 que pareció más una jugada de intento de supervivencia que una convocatoria con vocación real.

Con meses de pandemia, crisis económica, errores propios como el Olivosgate, la imagen presidencial llega golpeada a unos comicios que estaban previstos en el calendario electoral original para agosto pero fueron postergados por cuestiones sanitarias. Con estrictos protocolos se votará este domingo. La especulación política de algunos imaginaba que a esta altura la campaña de vacunación estaría más avanzada (como ocurrió), lo mismo que la ansiada recuperación económica (un objetivo ahora postergado para noviembre).

No sólo el impacto de la foto del cumpleaños de Fabiola Yáñez durante la estricta cuarentena de 2020 moderó las expectativas oficiales: fue la economía, como selló para la Historia la campaña de Bill Clinton. Hace un mes en la Casa Rosada descontaban una victoria importante y hace unas semanas instalaron como slogan el "ganar por un voto es ganar". "Si vemos los indicadores económicos, ganar por 5 puntos (en provincia) es un milagro", se sinceró un asesor de la campaña todista.

Otro signo de cambio de clima: el oficialismo pasó de entusiasmarse con llegar al quórum propio en Diputados a temer perder su hegemonía en el Senado. Las miradas estarán puestas no sólo en territorio bonaerense, bastión del cristinismo pero con precandidata albertista, sino también en la performance en CABA (donde el Presidente también digitó la boleta) y la resolución de la inesperada interna santafesina.

Dependiendo de los guarismos, el lunes 13 no sólo podría haber una nueva dinámica entre la Casa Rosada y la oposición, también un reacomodamiento dentro del Frente de Todos en su frágil status quo. 

 

POR SEBASTIÁN IÑURRIETA

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