Scioli se llevó lo que fue a buscar: el silencio de su competidor

Scioli se llevó lo que fue a buscar: el silencio de su competidor

Daniel Scioli cumplió con el objetivo que se había fijado. Como parte de la campaña de "demonización" de su contrincante, Mauricio Macri, el presidenciable del FpV usó todo el debate como frutilla de la estrategia: contraponer el discurso del PRO (sobre todo su accionar legislativo) con las promesas de continuidad en medio del cambio que ofrece el Jefe de Gobierno porteño.

 "Insistís con ser mi vocero, Daniel", repitió demasiadas veces su rival, sin desmentirlo, durante el segundo bloque, cuando el gobernador bonaerense pareció recuperarse de una primera media hora que lo mostró visiblemente golpeado.

"Es muy agresivo, Macri", reprochaban en el primer corte en la esquina naranja Diego Bossio, Juan Manuel Urtubey y Sergio Urribarri. No se esperaban ese nivel de antikirchnerismo, que dejó mudo al candidato cuando Macri lo interrogó por las cifras oficiales: "¿Mienten Aníbal Fernández y la Presidenta?". Menos suelto que su rival, de corbata celeste y llamándolo pocas veces por su nombre de pila (prefería el universitario "ingeniero"), el ex motonauta buscó personalizar la discusión, una descristinización casi imperceptible: "Candidato Macri, no se confunda, esta noche vino a debatir conmigo". Mencionó al Papa Francisco, a Sergio Massa y a sus ex competidores de las PASO. Se cuidó de no nombrar a la Presidenta. Muy sutil. El mejor momento para despegarse de la Rosada lo tuvo cuando el postulante de Cambiemos le enrostró el Memorándum con Irán, un acuerdo que ya sólo da dolores de cabeza: lo desaprovechó.

Su inicial nerviosismo se evidenciaba cuando seguía hablando aún cuando le cortaban el micrófono. Con un imperturbable gesto adusto que sólo interrumpió con una sonrisa, Scioli pareció recuperarse al contragolpear con la primera chicana: "¿No pudiste solucionar el problema de los trapitos y vas a solucionar el del narcotráfico?". A partir de ahí, el gobernador abandonó el libreto genérico ante consultas puntuales. Y tampoco se llevó las respuestas que buscó: "No contestó sobre el ajuste, la devaluación ni los Fondos Buitre", analizó su equipo. "Todo lo que ayer estaba en contra, ahora porque hay una elección está a favor", le enrostró a un Macri que se limitaba a acusar ‘campaña sucia’. Ese silencio buscó Scioli. A falta de un error no forzado, resta ver si será suficiente para el 22N.

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