Las hidroeléctricas de Santa Cruz, Néstor Kirchner y Cepernic, permanecen paralizadas. El exjefe de Gabinete había dado señales para reactivar las obras.
Por Francisco Aristi
La expulsión de Guillermo Francos del gabinete nacional, rompió un canal de diálogo del presidente Javier Milei con China y sus inversiones en el país. El exjefe de Gabinete fue interlocutor con funcionarios y empresarios chinos, pero en el contexto de la interna libertaria fue acusado por el entorno de Santiago Caputo de obstaculizar el alineamiento argentino con Estados Unidos.
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La consigna de “correr a China de Argentina”, explicitada primero por el nuevo embajador norteamericano Peter Lamelas y luego por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, ya tuvo efectos concretos. El Gobierno descartó el reinicio de las obras de las represas hidroeléctricas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, en Santa Cruz, financiadas y construidas por empresas chinas.
En julio, Francos había recibido a ejecutivos de Gezhouba y al gobernador santacruceño Claudio Vidal para firmar un memorándum que buscaba reactivar la construcción de la represa Cepernic, paralizada con un 42% de avance. En ese encuentro se anunció un desembolso potencial de u$s 750 millones.
La constructora china Gezhouba, en sociedad con Eling (ex Electroingeniería) e Hidrocuyo, lleva adelante las dos represas con financiamiento de bancos chinos por u$s 4750 millones, de los cuales ya se desembolsaron u$s 1850 millones. Sin embargo, tras la salida de Francos, el proyecto quedó nuevamente en suspenso.
Otro plan que se frenó fue la instalación de un observatorio espacial en San Juan, con participación de la Academia de Ciencias de China, el Observatorio “Félix Aguilar” de la Universidad Nacional de San Juan y el Conicet. La inversión estimada era de u$s 350 millones.
Guillermo Francos, el puente caído con Pekín
Dentro del propio Gobierno señalaban a Francos como el canal político más fluido con Pekín. En su agenda oficial se registraban más de 50 encuentros con delegaciones asiáticas, y su participación en la celebración del aniversario de la República Popular China en la embajada fue motivo de reproche en el círculo cercano a Milei.
“Francos se reunió 12 veces con interlocutores chinos, la mitad a pedido del gobernador Vidal por el tema de las represas y los puestos de trabajo en Santa Cruz”, explicaron desde su entorno, tras ser reemplazado por el exvocero presidencial Manuel Adorni.
El exministro había tomado para sí la relación con el gobierno de Xi Jinping: se reunió varias veces con el embajador chino Wang Wei y participó de actos oficiales por el 76º aniversario de la fundación de la República Popular. También recibió a Wang Xiaoshen, presidente de Ganfeng Lithium Group, empresa con fuertes inversiones en Jujuy.
Guillermo Francos recibió al gobernador de Santa Cruz y a ejecutivos de una empresa china.
Francos había advertido en su momento que “ningún acuerdo con Estados Unidos debe implicar excluir a China de la Argentina”, frase que ahora resuena como una herejía dentro del oficialismo.
De Alberto Fernández a Milei: la diplomacia pendular
“La expulsión de Guillermo Francos fue parte de los reclamos del gobierno norteamericano. Él mantenía un vínculo con la embajada de China y con empresarios del entorno de Xi Jinping; incluso estuvo en la foto del falso reinicio de obras en una de las hidroeléctricas de Santa Cruz”, dijo a Letra P Sabino Vaca Narvaja, exembajador argentino en China y estudioso del liderazgo asiático.
“Argentina ya había frenado la relación con China durante el gobierno de Alberto Fernández, cuando Gustavo Beliz, entonces secretario de Asuntos Estratégicos, paralizó proyectos a pesar de que habíamos firmado el acuerdo de 'La Franja y la Ruta', que contemplaba financiamiento blando para infraestructura”, agregó.
Alberto Fernández y Xi Jinping se sacaron una selfie en China
La ironía es que Francos, antes de llegar al gabinete, fue director argentino ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) bajo la órbita de Beliz, de quien fue aliado. Mauricio Claver-Carone, principal asesor de Donald Trump para América Latina, aún lo acusa de haber operado su expulsión del organismo multilateral.
BRICS y las oportunidades perdidas
Para Vaca Narvaja, “Milei frenó la relación con China desde el primer día”. La decisión de rechazar el ingreso al grupo BRICS -liderado por Brasil, Rusia, India y China- y la parálisis de la obra pública nacional son, a su juicio, “parte de una misma estrategia de alineamiento automático con Washington”.
Entre los proyectos frustrados enumera la cuarta central nuclear (CNNC), el mejoramiento de la red eléctrica 500 kV del AMBA, la modernización del Belgrano Cargas, las represas hidroeléctricas santacruceñas, la ampliación del parque fotovoltaico Cauchari (Jujuy) y diversos acueductos provinciales.
Vaca Narvaja recuerda también que Beliz y la diplomacia estadounidense bloquearon una planta petroquímica que iba a fabricar fertilizantes en Tierra del Fuego: “Transformaron ese proyecto civil en un supuesto puerto militar chino, algo absolutamente falso”, planteó.
Armas, contratos y geopolítica
La opción de Milei por Estados Unidos se evidenció en las compras militares. El gobierno acordó la adquisición de 24 aviones F-16 a Dinamarca, de fabricación estadounidense, descartando la oferta de 34 JF-17 Thunder chinos que Alberto Fernández había dejado en evaluación.
También se comprometió la compra de vehículos blindados 8x8 Stryker a la corporación General Dynamics. Las alternativas brasileñas y chinas fueron desechadas, consolidando un giro definitivo en la política de defensa.
Santiago Caputo, Werthein y la diplomacia paralela
El asesor presidencial Santiago Caputo concentra cada vez más poder en la construcción de una relación directa con el trumpismo. La salida del excanciller Gerardo Werthein -hombre de confianza de Trump- habría estado relacionada con ese avance interno.
El principal contacto de Caputo en Estados Unidos es el empresario Leonardo Scatturice, radicado en Miami, quien se presenta como representante de la firma Tactic Global, proveedora de servicios para la Secretaría de Inteligencia (SIDE).
Scatturice es socio de Barry Bennett, exasesor de Trump que visita con frecuencia Buenos Aires y se reúne con Caputo, quien lo introduce como un delegado del gobierno estadounidense.
La interna libertaria y la obsesión por agradar a Washington dejaron a la administración Milei sin puentes con Pekín y con proyectos millonarios congelados. En Santa Cruz, las represas permanecen como símbolo visible de un divorcio diplomático que amenaza con profundizar la crisis energética e industrial argentina.












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