Máxima cautela y desconfianza en Juntos por el Cambio frente al intento del kirchnerismo de convocar al diálogo a la oposición por la crisis

Máxima cautela y desconfianza en Juntos por el Cambio frente al intento del kirchnerismo de convocar al diálogo a la oposición por la crisis

Los referentes de la coalición opositora toman distancia de la idea de un sector del oficialismo de discutir un acuerdo para frenar la tensión económica

 

Por Matías Moreno

La crisis se acelera y Juntos por el Cambio busca cerrar filas. Mientras el Gobierno intenta contener la escalada del dólar, en el seno de la coalición opositora crece la preocupación por las perspectivas económicas. Conscientes de la fragilidad institucional y del aumento de la conflictividad social, los referentes del espacio coinciden en que deben ser cautelosos frente a un escenario complejo. Pese a las críticas públicas, no quieren echar “leña al fuego” ni convertirse en “pájaros de mal agüero”. “Estoy viendo una bola de nieve, por la falta de poder político y la ausencia total de un plan. El panorama es negro y tenemos que ser cuidadosos”, admite uno de los máximos referentes del conglomerado opositor.

Pese a que un sector del kirchnerismo impulsa dentro del Gobierno la idea de convocar a la oposición para discutir un acuerdo que permita calmar la disparada del dólar y frenar los saltos de la inflación, los líderes de Juntos por el Cambio toman una distancia prudencial de la Casa Rosada. No ocultan su desconfianza por la jugada del cristinismo (quieren evitar un “abrazo del oso”) y repiten como un mantra que el ámbito de diálogo con el oficialismo es el Congreso. En el conglomerado opositor, reconocen duros y moderados, no hay margen para sacar los pies del plato, sobre todo, después de las tensiones que generó en la fuerza la negociación con el Ejecutivo por el acuerdo con el FMI o por las vacantes en el Consejo de la Magistratura. “No hay plafón para sentarnos a dialogar. Nos caemos con ellos. Tienen que presentar un plan y bancársela”, advierten en la cúspide de Pro.

De hecho, los jefes de JxC niegan en público y en privado que haya habido contactos con referentes del oficialismo, como dejó trascender el cristinismo durante las últimas horas. Pendiente de su proyecto presidencial, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no prevé atender ningún llamado del kirchnerismo, pese la complicada situación económica y financiera. Considera que el diálogo con el oficialismo es inconducente y que, en todo caso, los vasos comunicantes se encuentran en el Congreso.

“Nadie nos convocó ni nos contactó para ningún consenso ni diálogo de nada. Pero la primera reflexión que yo tendría es que primero se pongan de acuerdo ellos”, afirmó hoy Larreta, quien advirtió sobre la creciente incertidumbre por la “inflación galopante”, durante un acto oficial.

 

En el larretismo temen que se aceleren los plazos electorales, un escenario que cambiaría todos los planes del alcalde -solo sería posible en caso de que se aplique la ley de acefalía, ya que la Constitución prohíbe el adelantamiento-. Les inquieta, sobre todo, el deterioro económico. Sin embargo, rechazan un eventual acercamiento con el oficialismo para estabilizar la economía. La responsabilidad, dicen, es del Ejecutivo.

Horas antes, el secretario general y de Relaciones Internacionales de la Ciudad, Fernando Straface, había descartado la posibilidad de que el alcalde se siente a dialogar con la Casa Rosada. “No tuvimos ninguna convocatoria y si hubiera existido, sería contradictorio con las declaraciones de Cristina Kirchner, quien acusó a la Ciudad de no producir o las declaraciones de ayer de Axel Kicillof [criticó a JxC y después reconoció la necesidad de “ayuda”]. El Gobierno no tiene ningún plan frente a la crisis económica que estamos viviendo”, aseguró Straface. Y subrayó que “el kirchnerismo está en las antípodas de lo que plantea Larreta”. Días atrás, Eduardo de Pedro le había pedido al jefe porteño que no los excluyera de su convocatoria a consensuar políticas de Estado.

Mauricio Macri recorrió ayer una zona comercial en Ituzaingó

Antenoche, Larreta viajó a Exaltación de la Cruz para mantener una reunión con Elisa Carrió, la líder de la CC, quien alertó hace varias semanas a sus socios de JxC sobre la necesidad de mantener la cautela frente a una situación convulsionada por la crisis y un gobierno “disgregado”. En la charla, Larreta y Carrió evaluaron con preocupación la complejidad del “momento económico, político y social”. Si bien suelen verse o conversar con frecuencia, esta vez decidieron difundir la foto. Del encuentro también participaron Maximiliano Ferraro, titular de la CC, y Mario Quintana, exvicejefe de Gabinete.

“Mientras el gobierno se preocupa en que no haya división de poderes, se fractura el país. Como oposición tenemos dos obligaciones: sostener la democracia, sus instituciones y trabajar juntos en el abordaje de los problemas reales de los argentinos, como la inflación, la seguridad y la pobreza”, enfatizó Carrió.

El jefe de la UCR, Gerardo Morales, otro de los exponentes del ala moderada de JxC, también desestima los supuestos sondeos del oficialismo y reclama que Alberto Fernández y Cristina Kirchner ordene el frente interno antes de buscar un acuerdo con la oposición en el Congreso. “El problema de la crisis es político: la falta de diálogo en el propio Frente de Todos”, dicen en la cúpula de la UCR. Entre los caciques radicales no ocultan su inquietud por la tensión económica. Si bien no quieren hablar de escenarios catastróficos, temen que la crisis se vuelva “autónoma”. “Veremos qué medidas toman, pero si no ordenan la política, por más que pongan a un premio Nobel en Economía no van a contener la situación”, dice uno de los máximos referentes de la UCR. Lo ven al Presidente “desbordado” y “sin consciencia” del panorama que enfrenta.

En la fuerza de Carrió repiten que “el único ámbito institucional” de diálogo es el Congreso. “Los que tienen que encontrar un diálogo y acuerdo son Alberto Fernández y Cristina Kirchner, hoy estamos frente una grave erosión económica, social y política sin precedentes”, aseguró Ferraro, presidente de la CC, luego de que trascendiera que un sector del kirchnerismo impulsa un acuerdo con la oposición para frenar la escalada del dólar.

Patricia Bullrich

En esa misma línea, Juan Manuel López, jefe de bloque de la CC en Diputados, sostuvo que “los trascendidos sobre diálogo con la oposición son difíciles de entender cuando no hay diálogo en el Frente de Todos, pero sobre todo cuando no hay plan”. “Cuando tengan algún programa o política pública relevante que la manden al Congreso, nuestro rol está ahí”, subrayó.

Gestos

En la última reunión virtual de la mesa nacional de Juntos por el Cambio se evalúo la chance mostrar un gesto firme del espacio opositor ante la opinión pública. Fue Miguel Ángel Pichetto quien sugirió exhibir señales claras ante la profundización de la crisis. Incluso se debatió la posibilidad de convocar a una conferencia de prensa, con la presencia de medios internacionales. Finalmente, se optó por adoptar una actitud propositiva, como impulsar proyectos para garantizar la “autonomía” del Banco Central y frenar la emisión. El planteo de Bullrich de rechazar el aumento de las dietas en el Congreso generó chispazos.

Inquieta por el clima social y la turbulencia económica, la titular de Pro está convencida de que JxC debe tomar la iniciativa frente a un gobierno “ausente” e impulsar proyectos legislativos para amortiguar el daño en la economía, como prohibir la emisión monetaria. Por eso, dijo que está dispuesta a hacerse “cargo ya”. “La sociedad está desesperada. Hay que cortar la sangría, ponerle un torniquete”, dicen cerca de la exministra. En el entorno de Bullrich visualizan un panorama complejo.

La aceleración de la crisis motivó contactos entre los altos mandos de Pro durante las últimas horas. “No somos golpistas y queremos que Fernández termine el mandato. Pero la situación va a empeorar y no sabemos cómo hacer para que reaccionen”, comenta una de las principales espadas de la fuerza. Antes de viajar al Sur, Macri también aventuró que el país atravesará un segundo semestre convulsionado.

 

Comentá la nota