María del Carmen Falbo: "tuve presiones y una persecución injusta"

María del Carmen Falbo:

A cinco años de renunciar a la Procuración General, y frente al planteo del FDT para correr a Julio Conte Grand, María del Carmen Falbo rompe el silencio.

Hace algo más de 5 años, y en medio de enormes presiones políticas y mediáticas, la entonces procuradora general María del Carmen Falbo, le presentaba su renuncia a María Eugenia Vidal, y allanaba el camino para que Julio Conte Grand, militante del PRO y mano derecha de la Gobernadora, asumiera la jefatura de todos los fiscales y defensores oficiales de la Provincia de Buenos Aires.

Falbo se jubiló pero no se retiró. Fue convocada por el Ministerio de Justicia de la Nación, en ese momento a cargo de Germán Garavano, para realizar capacitaciones ad honorem a fiscales y defensores de todo el país. En esas estaba Falbo hasta el comienzo de la pandemia. Prácticamente no volvió a hablar públicamente hasta hoy, ni siquiera para hacer su descargo.

Mano a mano con INFOCIELO, quien se desempeñara como jefa de todos los fiscales y defensores bonaerenses durante más de una década sólo esquivó un tema: la figura de Julio Conte Grand, quien hoy recibe cuestionamientos muy duros de parte de todos los poderes del Estado. "No es ético que opine de la actuación de quien me sucedió en la Procuración General", se excusó.

A cinco años de su renuncia a la Procuración, ¿cómo analiza todo lo que le pasó desde que María Eugenia Vidal llegó al gobierno de la provincia de Buenos Aires?

Fui muy afectada cuando renuncié, porque tuve grandes presiones y una persecución injusta, al punto de que no hubo ninguna denuncia ni investigación. Fueron todas falsedades, que afectaron a mi propia salud. Estuve siete meses aguantando todas esas presiones muy grandes que tuve y decidí que era el momento de pensar: mi salud o el cargo. Aconsejada por mi propio medico, opté por renunciar.

Renuncié porque no estaban dadas las condiciones para seguir trabajando. Tuve una gestión interesante, con la creación de fiscalías y defensorías descentralizadas que acercaron la justicia a toda la Provincia, inauguramos cerca de 170, coordinando con los intendentes, porque no teníamos presupuesto -en el Ministerio de Justicia ni en la Procuración-, así que los municipios pusieron los locales par que funcionen en forma independiente desde la procuración. Así poblamos de justicia a toda la Provincia.

¿Cómo fue esa charla con María Eugenia Vidal antes de dejar el cargo?

Me encontré personalmente con ella. Le fui a presentar mi renuncia, que había pedido a través del Secretario de Justicia de ese momento, quien me dijo que la Gobernadora quería ese cargo para que lo ocupara otra persona. Yo le respondí que cuando estuviera decidida la presentaría, si lo creyera oportuno. Pasaron unos cuantos meses y en diciembre decidí presentarla, porque me sentía bastante presionada. Toda mi gestión tuve la amplia facultad para hacer lo que se debe hacer dentro de una Procuración independiente. Nunca en mi gestión había tenido ese tipo de presiones, y las empecé a tener con esta Gobernadora. No estaba en mi continuar en el cargo.

¿Está bien que el Poder Ejecutivo presione a miembros del Poder Judicial para que dejen su cargo?

La Procuración es un órgano absolutamente independiente. Si no hubiera querido renunciar me tendrían que haber enjuiciado. Pero entendí que quería gestionar con libertad, con respeto a los Derechos Humanos, con respeto a la gestión que se estaba llevando adelante. No me iba a sentir cómoda con una gestión que no me quería, no iba a tener presupuesto, iba a ser un fracaso y no quise arruinar la gestión que fue lucida en el tiempo en el que desempeñé.

Pero además, nunca se pudo ni se intentó probar ninguna denuncia seria, un delito o una indisciplina. Me manejé siempre con mucha dedicación. Me dediqué plenamente a la gestión y siempre pensando en el ciudadano, porque en ese aspecto el poder haber inaugurado tantas fiscalías y defensoría llevó a que la Suprema Corte también se comprometiera a acompañar con distintos juzgados y se hizo un trabajo muy intenso en toda la Provincia, también con la creación de ayudantías fiscales.

Que un Procurador cree que pueda dirigir la Provincia de Buenos Aires sentado en La Plata es un error terrible y una falta de respeto a los habitantes. Por eso viajaba permanentemente. Visité todos los lugares de la provincia.

Mirando hacia atrás, ¿pudo descifrar por qué la querían fuera de la procuración?

Yo que yo creo es que esto no pasó no sólo en el ámbito del poder judicial. Cuando llega el gobierno de María Eugenia Vidal, querían tener gente en todos los lugares, absolutamente. Querían el lugar del Fiscal de Estado, querían en todos los lugares a su gente y remover funcionarios con trayectoria, que no estábamos atornillados sino avalados por una gestión. El problema era conseguir el cargo, no había otra intención. La persecución era grande y no pudieron probar nada, no hicieron ninguna causa, ni un juicio, porque no tenían como probar nada, porque ningún delito se había cometido.

¿Llegaron con un prejuicio sobre lo que era la Provincia de Buenos Aires?

Llegaron con el preconcepto de una Provincia que no es la nuestra, con una mirada muy capitalina. La gente de la Provincia tiene una mirada distinta, los que conocemos la Provincia, en cualquier lado. Un intendente tiene una verdadera dimensión de lo que es su Estado, su lugar, su comportamiento. Hay buenos, malos y regulares como en todas partes y los intendentes saben para qué llegan y lo que deben hacer, y si no lo hacen bien es un tema de la persona.

¿Cómo analiza los últimos 5 años del Poder Judicial, donde se empezó a hablar de persecución política y de Lawfare? Incluso un ex presidente de la Suprema Corte (por Eduardo De Lázzari) lo dijo.

Eduardo De Lázzari fue un ser humano extraordinario, inteligente, honesto y trabajador con quien hice muchísimas cosas en coordinación con la Suprema Corte. Lloré mucho su pérdida. Estaba muy preocupado y tomó bastante partido cuando le tocó estar en la presidencia de la Corte con el cambio de gestión, en algunas cuestiones que no compartía. Era una persona honesta e integra.

Dentro del Poder Judicial hay muy buenas gestiones y otras que no lo son. No se puede juzgar al Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires como si fuera bueno o malo. Hay gestionadores, desde el más alto cargo, en el Ministerio Público y los jueces, que son probos, trabajan mucho y tienen capacidad. Habrá como en todas partes otros que no hacen gala de la función. Eso pasa en todo el país, no sólo en la Provincia de Buenos Aires.

¿No ve un deterioro general del Poder Judicial entonces?

No. Me me preocupa que como siempre no hay un presupuesto adecuado para realizar las tareas que hay que realizar en bien de los ciudadanos. A veces faltan recursos para hacer las cosas que uno necesita hacer para que la cuestión mejore y se profundice. El Ministerio Público está muy bien armado, bien formado, hay mucha gente con carrera, que se ha creado desde abajo y ha llegado a cargos de fiscal y defensor con buena competencia. En nuestra época todos asumieron por concurso. En el primer concurso para cubrir cargos en mi gestión hubo 800 nombramientos y había que conseguir la gente que estuviera capacitada. Se hicieron cursos de meses, en toda la Provincia, en todos lados, descentralizadas, para evitar traslados. Así empezó a funcionar un sistema acusatorio nuevo. En ese momento el Gobernador era el doctor Eduardo Duhalde y puso todo el apoyo para que eso fuera. Terminábamos con un sistema inquisitivo para pasar a acusatorio que marcó un cambio en el país.

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