Mientras en el PRO la balanza se inclina hacia el oficialismo nacional, en la UCR prevalece la necesidad de preservar su estructura territorial.
En la antesala del cierre de alianzas, la oposición en la provincia de Buenos Aires transita tensiones internas que exponen su fragmentación. En el PRO, mientras Mauricio Macri tantea un armado de centro con Emilio Monzó y Joaquín de la Torre, figuras como Cristian Ritondo y Diego Santilli ya sellan acuerdos con La Libertad Avanza. En ese espacio ven imposible un proyecto sin Milei y trabajan en una coalición que garantice gobernabilidad a los 15 intendentes amarillos, aunque persisten disputas locales como en 9 de Julio.
Del otro lado, la UCR bonaerense debate su estrategia sin una conducción definida. Las consultas realizadas por sus autoridades revelaron que el 80% de sus dirigentes rechaza un acuerdo con Milei, sobre todo en el interior. La alternativa de un armado de centro —junto a sectores vecinalistas o peronistas no alineados— no logra consenso, pero sí gana fuerza la idea de sostener la histórica Lista 3, proteger los 27 distritos gobernados por el radicalismo y ofrecer una propuesta que escape a la polarización entre libertarios y kirchnerismo.
“Podemos explicar una derrota, pero no acompañar los proyectos de Milei”, expresó un dirigente boina blanca. Mientras en el PRO la balanza se inclina hacia el oficialismo nacional, en la UCR prevalece la necesidad de preservar su estructura territorial, aunque sin una estrategia clara para evitar la marginalidad política.
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