Macri y Sanz creen que ganan Tucumán con el acuerdo Cano-Amaya

Macri y Sanz creen que ganan Tucumán con el acuerdo Cano-Amaya

El acuerdo opositor complica a Alperovich, que admite que puede perder. La jugada de Cano para un "doble triunfo".

Tras largas discusiones e idas y vueltas, el diputado radical José Cano y el intendente peronista de San Miguel de Tucumán, Domingo Amaya, presentarán mañana su acuerdo para competir en las elecciones provinciales del 23 de agosto contra el kirchnerista José Manzur, delfín del gobernador José Alperovich.

La alianza, que llevará el pomposo nombre "Acuerdo por el Tucumán del Bicentenario", contempla que Cano sea el candidato a gobernador y Amaya a vice. A cambio, el dirigente peronista se asegura el monopolio de la pelea por la capital provincial, donde intentará imponer como su sucesor a su secretario de Gobierno y mano derecha, Germán Alfaro. El radicalismo bajará la candidatura de la senadora Silvia Elías de Pérez, que iría ahora por la renovación de su banca en la Cámara alta.

 

 

 

La tercera pata del acuerdo es el PRO, que confirmó el fin de semana que baja la candidatura de Manuel Avellaneda a la gobernación. Lo mismo sucederá con la de Manuel Garretón para la capital provincial, para cumplir con la condición que impuso Amaya. Mauricio Macri buscará capitalizar el impacto positivo del acuerdo y el jueves viajará junto a Ernesto Sanz para mostrarse con Cano, que ya tenía el apoyo de Sergio Massa.

 

 

 

La concreción del acuerdo entre Cano y Amaya entusiasma a Macri y Sanz, que ya creen que pueden terminar con doce años de gobierno del alperovichismo en la provincia y mantener el control de la capital. Desde hace meses en el radicalismo sostenían que la única forma de ganar era sumando al PRO y al amayismo, por lo que ahora están convencidos de que podrán darle un duro golpe al kirchnerismo. Tan confiados están que ya calculan se quedarán con los dos senadores nacionales por la mayoría y con tres de los cinco diputados en juego.

 

 

 

 

En la vereda opuesta, la noticia golpeó a Alperovich, que podría pagar carísimo su divorcio con Amaya, con quien fue aliado durante once años de gestión. La ruptura hasta ahora no terminaba de concretarse debido a las gestiones de Nación para mantener a Amaya en el FPV. El último vínculo fue el secretario de Obras Públicas José López, que amagó con cerrar un acuerdo con Amaya y ahora podría ser primer candidato a diputado nacional en la lista alperovichista.

Sin embargo, los nexos entre Amaya y la Rosada se dinamitaron luego de que Cristina Kirchner echara al operador Rafael Follonier, que trabaja en la candidatura de Daniel Scioli. Esa relación con Follonier le permitía a Amaya tener ingreso a Olivos, pero tras su salida se quedó sin interlocutor. En las últimas semanas, ni siquiera estaría atendiendo los llamados desde Buenos Aires.

"En definitiva, si gana Cano gana el radicalismo, no gana Amaya. Lo que está haciendo Amaya es entregar el gobierno al radicalismo", se quejó ayer Alperovich. Se trata de una inédita admisión de la posibilidad de perder el control de la provincia.

 

 

 

Lo mismo estaría haciendo el mandatario en conversaciones informales. Fuentes tucumanas dijeron a LPO que en reuniones con su círculo cercano, Alperovich empezó a trazar estrategias para reagruparse en caso de perder la provincia, algo inimaginado para él hasta hace poco. Quienes lo conocen bien, aseguran que nunca antes había admitido que podía perder.

Es que las encuestas que circulan en la provincia no arrojan buenas noticias para el oficialismo. Por caso, en el PRO manejaban un sondeo previo al acuerdo en el que Cano tenía 38 puntos de intención de voto contra 32 de Manzur y 18 de Amaya. Con la fórmula conjunta, el radical y el intendente capitalino rondarían los 50 puntos. Otro trabajo, aparentemente realizado por una consultora ligada al sciolismo, les daría 48 puntos a los opositores.

 

 

Así las cosas, Alperovich apuesta a su propia candidatura en las PASO nacionales. Es que el gobernador diagramó el esquema para que las elecciones provinciales sean dos semanas después de las primarias, donde él mismo encabezará la boleta de senadores. Un triunfo el 9 de agosto sería un empujón clave para la candidatura de Manzur.

 

 

 

Cano respondió a esta maniobra con una jugada más que polémica. Además de candidato a gobernador, será candidato a senador nacional. Quiere competir mano a mano con Alperovich, sabiendo que si le gana en las PASO nacionales, la elección provincial será un trámite. Cualquier otra figura de la oposición (a excepción de Amaya) iría a una derrota segura contra el gobernador, que mantiene una alta intención de voto. La movida se completaría con la aparición también de Amaya en las listas nacionales.

 

 

 

El oficialismo respondió a esto con un intento desesperado de prohibir que un mismo dirigente sea en el mismo año candidato en las elecciones provinciales y nacionales. Alperovich anunció el proyecto, pero se cayó antes de empezar a andar. Es que al mandatario le advirtieron que no se podía modificar la ley después de que ya se había convocado a elecciones, ni tampoco interferir sobre una legislación nacional. Incluso, algunos consideran que la normativa sería directamente una violación de la Constitución Nacional, ya que prohibiría a un ciudadano ser candidato.

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