Macri alista al PRO para que, en caso de ganar las elecciones, el ajuste económico comience antes de asumir

Macri alista al PRO para que, en caso de ganar las elecciones, el ajuste económico comience antes de asumir

En una reunión que encabezó con Larreta, Bullrich y Vidal, el ex mandatario expresó la necesidad de que se tomen medidas apenas el día después de la hipotética victoria electoral de la oposición. De “las primeras 100 horas” a un “súper lunes” post-comicios. Las “bombas de tiempo” que ya denunció JxC y el desafío de ordenar el frente político luego de la intervención del partido en Mendoza.

Por: Mauricio Caminos.

“Dejemos descansar a la gente”. La confesión de un armador de Patricia Bullrich en la previa al fin de semana extra largo de Pascuas revelaba, entre líneas, un deseo propio: “descansemos todos unos días”. Es que hacia el interior de la fuerza opositora se viven horas frenéticas desde que Mauricio Macri renunció a ser candidato. 

El ex presidente tiene un pálpito –guiado por las encuestas y la cada vez peor marcha del Gobierno– de que el PRO –y en efecto, Juntos por el Cambio– podría volver a la Casa Rosada en diciembre, y entiende que el desafío será mayor al que enfrentó en 2015. Quizás por eso mismo se terminó bajando de la carrera electoral.

El sábado pasado a la mañana Macri convocó casi de urgencia a una reunión en sus oficinas de Vicente López. Hubo quienes fueron presencial, otros vía Zoom. Juntó en una misma mesa a Bullrich con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, los tres postulantes amarillos. Pero no fue una cumbre política, sino principalmente económica: también participaron los miembros de los equipos económicos del PRO, donde son referentes Hérnan Lacunza y Luciano Laspina.

Si bien el ex mandatario quiso discutir allí qué medidas se deberían tomar en caso de ganar las elecciones, lo que llamó la atención fue la necesidad de la velocidad para accionar esas medidas. En el PRO ya sugieren la idea de que si logran la presidencia debería haber reformas desde el día siguiente a la victoria electoral –sea en primera vuelta, es decir el 23 de octubre; como post-balotaje, el 20 de noviembre–. Un “súper lunes” que se adelantaría bastante al 10 de diciembre, fecha formal de asunción del próximo gobierno.

“La bomba de tiempo”

“Macri está muy preocupado por el tema económico y la bomba de tiempo que dejaría el Frente de Todos. Está pensando en caso de ganar que debería hacer la oposición ahí nomás”, afirmó a elDiarioAR un operador amarillo al tanto de la cumbre del fin de semana pasado. Los lineamientos generales del cónclave lo confirmaron al menos tres fuentes distintas. 

En enero pasado un comunicado de JxC generó mucho impacto cuando habló de “la bomba de tiempo” que explotaría en 2024, a partir del déficit fiscal, la deuda del Banco Central y la emisión monetaria. Las últimas alarmas que se encendieron en el tablero económico del PRO fueron el canje de bonos que impacta a la Anses y la letra chica del informe del FMI que flexibilizó las metas de reservas en U$S 1.800 millones: pidió limitar la moratoria previsional, acelerar la suba de tarifas y eliminar planes sociales. En la mirada consensuada en la oposición de que es necesario hacer un recorte, las “recomendaciones” del Fondo fueron música para sus oídos.

Sobre el “apuro” en el macrismo a tomar medidas hay quienes recordaron la actitud de Alberto Fernández cuando ganó las PASO de 2019. “El dólar a 60 pesos está bien, es un valor razonable”, aseguró en un reportaje tres días después de las primarias, metiéndose de lleno en la política cambiaria que estaba dejando Macri. El delegado de Cristina Kirchner ya se sabía ganador en las generales. 

Esa semana la divisa había dado un salto importante: pasó de $53 a $63 pesos. El entonces presidente llegó a hablar por teléfono quince minutos con quien luego sería su sucesor. Veía que los mercados podían creerle más a Fernández que a él mismo. Ese viernes la cotización terminó en 57 pesos.

Hoy la gravedad de la situación económica también puede reflejarse en el valor del dólar oficial casi cuatro años después de aquel episodio: el oficial supera los 211 pesos, y el blue se consiguió el miércoles a $392 tras los anuncios del nuevo dólar agro.

En caso de ganar JxC, ya no serían suficientes “las primeras cien horas” de mandato, como suele repetir el jefe de Gobierno sobre la “papa caliente” que heredaría el próximo gobierno. Ni qué hablar del tradicional plan de cien días. El ajuste amarillo debería comenzar antes de asumir; o sea, que el kirchnerismo asume el costo de la derrota. Habrá que ver si Cristina Kirchner estaría dispuesta a colaborar o saldría del poder con los pies hacia adelante.

elDiarioAR publicó semanas atrás cuál es el plan económico de Larreta, que trabaja con Lacunza: ajuste fiscal inmediato, liberación gradual del cepo y apertura económica. Laspina, que asesora a Bullrich, planteó en una entrevista en La Nación hace un mes una diferencia: levantaría el cepo desde “el día cero”. 

La política y la urgencia

La necesidad de poner la lupa en las horas siguientes al escrutinio en octubre o noviembre denotan también una mirada política: en la oposición aventuran una disputa electoral muy competitiva, sobre todo por la injerencia sorpresiva de Javier Milei. El escenario de “tres tercios” es una conversación habitual ya. “Tiene consolidado unos veinte puntos”, comentó sorprendido una fuente en Uspallata. Entonces, sería imposible que una victoria en las PASO inevitablemente asegure la presidencia en primera vuelta –donde se necesitan 45 por ciento de los votos o más de diez puntos de diferencia entre el ganador y su adversario inmediato–.

Para que cualquier reforma económica sea confiable, en el PRO saben que también tienen que ordenar la política. La crisis en el Frente de Todos demostró que los vaivenes económicos suelen estar atados a los vaivenes políticos. Hoy está tan peleada la interna entre Bullrich y Larreta que ese desgaste podría perjudicarlos no solo en las urnas –por eso también crece Milei– sino a la hora de mostrar hacia afuera que hay unificación puertas adentro. ¿Quien salga derrotado en la primaria se plegará de igual modo al ganador si el veredicto es por poco o mucho margen?

Además, todavía no está claro que Macri vaya a soltar el mando del partido así como así. O si se definirá por uno u otro precandidato, aunque lo que sugieren las fuentes es que dará su apoyo explícito al ganador de las PASO. Su facilidad para convocar a todos los precandidatos amarillos a una misma reunión sin oposición refleja que aún ostenta capital político. “Tocó el timbre y todos fueron de raje. Él está en un escalón de privilegio sobre los demás”, reconoció un vocero. 

En esa ecuación de “ordenar la política” en aquella cumbre también el ex mandatario intentó encontrarle una salida a la encerrona política del PRO en Mendoza. No lo pudo evitar: terminó estallando 72 horas después, cuando el diputado amarillo Omar de Marchi rompió la fuerza local y se lanzó como candidato a gobernador por fuera de JxC. Bullrich y Larreta coincidieron en intervenir el partido a nivel provincial, pero hubo pases de factura.

La titular del PRO se cruzó en un Zoom con De Marchi –como contó elDiarioAR el miércoles– y por lo bajo le recriminó a Larreta que no pudo hacer que dé marcha atrás el dirigente, que es uno de sus armadores nacionales. El alcalde porteño habló con el diputado el martes –antes de que éste anuncie su decisión vía Twitter–, pero no pudo convencerlo. ¿O no quiso? 

En el universo amarillo ahora esperan consecuencias extrapartidarias, teniendo en cuenta que el radical Rodolfo Suárez está al frente de la gobernación y el senador Alfredo Cornejo –el verdadero hombre fuerte de la UCR local– busca sucederlo. El paso en falso del larretista podría perjudicar al jefe de Gobierno, que busca un acuerdo con el titular del centenario partido, Gerardo Morales, para que su candidatura tenga volumen federal. 

“Va a haber coletazo hacia JxC porque Larreta no pudo ordenarlo a Omar”, admitió un operador suyo, que sin embargo se mostró optimista: “De alguna manera terminó ocurriendo lo que quería la UCR, que era asegurarse una PASO tranquila”.

El desafío interno que planteaba De Marchi ya había alimentado en parte la creación, durante la última Vendimia, del “grupo Malbec”. Ese puñado de radicales disidentes a Morales que encabeza Cornejo se mostró entonces junto a Bullrich. Luego del descanso de Semana Santa, el “grupo Malbec” volvería con otra postal de impacto político.

Valdés, Manes, Bullrich, Suárez, Cornejo, Naidenoff, Losada y Monzó, en la foto del "grupo Malbec" en la Vendimia mendocina.

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