La Libertad Avanza se pone a prueba en la adversidad: entre lealtad de los prestados, José Luis Espert y el pecado original

La Libertad Avanza se pone a prueba en la adversidad: entre lealtad de los prestados, José Luis Espert y el pecado original

El sostenimiento de la candidatura de Espert deja dudas e interrogantes. Una campaña a la deriva a tres semanas de las elecciones. Contradicciones en el discurso dogmático, que ideologizó herramientas. La revancha de los vilipendiados. La única esperanza: el milagro norteamericano y la interna del PJ.

Por Ariel Basile.

Apenas tres semanas quedan para las elecciones. En cualquier país normal, la suerte estaría echada. En este, en la Argentina, en 20 días puede cambiar el país. Cisnes negros como los audios de ANDIS o la pista narco detrás de una vieja financiación proselitista a José Luis Espert. Cisnes blancos como un salvataje extraordinario de los Estados Unidos al gobierno de Javier Milei. Es difícil ser categórico y lo sabrán los encuestadores, que acumulan pifias sucesivas.

No obstante, la foto hoy asoma compleja para Milei, que intenta mostrar la docilidad que no tuvo hasta acá para fortalecer la “gobernabilidad”. Una palabra de moda en estos días, por la condición de la administración Trump para hacer llegar los auxilios, que ya se tramitan en Washington. La gobernabilidad, en rigor, se definirá el 26 de octubre. Un medio término acaso más determinante que nunca. Y que, en el baile previo con las tensiones post 7-S, pone a prueba el proyecto libertario y la lealtad de sus integrantes, enredados en contradicciones, pulseadas intestinas y una falta de cohesión que preocupa en la Casa Rosada. Tal vez la única esperanza, a esta altura, sea las propias internas del peronismo, que continúan latentes, con pruebas concretas que se coleccionaron en las últimas horas.

El problema para La Libertad Avanza (LLA) es que esa búsqueda de consensos a tan poco del llamado a las urnas es una quimera; poco creíble después de haber dinamitado los puentes con buena parte de los actores que forman parte del ecosistema político: gobernadores, partidos opositores, el Congreso y hasta actores secundarios como medios y economistas. Hoy, en su momento de mayor flaqueza -una flaqueza que arrastra a la economía y las finanzas-, Javier Milei rema contra la corriente del humor social y con las ansias de revancha de los otrora vilipendiados. Y, también, obligado a ponerse al hombro la campaña en todo el país y a nacionalizar el slogan por la debilidad de los armados locales y la “mancha venenosa” Espert, que desactivó los actos violetas en cada territorio, a lo largo y a lo ancho del país, como se suele decir.

La postal de ayer en Santa Fe, con otra suspensión de una recorrida de Milei por las protestas –como antes había ocurrido en Ushuaia-, muestra que la calle se le puso complicada, que la oposición puede reactivarse y jugar más fuerte, y que la violencia simbólica que ejerció LLA en general y el Presidente en particular vuelve como un búmeran en la mala.

El sábado, hubo desacoples con la policía provincial. Se solicitó a la Policía de Santa Fe el acompañamiento de la cápsula presidencial durante el traslado desde el aeropuerto de Sauce Viejo hacia un hotel ubicado en el centro de la ciudad capital. Sin embargo, el destino fue modificado a último momento. Para colmo, la victimización no funcionó para la elección bonaerense del 7-S, y la sociedad no compró ese intento que se forzó tras la primera caravana fallida, la de Lomas de Zamora. Fue paliza en las urnas y una aceleración de la policrisis. La campaña sigue en modo prueba y error.

Contrastes y dudas

El caso Espert genera dudas e interrogantes. ¿Por qué, con tantas pruebas del vínculo con Fred Machado, no se bajó de la candidatura? “El Profe” era resistido por Karina Milei y por Santiago Caputo, una de las pocas coincidencias entre los vértices siempre en tensión del triángulo de hierro. Solo Milei lo sostiene al diputado, e insistió este fin de semana. Hubo amagues que tuvieron en vilo a todos. Primero, el video grabado el jueves por la noche que el diputado difundió en sus redes, donde reconoció haber recibido u$s200 mil de una empresa de Machado. Segundo, la reunión en Olivos entre Milei y Espert. Nunca se bajó.

En todos los casos, Espert resistió. “Al final El Jefe es Espert”, mencionaba un conocedor de las internas libertarias, quien se preguntaba si su capital para seguir postulado era la información con la que contaba. Es que resulta difícil entender cómo, después de las presuntas coimas en la agencia de discapacidad que impactaron en el resultado bonaerense, LLA no sacrifica nombres que le hacen daño al proyecto. Espert es cabeza de lista en el principal distrito del país y al mismo tiempo ocultado de la campaña, incluso desde antes del escándalo narco, por el tono prepotente que fue castigado el 7-S.

Asimismo, lleva al resto de los candidatos a mantenerse inmovilizados. No quieren militar una boleta que lleva a Espert al frente. Inclusive, en pagos alejados, la campaña entró en stand by. Y tras el descalabro financiero, político y también simbólico, LLA necesita salir a la cancha para remontar los porotos perdidos contra reloj.

Los consultores de toda extracción y color coindicen en un derrumbe de la imagen de Milei, en una mayor desaprobación del Gobierno, en la reaparición de la corrupción como uno de los principales problemas percibidos y en una merma de la performance electoral en todos los distritos. Se entusiasma el PJ como ganar en provincias donde había tirado la toalla y Provincias Unidas cree que puede romper la polarización en los distritos donde juega de local, como Santa Fe o Córdoba, por mencionar a dos ring de peso.

El caso Espert rompe el discurso libertario. Ya era difícil sostener la idea “anti casta” por la conformación del gabinete, luego se les complicó enarbolar la bandera de la transparencia y ahora se esfuma el capital de la lucha contra el narcotráfico. Y en paralelo, la crisis exhibió las dudas internas. Al tiempo que Milei lo abrazaba, Patricia Bullrich le pedía explicaciones. Tampoco fueron indulgentes el jefe de Gabinete Guillermo Francos o el vocero Manuel Adorni.

No obstante, desconcertó la postura de la ministra de Seguridad, quien, se sabe, tiene juego propio y poco apego a los proyectos partidarios. Bullrich es la dirigente con mejor imagen, y las últimas encuestas le dan menos de 40 puntos en su postulación a senadora nacional por CABA. Un guarismo que le permitiría ganar con holgura pero que está lejos de los mejores scores de Juntos por el Cambio. El violeta rendiría menos que el amarillo. Y Bullrich lo sabe.

La preocupación de la Casa Rosada por sostener discursos unívocos tiene otra cara: la incertidumbre que deja un proyecto que encabeza Milei pero que se cimienta con demasiados soldados prestados, que se convirtieron en furiosos libertarios al calor de la acumulación de poder del Presidente. Ahora, a la baja, es cuando aparece el desafío de contener a los que se sumaron desde otros espacios. Y también para “saber de qué está hecho el Presidente”, como se decía en la semana en un despacho provincial.

Equipos ensamblados en todas las áreas, que en las buenas maquillan diferencias. Excepto en Economía, donde incluso en la oposición reconocen una coherencia interna y una verticalidad que baja desde Luis Caputo a cada uno de sus integrantes. Más allá de los resultados de ese equipo, que desde el desarme de las LEFIs parece improvisar con consecuencias negativas.

Mientras Scott Bessent, secretario de Tesoro de los EEUU, emerge como otro de los actores centrales de la campaña de LLA, la semana volvió a estar marcada por la presión sobre el dólar y el riesgo país. Y al igual que en lo político, en lo económico también se facturan los pecados de origen. “Ideologizaron las herramientas, que no tienen ideología, son solo herramientas”, explicaban desde una provincia. Una forma de mostrar las dificultades para reestablecer controles cambiarios o, incluso previamente, los pases pasivos del Banco Central pagando un costo político. Hasta la inflación, que se sostiene “a velocidad Guzmán”. “O no es siempre un fenómeno monetario, o están ensanchando la base monetaria. Las dos cosas no son compatibles para un gobierno tan ideologizado”, agregaban.

Caputo llegó a los Estados Unidos para reunirse con Scott Bessent.

Del mismo modo, otra medida tomada en tiempos de bonanza ahora se vuelve en contra: la boleta única papel (BUP). Por un lado, los ignotos candidatos libertarios en todo el país deberán rezar para que les acierten la cruz. Por otro, el sistema electoral determina el intríngulis Espert, ya que, aun renunciando a su candidatura, seguiría en la boleta.

La versión de los off oficiales es que no hay tiempo para reemplazarlas. La contra versión es que sí hay tiempo, pero el cambiazo pondría al desnudo el mayor costo de la BUP respecto a la boleta tradicional, ya que en este caso se necesitaría reimprimir el total de las boletas, algo así como $15.000 millones. Los tiempos están ajustados pero los entendidos indican que sería posible.

Un extitular del Correo Argentino, ducho en logística electoral, señalaba a este medio que los plazos son cumplibles. “En el sistema anterior había que esperar que todos los partidos enviaran las boletas, armar los paquetes, las urnas y recién ahí se enviaba. Ahora es solo una boleta la que se envía”. Claro, el tema es que el papel de mayor calidad, con troquelados, encarece el operativo y pondría en jaque otra bandera: el “no hay plata”, que de pronto aparecería por arte de magia para subsanar un problema partidario. Surgiría otra evidencia: la plata siempre es escasa, lo que cambian son las prioridades.

Las cuitas del PJ

Aún con todos estos dramas, en LLA creen que pueden hacer una elección decorosa. Por lo menos, que le permita mejorar en algo volumen violeta en el Congreso para el segundo tramo de gestión. Y si observan en este contexto una luz al final del cuarto oscuro es por las pulseadas del peronismo.

Llamó la atención que no hubiera foto entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner tras el encuentro en San José 111. “Se sacó una foto hasta con Esmeralda Mitre”, cotejaban en cuarteles neutrales. No obstante, tanto el kirchnerismo como el entorno del gobernador destacaron que la reunión fue amena y en buenos términos. Cristina sigue sin darle la derecha al mandatario respecto al desdoblamiento, sigue pensando que fue un error, por más que con el diario del lunes el resultado haya empujado a Milei por una ladera por la que hasta ahora rueda sin frenos. La expresidenta quiere ganar, y por eso se permite ser cordial, no importa con qué método.

Pero en el plano de la praxis la interna sigue. Por caso, Kicillof no pudo avanzar en la Legislatura provincial con el pedido de endeudamiento que pensaba tratar en la semana. No solo el kichnerismo se la hace difícil. Otras líneas internas piden lugares en ministerios, en el Banco Provincia y en también en la Corte local.

Es que el PJ se encontró de golpe con la posibilidad de triunfar por el voto castigo a Milei, antes que por virtudes propias. Jugarán en estos días a mostrar encuestas desfavorables, para motivar a la militancia y “que no aflojen”. Una estrategia derrotista como la que utilizó con éxito LLA en CABA, con la victoria de Manuel Adorni tras filtrar antes encuestas que lo ponían en segundo y hasta en tercer lugar.

La coyuntura que ahora pinta optimista para el peronismo no modificó la realidad de un partido que sigue en reacomodamiento y en la búsqueda de liderazgos.

Comentá la nota