La indefinición de los espacios de poder en el gabinete de Jorge Macri y la Legislatura profundiza la crisis de Juntos por el Cambio

La indefinición de los espacios de poder en el gabinete de Jorge Macri y la Legislatura profundiza la crisis de Juntos por el Cambio

El jefe de gobierno electo se diferencia del perfil aperturista de Rodríguez Larreta y enfrenta tensiones con sus socios; sin mayoría en la Legislatura, su estilo pone en jaque la gobernabilidad

 

Delfina Celichini

Un nuevo capítulo de la puja por el poder se abre en el bastión de Pro. Tras la decisión inconsulta de Patricia Bullrich y Mauricio Macri de acompañar a Javier Milei en el balotaje, en la ciudad de Buenos Aires Juntos por el Cambio (JxC) resiste su descomposición bajo el mando de Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño electo y primo del expresidente, quien hace equilibrio entre quienes se identifican con Horacio Rodríguez Larreta -el alcalde saliente-, el radicalismo y los libertarios. A pesar de que la dirigencia porteña subraya que su prioridad es mantener unida a la coalición, fuera de micrófono señalan que la tensión va en aumento a medida que se postergan las definiciones sobre el reparto del poder en el futuro gobierno porteño.

Bajo un estricto hermetismo, Macri dialoga con sus socios políticos para definir los lugares en su gabinete. “Jorge está siendo muy privado con este tema, no está compartiendo mucha información”, admiten cerca suyo. Los roces dentro de Pro, así como la tirantez que mantuvo durante toda la campaña con el sector del radicalismo porteño liderado por su exrival, Martín Lousteau, suponen un hábil trabajo de artesanía para limar asperezas y garantizar la gobernabilidad. Por eso, cerca del alcalde electo aseguran que los nombres de su equipo ejecutivo se barajarán en el marco de una negociación integral que incluirá también a las autoridades de la Legislatura porteña.

Lo cierto es que la principal tensión que tendrá que encarar Jorge Macri será dentro de su propio partido. Con una transición que ya arrancó, todavía no se sabe qué funcionarios larretistas conservarán sus puestos. En paralelo, la danza de nombres para reemplazarlos inició: el excandidato a gobernador Néstor Grindetti es uno de los postulantes para aterrizar en la Jefatura de Gabinete de Ministros, hoy ocupada por Felipe Miguel, uno de los dirigentes de mayor confianza de Rodríguez Larreta. Mientras que en el equipo de Macri prefieren no dar precisiones, cerca de Grindetti no lo niegan: “Antes de la elección general hablaron y Jorge le dijo que si Néstor no ganaba en la provincia quería que integrara el gobierno de la Ciudad”. Si bien admitieron que después del 22 de octubre se reunieron para hablar sobre este tema, precisaron que todas las definiciones serán luego del balotaje. “No es lo mismo armar un gabinete con Milei en la presidencia que con Massa en la presidencia”, destacaron.

Otro de los sitios clave para lograr una administración sin altibajos en la Ciudad es la vicepresidencia 1° del Poder Legislativo porteño, hoy en manos del larretista Emmanuel Ferrario, quien tendió puentes con todos los espacios políticos representados en el parlamento local. Con otro perfil, se espera que el nuevo jefe de Gobierno promueva en ese lugar a alguien de su riñón. Juan Pablo Arenaza, exjefe de campaña de Bullrich, es uno de los nombres en danza.

Emmanuel Ferrario junto a Rodríguez Larreta

Sin embargo, Darío Nieto es el diputado porteño que más suena para suceder a Ferrario. En su círculo chico no lo niegan, pero señalan que, si se confirma su postulación, será después del 19 de noviembre. El exsecretario privado de Mauricio Macri protagonizó un cruce en X con Lousteau cuando el senador nacional responsabilizó al expresidente del “fracaso de Juntos por el Cambio”. “Martín, no vale todo para justificar un voto”, lo cruzó el legislador porteño, dando a entender que el senador apoyará la candidatura de Sergio Massa. Estos gestos podrían dificultar su labor en la Legislatura, donde el oficialismo no tendrá mayoría a partir del 10 de diciembre.

Quien resulte elegido por Jorge Macri para presidir la Legislatura tendrá que reunir 31 votos -la mayoría- para ser electo entre sus pares. Un trámite que se convertirá en una tarea mucho más difícil cuando se trate de reunir el quorum para sesionar. El Pro solo contará con 12 legisladores, mientras que la UCR tendrá ocho, Confianza Pública tres, la Coalición Cívica (CC) tres y el socialismo uno. El bloque de La Libertad Avanza, en tanto, sumará nueve bancas.

A pesar de que el interbloque de JxC unido sumará 27 adhesiones y llegará 30 con los republicanos de Ricardo López Murphy y Roberto García Moritán -quien suena para un lugar en el Gabinete de Jorge Macri- todavía le falta un voto para llegar al quorum. Por otro lado, si el macrismo y los libertarios decidieran jugar en conjunto, podrían llegar, sumando a Moritán y a la CC, a 27 bancas, cinco menos de la mayoría necesaria. Del lado opositor se descuenta que estén los 18 diputados que tendrá Unión por la Patria (UP) y los tres que representarán al Frente de Izquierda (FIT).

Si bien dentro del radicalismo hay cinco legisladores que responden a Daniel Angelici, histórico operador judicial cercano a Mauricio Macri, y tres afines a Lousteau, sus integrantes garantizan la cohesión. “El bloque está muy amalgamado y se descuenta que permanezca unido. Incluso, hay expectativas que se sumen el Partido Socialista y Confianza Pública, que fueron en la lista con Martín [Lousteau]”, aseguró la legisladora Manuela Thourte, referenciada con Evolución, el armado político del senador nacional.

Desde las PASO, el diálogo entre Jorge Macri y Lousteau está cortado. En el radicalismo todavía resienten la decisión unilateral de Macri de designar en la vicejefatura a Clara Muzzio y conformar, con ello, una fórmula 100% “amarilla”. “La PASO fue muy pareja y merecía una resolución política de síntesis a través de un proceso de debate diferente. Merecía una escena de diálogo por la que se pudiese incorporar la agenda de Evolución al Pro, en el marco de un gobierno de coalición. Era más que la vicejefatura”, señaló a LA NACION Marcelo Guouman, presidente del bloque radical en la Legislatura de la Ciudad.

A diferencia de Rodríguez Larreta, quien gobernó con un perfil aperturista, Jorge Macri apunta a retener los principales espacios de poder. “Jorge entiende la política de otra manera. Horacio entregó más lugares a los aliados en pos de su proyecto presidencial”, deslizó un dirigente cercano a Macri. Sin embargo, esta postura podría poner en jaque la unidad de la coalición.

En el campamento larretista evitan soslayar el problema interno: “Hay una tensión que Pro va a tener que resolver. Hay dos facciones en disputa que van a tener que ir a un proceso de institucionalización, de toma de decisiones, en los órganos que tiene el partido”.

Ante el ajustado panorama, el alcalde electo sabe que no puede dar un paso en falso. Por eso, se plegó a la decisión de los gobernadores que optaron por la neutralidad y dijo que es “absolutamente imprescindible que JxC mantenga la unidad”. No obstante, aclaró que eventualmente manifestará cuál será su voto. “He estado en la vereda de enfrente del kirchnerismo desde que nací en la política. Los he sufrido de todas las maneras posibles. Creo que con eso alcanza como definición”, adelantó.

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