Una grieta radical que parte al FA-Unen

Una grieta radical que parte al FA-Unen

Cobos y Alfonsín quedaron en minoría y la próxima Convención se dirime ahora entre acordar ya con el PRO o postergar la definición para empujar un gran acuerdo opositor. Sanz, Aguad y Nosiglia, a favor de Macri, enfrentan a Morales, Cano y Rozas, entre otros.

“¿Unen qué? De ese espacio ya no queda ni la U”, asegura con resignación un radical que aun así sigue tratando de evitar el desmoronamiento del frente creado por la UCR, el socialismo, la Coalición Cívica, el GEN, Proyecto Sur y Libres del Sur, entre otros. En apenas diez meses de vida, el acuerdo ya entró en la fase final de su larga agonía. A medida que se acerca la Convención radical del 14 de marzo, las fichas empiezan a caerse con más velocidad. La idea de lograr un “gran consenso opositor” impulsado por Gerardo Morales y Ernesto Sanz –a pesar de que el primero se inclina por Sergio Massa y el segundo por Mauricio Macri– dejó prácticamente fuera de juego a Julio Cobos y Ricardo Alfonsín, que no tienen fuerza para frenar la asociación con ninguno de esos dos dirigentes. En ese contexto, Cobos se juega ahora sus últimos cartuchos para no quedar atrapado en esa estrategia: le reclama a Sanz que, como presidente del partido, impulse acuerdos de gobernabilidad con los líderes del PRO y el FR. No tanto con la expectativa de alcanzarlos realmente sino para llegar a la Convención con una visión “realista” de hasta dónde hay chances de una gran alianza de todo el arco opositor. “Y si Sanz no lo hace, lo va a hacer Cobos en persona”, advierten desde el cobismo.

Cada uno de los actores del Frente Amplio Unen fue haciendo lentamente su juego. Elisa Carrió selló hace pocas semanas su acuerdo con Mauricio Macri para competir en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. La ruptura de la chaqueña con el FA-Unen por ahora es a título personal, aunque no hay liderazgos alternativos en la Coalición Cívica que puedan contrapesar su decisión. Hermes Binner, líder del socialismo, ya se pronunció en innumerables ocasiones en contra de una alianza con Macri y/o con Massa. El Partido Socialista hará lo propio con sus órganos institucionales. Lo mismo sucede con Margarita Stolbizer y el GEN. También con Humberto Tumini, de Libres del Sur. Abriendo el paraguas ante un final anunciado, estos tres espacios comenzaron a reflotar ya el nombre que utilizaron para competir en las presidenciales 2011: el Frente Amplio Progresista (FAP). Resta saber si también recalará allí Fernando “Pino” Solanas, ex aliado íntimo de Carrió, que también rechaza un acuerdo con el PRO o el Frente Renovador.

En este contexto, sólo queda la definición de un actor, el más relevante en términos de de- sarrollo territorial y fuerza parlamentaria. Pero la grieta interna en la UCR es hoy la más grande en mucho tiempo. Conviven al menos tres posturas, ninguna con la fuerza necesaria para imponerse en la Convención de Gualeguaychú, prevista para dentro de un mes. Morales, José Cano, Luis Naidenoff, Angel Rozas, entre otros, apuestan por un acuerdo “amplio”. Sanz, Oscar Aguad, Coti Nosiglia, entre otros, encabezan la avanzada pro Macri, mientras que Cobos y Alfonsín predican en minoría la continuidad del FA-Unen. Aunque muchos son conscientes de que el gran acuerdo opositor es hoy impracticable por múltiples razones –Macri-Carrió le dijeron que no a Massa y el resucitado FAP rechaza cualquier de las dos opciones–, el sector de Morales y el de Sanz parecen avanzar en una estrategia que les sirva a ambos: postergar una definición concreta.

Aunque esté disconforme con el rumbo partidario, Cobos ya se reunió con Binner y le avisó no va a volver a romper con la UCR como hizo en 2007 al incorporarse al Frente para la Victoria. “Nosotros podíamos ir en una fórmula con Binner, pero él pone como condición ‘ni Massa ni Macri’ y nosotros no podemos romper dos veces con el radicalismo. Entonces hoy las posibilidades de ir con Binner son cero”, explican en el entorno del dirigente radical mejor posicionado de cara a las PASO. El ex gobernador mendocino promete pedirle personalmente a Macri, a Massa y a Binner, una reunión para discutir acuerdos de gobernabilidad, en caso de que Sanz no se haga eco del pedido que le llevará un grupo de diputados nacionales. “Si Macri no nos recibe, después no pueden pedirnos que lo acompañemos en un acuerdo para ir juntos a una primaria”, aseguran.

“No podemos cerrar ahora con Macri cuando faltan cuatro meses para el cierre de listas, eso es entregarle el partido”, advierten en el sector que lidera Morales. El final todavía está abierto.

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