El gesto de Kirchner con Kicillof para cuidar la alianza de poder en Buenos Aires

El gesto de Kirchner con Kicillof para cuidar la alianza de poder en Buenos Aires

Lo llamó durante el fin de semana para anticiparle la bomba que detonó el lunes. Las diferencias, bajo una alfombra de silencio para no atizar el fuego.

 

Horas antes de que desatara una tormenta política dentro del Frente de Todos con su renuncia, Máximo Kirchner llamó a Axel Kicillof para adelantarle la decisión. Fue el fin de semana, según pudo saber Letra P, y el llamado se manejó en estricta reserva. El gobernador recién se lo reveló a su círculo más cercano una vez que la noticia estalló en los medios, el lunes a la noche.

Fue un gesto que Kirchner tuvo con pocos. Fuera de su entorno íntimo, el líder de la Cámpora solo se comunicó con el presidente Alberto Fernández y con Sergio Massa. A diferencia de esos llamados, la charla con Kicillof tuvo un objetivo político claro por parte del hijo de CFK: preservar la alianza de poder en la provincia de Buenos Aires. 

El silencio en el que se escudan sin grietas las principales figuras del gabinete bonaerense por estas horas evidencia el impacto que la renuncia tuvo en la provincia, donde conviven, con fórceps, todas las tribus del Frente de Todos. 

Kicillof le dio a su tropa la orden de “silencio total” el lunes apenas se conoció la noticia. La instrucción se extendió al resto de los sectores: La Cámpora -especialista en el oficio del hermetismo-, los intendentes y el massismo. Nadie habla de Kirchner ni opina sobre su decisión de renunciar a la jefatura del bloque oficialista de la Cámara baja nacional en rechazo al acuerdo de Alberto Fernández con el FMI. 

En la noche del lunes, en la entrevista televisiva con C5N, el Presidente reveló parte de la charla que tuvo con el hijo de la vicepresidenta horas antes de que se desatara la tempestad. "Hablé el miércoles pasado con Máximo, me contó sus diferencias con este tema y hoy me llamó y me dijo que había tomado esta decisión", contó Fernández. 

El llamado a Kicillof ocurrió el fin de semana. Se habló sobre la decisión de Kirchner y lo que implicaba esa jugada en el armado de la provincia de Buenos Aires y en el rol como presidente del PJ bonaerense. No trascendieron más detalles de la charla. 

La relación entre los dos, se sabe, es conflictiva. Más, desde que Kirchner puso en marcha una suerte de colonización por goteo del gobierno bonaerense después de la derrota oficialista en las PASO de septiembre del año pasado, con el desembarco de su aliado Martín Insaurralde y Leo Nardini, que se sumaron a los camporistas encabezados por Andrés Larroque, la figura más cercano a MK del gabinete provincial, junto a a Florencia Saintout y a Daniela Vilar.

Este lunes, el entorno del ministro de Desarrollo Social bonaerense se replegó en el hermetismo. “No va a hablar. No hay nada para decir”, repetían sus voceros. 

En el círculo más cercano a Kicillof, en tanto, se concentraron en los preparativos del viaje que emprenderá el gobernador acompañando a Alberto Fernández en la comitiva que visitará Barbados, Rusia y China. “El objetivo del viaje es acompañar al Presidente, pero, además, afianzar las relaciones bilaterales con los dos países, que tienen líneas de financiamiento importantes en infraestructuras”, dicen en la Gobernación. 

“Estuvimos concentrados en la cuestión sanitaria; todos pendientes del resultado del test del gobernador para ver si podía viajar. Sobre otro tema no tenemos comentarios que hacer”, decían los portavoces de Kicillof. 

El tuit que escribió el viernes el mandatario provincial refleja “todo lo que tiene para decir por el momento” sobre el acuerdo con el FMI, que desató el portazo de Kirchner y la crisis a cielo abierto en la coalición oficialista. En ese posteo, Kicillof se limitó a describir la herencia de la deuda dejada por el gobierno de Mauricio Macri y a decir que el entendimiento alcanzado con el organismo la semana pasada “evitó una verdadera catástrofe”, al tiempo que cargó contra la oposición. El mensaje contrasta fuertemente con la carta de renuncia de Kirchner. 

Por lo pronto, el viaje de este martes por la noche le servirá al gobernador para descomprimir y bajar tensiones en un frente interno en el que, pese a los sacudones, todo seguirá como está. Ningún referente de La Cámpora dejará su cargo para acompañar al hijo de CFK y, parece, nadie saldrá a echar más leña al fuego.

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