Gabinete paralelo: ya son 12 los médicos que atienden la salud de CFK

Gabinete paralelo: ya son 12 los médicos que atienden la salud de CFK
Los distintos especialistas que cuidan a la Presidenta son casi tantos como los ministros del Gabinete. Hay desde neurocirujanos hasta traumatólogos. Esta vez fue la cadera
La operación del hematoma craneal fue para Cristina Kirchner un punto de inflexión en su vida. Decidió que preservar su salud era lo más importante. La intervención quirúrgica fue en octubre del año pasado. Los médicos que la atendieron le enseñaron técnicas de mindfulness para reducir el estrés y manejar la ansiedad, mientras ella se encontraba recluida en la Quinta de Olivos. Estuvo 45 días sin aparecer en público, porque optó por respetar a rajatabla el reposo indicado.

Desde entonces, más de una decena de doctores, entre los que se encuentran desde cardiólogos hasta traumatólogos, controlan la evolución del estado de la presidenta en forma cotidiana. Es un tema complejo. La jefa de Estado tiene tendencia a la baja presión, y en menos de dos años tuvo que pasar dos veces por el quirófano: primero para extirparle la glándula tiroides por un tumor y luego para drenarle el hematoma del cráneo. Además le detectaron una arritmia intermitente. El último chequeo, el miércoles en el Hospital Austral, arrojó un diagnóstico menor, un problema en la cadera que se trata con kinesiología. Sin embargo, la salud presidencial pasó a ser una cuestión de Estado.

Después de la operación de la cabeza, CFK designó a un jefe de Gabinete con poder de decisión para evitar el vacío de poder y comunicación. Puso allí al gobernador de Chaco, Jorge Capitanich. Hizo otras modificaciones en su equipo. Ascendió a Axel Kicillof a ministro de Economía y echó al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Desde entonces, se ve un gabinete más presente y una presidenta más ausente, al menos en público.

La agenda de ella es intensa, pero de pocas horas. Cristina ingresa a la Casa Rosada –no todos los días– pasadas las 17 y se retira cerca de las diez de la noche. En esas visitas a la sede gubernamental recibe a ministros y funcionarios, pero son escasas las veces que habla en público (la última vez fue hace diez días, para anunciar un subsidio para jóvenes). En las últimas semanas el tema excluyente fue la economía, por eso se vio desfilar por el despacho presidencial varias veces al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, a Kicillof y al director de la Anses, Diego Bossio. Está preocupada por el dólar y por el acuerdo de precios, dos elementos que pueden disparar la inflación, que ya es alta, y hacer caer las reservas del Banco Central, un caballito de batalla del kirchnerismo. Con algunos miembros de su gabinete se maneja por teléfono. Pero está detrás de cada decisión que se toma. Los que la frecuentan dicen que está bien de salud, que se la ve animada y repuesta.

Historia clínica. Desde 2009, la jefa de Estado tuvo varios episodios de lipotimia (desvanecimientos por baja presión) que la obligaron a cancelar su actividad oficial, incluso viajes al exterior. En enero de 2012 estuvo afuera de la escena pública poco menos de un mes, luego de que le quitaran la glándula tiroides por un tumor que a priori parecía maligno, pero que luego se detectó que era benigno.

El sábado 5 de octubre de 2013, CFK fue a la Fundación Favaloro porque le habían descubierto una arritmia en estudio, según consignó el parte médico oficial firmado por el neurólogo Facundo Manes y el director médico de la Fundación Favaloro (FF), Gerardo Bozovich. Ese mismo día le detectaron un hematoma subdural crónico y el martes 8 fue operada en la Fundación para que se lo drenaran. Estuvo en reposo más de un mes para reponerse y cumplió a rajatabla los consejos médicos.

Además, se le realizaron estudios cardiovasculares con motivo de sus episodios previos de hipotensión arterial. Se observó en forma intermitente un bloqueo de la rama de conducción izquierda del corazón. Y por medio de estudios especiales se descubrió que sufre de síndrome vasovagal, una sobrerreacción del organismo frente a cambios posturales que causa fuerte caída tanto en la presión sanguínea como en la frecuencia cardíaca.

El miércoles, en el Hospital Austral le detectaron una “bursitis del trocánter izquierdo”, una inflamación de la bolsa que se encuentra justo debajo de la cadera. Se le ordenó un tratamiento fisio-kinésico. “Por lo general, en pacientes con esta dolencia el tratamiento fisiokinético consiste en magnetoterapia y ultrasonido para poder desinflamar esa zona”, sostuvo Jorge Fernández, director general de la carrera de Kinesiología y Fisiatría de la Universidad Abierta Interamericana. No es nada grave.

Algunos dicen que el poder hace estragos sobre la salud de quien lo ejerce. CFK pretende, ahora, preservar su salud.

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