El Presidente fue muy crítico de la gestión de su antecesor; el titular de Pro cuestionó la falta de transparencia del Gobierno y lo responsabilizó por la caída de la ley; qué pasa en Buenos Aires
Maia Jastreblansky
“Fue muy dañino. El Gobierno puso al único aliado incondicional que tuvo en el lugar de enemigo. Esto complejiza mucho el diálogo por un acuerdo en la provincia”. Mauricio Macri lo dijo con todas las letras. La trama de intrigas detrás de la frustrada votación de ficha limpia elevó el nivel de confrontación entre la cúpula del Gobierno y la conducción de Pro. Javier Milei emitió, en las últimas horas, los peores descalificativos sobre sus socios en el Congreso. Trató de “mentirosa” a la diputada Silvia Lospennato -la candidata de Macri en la Ciudad-, habló mal de la gestión de Cambiemos e instaló versiones sobre Jorge Macri.
Lo vincular entre ambos espacios se degradó notoriamente en las últimas horas. Sobre todo por las versiones cruzadas sobre lo que ocurrió con los dos senadores misioneros, Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, que dieron vuelta su voto a último momento y frustraron la ley de ficha limpia. En el macrismo ya dan por cierto que fue la Casa Rosada la que operó el giro de esos votos para frustrar la iniciativa. “La verdad siempre sale a la luz”, escribió Lospennato en sus redes sociales y compartió la nota de LA NACION que señala que el exgobernador de Misiones, Carlos Rovira -verdadero mandamás en las sombras de la provincia que gobierna Hugo Passalaqua- habría dicho en una reunión partidaria que fue la Casa Rosada la que pidió que los misioneros cambiaran su voto.
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Al igual que hizo Milei anoche en el canal de streaming Carajo (el Presidente dijo que, en rigor, los votos nunca estuvieron asegurados), altas fuentes de la Casa Rosada volvieron a negar un pedido del Gobierno a Rovira para cambiar los votos a último momento. “Milei ni siquiera tiene el teléfono de Rovira”, afirmaron. Evitaron, no obstante, cuestionar al exgobernador misionero y apuntaron, una vez más, los cañones hacia Pro. Aseguraron que todo se trató de una “operación” para perjudicar al Gobierno que salió de las filas macristas.
En definitiva, todas las versiones y la pirotecnia cruzada de las últimas horas no hizo más que alejar a Milei de Macri. El jueves, en Carajo, el Presidente dijo en la entrevista con Daniel Parisini (Gordo Dan) que el gobierno macrista no bajó impuestos, que gastó de más y que le faltó “coraje”. El titular de Pro, por su parte, cuestionó la transparencia del Gobierno y dijo que la Casa Rosada es la “única responsable” de que ficha limpia no haya sido aprobada. “Es muy triste. Este gobierno defraudó a millones de argentinos. Teníamos la esperanza de ir hacia una sociedad normal, donde los corruptos no puedan participar de la política y donde hayan reglas de juego claras”, acometió.
El cierre en la provincia
Macri aseguró que el estado de situación actual “aleja” la posibilidad de un acuerdo político en la provincia de Buenos Aires para competir juntos contra el PJ. El expresidente toca una fibra sensible, porque pese a que los libertarios buscan bajarle el precio a sus aliados, Milei sí quiere competir junto a los amarillos en territorio bonaerense para no dividir el voto de centroderecha.
Un colaborador estrecho de Milei dijo en Balcarce 50: “Lo de ficha limpia no afecta el acuerdo con Pro en la provincia, va por dos carriles separados”. El jefe de Estado y su mesa chica siguen interesados en tejer un acuerdo con el titular del bloque de Pro en Diputados, Cristian Ritondo y con Diego Santilli, las dos figuras fuertes de la provincia, además de sumar al sector que responde a Patricia Bullrich, cuyos referentes ya están afiliándose a La Libertad Avanza.
Cristian Ritondo y Santiago Caputo, en la cena de la Fundación Libertad
El problema es que los violetas no quieren un acuerdo institucional entre partidos con Pro. Mucho menos pretenden que su interlocutor sea Macri. Prefieren hablar con Ritondo, que hoy tiene diálogo con toda la mesa chica libertaria: desde el Presidente hasta el asesor Santiago Caputo pasando por la mismísima Karina Milei. El lugar de Ritondo es peculiar e incómodo porque es el principal canal de comunicación sin cambiarse la camiseta: es el presidente de Pro de la provincia, tiene una estructura de dirigentes que le responden y sigue referenciándose en Macri, su jefe en el partido.
Tanto en el Gobierno como en las filas amarillas reconocen que las tratativas en la provincia no podrán avanzar hasta que se desarrollen (y se digieran) las elecciones porteñas del 18 de mayo donde Lospennato compite con el vocero presidencial Manuel Adorni como cabeza de lista a la Legislatura local. Un diputado de Pro señaló: “El contexto general de la relación entre Pro y LLA hoy es de fuego. Lo de ficha limpia empeora. Ahora hay que esperar al 18 de mayo”. Faltan solo nueve días.
Uno de los negociadores bonaerenses de Pro apuntó: “Para la elección bonaerense provincial, la del 7 de septiembre, probablemente podamos hacer una coalición de partidos. Los libertarios necesitan de la estructura territorial que tiene Pro. Para la elección nacional de octubre, los violetas van a querer ir con el sello de LLA. Eso es algo para seguir discutiendo”.
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