Sin una estrategia definida, los diputados de Javier Milei no logran avanzar con la ley ómnibus

Sin una estrategia definida, los diputados de Javier Milei no logran avanzar con la ley ómnibus

Los tiempos del Presidente no son los mismos de la Cámara baja y el Gobierno empieza a impacientarse. La presión para aprobar el paquete a libro cerrado genera conflicto con los aliados. En medio del caos, Martín Menem apenas logró conformar cuatro comisiones para abrir el debate. "Estamos en un barco que se hunde", confió un legislador de LLA.

 

Por María Cafferata

Los tiempos de la Casa Rosada no son los mismos que la Cámara de Diputados y la desconexión comienza a ser motivo de malestar interno en el gobierno libertario. Javier Milei exige que su Ley Ómnibus de más de 300 páginas se apruebe, sin cambios, antes de que finalice el mes. Martín Menem, sin embargo, apenas si logró conformar cuatro comisiones y el optimista cronograma que tejió, con la fantasía de sesionar el 25 de enero, comienza a deshacerse. La oposición más amigable se resiste a aprobar el mega proyecto a libro cerrado --hay artículos, como la reforma electoral o la suspensión de la movilidad jubilatoria que no tienen el número para salir-- y pide cambios, pero Milei (y sus voceros) insiste en que no se modificará "ni una línea". Las expectativas chocan contra la realidad y los cortocircuitos dentro de La Libertad Avanza se profundizan a medida de que la cuenta regresiva avanza.

El oficialismo sabe que no dispone de mucho tiempo. Las encuestas que llegan a Casa Rosada les muestran que el presidente conserva una imagen positiva, pero saben que  la luna de miel será breve. Para marzo y abril esperan que la suba de los precios de los alimentos, así como de las prepagas, tarifas, combustibles y escuelas, terminen minando la imagen presidencial y, con ello, gran parte del capital de negociación que tiene hoy con la oposición. Es por eso que Javier Milei necesita que la Ley Ómnibus, con sus privatizaciones, facultades delegadas, aumentos de retenciones y criminalización de la protesta, se sancione antes de que comience marzo. Y el escenario en la Cámara de Diputados, con su caos interno y ausencia de interlocutores válidos --más allá de los cuatro que designó Milei, es decir Menem, Victoria Villarruel, Omar de Marchi y Guillermo Francos-- avanza lento. 

El bloque de UxP, en tanto, exigió anoche a través de su titular, Germán Martínez, que se convoque de "manera urgente" a una reunión de presidentes de bloque ante el caos legislativo. "No conocemos a qué comisiones se girará, cómo se integrarán las mismas y con qué posible cronograma", dijo.

Constitución de comisiones

Al filo de la noche, tras varias reuniones bilaterales, Martín Menem logró consolidar lo que venía prometiendo hace una semana: la conformación de las cuatro comisiones que deberían tratar el mega proyecto durante las sesiones extraordinarias. La comisión de Presupuesto estará presidida por José Luis Espert (Avanza Libertad), la de Relaciones Exteriores por Fernando Iglesias (PRO), la de Legislación General por Gabriel Bornoroni (LLA) y la de Asuntos Constitucionales por Nicolás Mayoraz (LLA). Las cuatro se constituirán oficialmente el jueves, con el objetivo de comenzar a funcionar la semana próxima. También se constituirá la comisión de Juicio Político, cuya presidencia aún es una incógnita.

El trámite para terminar de acordar las comisiones no fue sencillo. A diferencia del Senado, en donde Victoria Villarruel había despacho el tema de manera más expeditiva, Menem se tropezó con varias dificultades. Algunos diputados denunciaban falta de diálogo, otros la fragmentación propia de la cámara. Resuelto este escollo, aunque no aún la conformación de la Bicameral de Trámite Legislativo para tratar el DNU, la Cámara de Diputados podrá comenzar a funcionar. 

Expectativa vs. realidad

Para Javier Milei no existen puntos intermedios y habla y se mueve como si La Libertad Avanza no tuviera solo el 15 por ciento de los legisladores del Congreso. "Estás con la Argentina que queremos o estás con la Argentina del pasado", sostuvo ayer el vocero presidencial Manuel Adorni, sintetizando así la línea que impera en Casa Rosada.

Los primeros en sufrir esta actitud son los propios diputados libertarios, cuyo margen de negociación con la oposición mengua cada vez que Milei les dice que es "a todo o nada". Todavía no hay estrategia definida. Los más ultras coinciden con Milei en que el cambio tiene que ser a fondo y que no hay hay tiempo para ponerse a debatir mucho ni hacer grandes cambios: "Estamos en un barco que se hunde, no podemos ponernos a analizar cómo están compuestos los botes salvavidas", desliza un diputado oficialista. Otros, más pragmáticos, confían en que el tiempo irá acomodando las prioridades del presidente y, entonces, se podrá comenzar a negociar.

En el mientras tanto, sin embargo, la guerra declarada que Milei le ha hecho al Congreso y a sus integrantes tiene a gran parte de la oposición amigable acumulando bronca. Milei necesita 129 diputados para aprobar la Ley Ómnibus y, de momento, solo tiene garantizados unos 80: unos 39 propios y otros 40 del PRO. La pecera de aliados potenciales a dónde deberá ir a buscar el número es heterogénea y se divide entre los mileístas más entusiastas y los que observan con creciente preocupación la suma de poder público que busca reunir el presidente. Pese a las diferencias, sin embargo, todos coinciden en algo: así como está, la ley no sale. 

Los 34 radicales, por ejemplo, ya advirtieron que no están dispuestos a acompañar ni el aumento de retenciones ni las facultades delegadas ni la suspensión de la movilidad jubilatoria, así como tampoco la reforma electoral que propone modificar la composición de la Cámara de Diputados y dividir al país en circunscripciones. Hacemos Coalición Federal - el bloque liderado por Miguel Ángel Pichetto que aglutina a los monzoístas, schiarettistas y la Coalición Cívica - plantea objeciones similares y suma dudas respecto a habilitar las privatización de todas las empresas públicas.

Estas objeciones - formales y de contenido - encolerizan no solo al oficialismo, sino a sus ex socios del PRO. El martes se dio un fuerte intercambio entre el bullrichismo - el mayor aliado de Milei en el Congreso - y la Coalición Cívica - la oposición amigable más crítica a Milei - a raíz de las declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien le había reclamado a sus ex compañeros de JxC que le dieran un "cheque en blanco" al gobierno. Maxi Ferraro (CC) salió a cruzarla en redes sociales y compartió un tuit suyo de cuando Alberto Fernández era presidente y le había delegado facultades legislativas en el Congreso y ella había denunciado que se había "cambiado la república por la monarquía". El diputado bullrichista Damián Arabia tomó la posta y le respondió, a su vez, a Ferraro, insistiendo en que tenían "la responsabilidad histórica" de darle al gobierno las "herramientas" para "sacarnos de esta terrible crisis".

El malestar es creciente y, a medida que el tiempo pasa, más oscuro el panorama de adhesiones. 

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