La división, el mal de los K en Córdoba

Sin un referente claro, el espacio del Gobierno nacional está conformado por grupos disímiles. Carolina Scotto tratará de asumir esa responsabilidad.
Luego de muchos ensayos para tratar de alimentar su estructura política –que nunca dejó de ser raquítica en Córdoba–, el kirchnerismo apunta ahora a la rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Carolina Scotto, para que se convierta en la referente capaz de aglutinar a todos los sectores que adhieren al Gobierno nacional (ver infográfico en PDF).

Uno de los problemas del espacio K local es que nunca tuvo un liderazgo nítido que pudiera abarcar a todos los grupos. Entonces, no ha podido hacerle sombra al PJ, conducido por José Manuel de la Sota y antes por Juan Schiaretti.

La división es moneda corriente entre los K cordobeses. En el amplio abanico ideológico conviven desde los sectores de izquierda, ligados a los organismo de derechos humanos, hasta Ricardo Moreno, un dirigente del PJ tradicional capitalino.

Con Néstor Kirchner en vida, el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, fue el referente de la Rosada en Córdoba.

El villamariense tenía acceso directo a Kirchner. Gozó del respaldo financiero para tentar a intendentes peronistas, radicales y juecistas a que se sumen al proyecto nacional.

Eran tiempos en los que Ricardo Jaime era poderoso y también bajaba recursos para tratar de convencer a los intendentes indecisos.

Accastello conformó el Ente Intermunicipal de Desarrollo Regional (Eninder), un organismo a través del cual la Nación enviaba fondos a los intendentes, sin pasar por el Gobierno provincial.

El villamariense logró armar una estructura política en su departamento (San Martín) y algunos del sur, pero nunca llegó a inquietar los liderazgos de De la Sota y Schiaretti.

Esto quedó reflejado en las elecciones legislativas de 2009, cuando el Frente para la Victoria presentó boleta propia, ante la imposibilidad de acordar con el entonces gobernador Schiaretti.

Los resultados demostraron que el kirchnerismo no había podido hacer pie en la provincia, pese a contar con la ampulosa billetera nacional.

La lista respaldada por Kirchner sumó el nueve por ciento de los votos y logró ubicar en la Cámara Baja a Carmen Nebreda. El resultado demostró que los K necesitaban al PJ provincial para lo que luego sería la elección presidencial.

En baja. Con la muerte de Kirchner, Accastello perdió espacios en la Casa Rosada, por su acercamiento con De la Sota, quien lo respaldó para conseguir su reelección en Villa María.

Si bien Accastello sigue integrando el Frente para la Victoria, la presidenta Cristina Fernández eligió a Fabián Francioni como su referencia en Córdoba. “Hay que renovarse. Desde la década del ’90 que escucho hablar de los mismos nombres en el peronismo cordobés”, le dijo la Presidenta a Francioni, en la primera reunión.

El ahora ex intendente de Leones encabezó la lista de candidatos a diputados nacionales del Frente para la Victoria en las elecciones presidenciales del año pasado. La boleta K sumó el 35 por ciento de los sufragios, aunque se benefició por dos situaciones: ir colgados de la lista que lideró la Presidenta, que sacó el 54 por ciento en todo el país; y que De la Sota retirara los candidatos del PJ local, por presión de la Rosada.

Francioni sigue recorriendo la provincia como referente provincial de Cristina. Pero, por el momento, no logró unificar a los distintos sectores K. El ahora diputado nacional sumó a sus filas a un operador con experiencia como el ex delasotista Jorge “Zurdo” Montoya. El ex ministro de Gobierno hace meses que recorre el interior hablando con intendentes.

El ex intendente de Córdoba, Daniel Giacomino, sigue en el espacio K. Pero el ahora diputado nacional perdió influencia desde que dejó el gobierno de la Capital.

También Diego Hak se sumó al armado K. Es un dirigente con llegada a los sectores peronistas de la Capital. Junto con Ernesto Bernabey, intendente de Villa El Totoral, Hak intenta acercar adhesiones al Gobierno nacional de dirigentes jóvenes del peronismo.

Olga Riutort mantiene contactos con algunos funcionarios nacionales, como Oscar Parrilli (secretario General de la Presidencia). La concejala mantuvo una charla con la Presidenta, pero hasta el momento no muestra en público su vinculación con el kirchnerismo.

Otro que se acaba de sumar a las filas K es el legislador provincial Rubén Borello, ex mano derecha de Luis Juez que utiliza su agente de contactos con intendentes para acercarlos a la Casa Rosada.

Aunque la presencia de Scotto en el acto que el cristinista Gabriel Mariotto encabezó el viernes en Córdoba es una señal de que la rectora se encamina a ser la nueva referencia provincial, a ella le espera un gran desafío: tratar de unir al 
espacio K, para que la Presidenta no tenga que depender de De la Sota para hacer pie en Córdoba.

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