Lo que no se vio del debate presidencial: Massa en guardia, ¿pacto Milei-Schiaretti? y el ballotage de la casta

Lo que no se vio del debate presidencial: Massa en guardia, ¿pacto Milei-Schiaretti? y el ballotage de la casta

Cada hinchada sacó sus conclusiones en los pasillos de la Facultad de Derecho. Las citas del libertario, el coucheo del ministro y la metralleta de Bullrich.

Por Gabriela Pepe

La barra de Sergio Massa se sorprendió por lo que consideró un ida y vuelta demasiado benévolo entre Juan Schiaretti y Javier Milei. El entorno del gobernador cordobés dijo que le perdonó la vida al ministro en una semana compleja para la economía. Patricia Bullrich se fue con la sensación de que, con golpes certeros, se recuperó de su fallida intervención en Santiago del Estero. El libertario volvió a pegarle “la casta” política, pero tuvo algunos traspiés. Myriam Bregman repitió hits y mantuvo su agenda. El segundo debate presidencial tuvo cruces más calientes que la primera edición, dejó más chicanas y cada espacio salió de la Facultad de Derecho con la certeza de haber hecho su negocio, a dos semanas de las elecciones.

 

“Patricia les pegó a todos. Estuvo mucho más segura que el domingo pasado. Descolocó a Massa cuando preguntó cuándo van a dejar de robar y lo mató a Milei cuando le tiró con el acuerdo con Luis Barrionuevo y la venta de armas y de órganos”, decía en el pasillo de la Facultad de Derecho una bullirichista de la primera hora que acompañó a la candidata de Juntos por el Cambio(JxC) también a Santiago del Estero.

Bullrich llegó este domingo con la misión de desarmar la sensación que había dejado en la primera edición, la de una candidata debilitada que no podía articular ideas económicas. Salió a golpear desde el comienzo y apuntó tanto contra Massa como contra Milei. Un operador macrista lo había anticipado en la previa. “Es la última oportunidad para bajar a Milei y que el ballotage pueda ser entre Massa y Patricia, algo que sería mucho más sano para el país”, apuntaba un vocero calificado del espacio ante Letra P.

 

 

La candidata de JxC respondió este domingo al reclamo que había recibido después de la primera edición del debate y tiró con munición gruesa con la corrupción. Mencionó en varias oportunidades el escándalo ligado a Martin Insaurralde, habló de “los bolsos de López”, “los hoteles de Cristina (Kirchner), “los ñoquis de La Cámpora” y el salario de Silvina Batakis. “Le puso más énfasis a lo que había dicho en Santiago del Estero”, contó un integrante del equipo a este portal. La candidata y sus colaboradores estrechos dedicaron el martes pasado a mirar el debate de Santiago del Estero para ajustar esos detalles. También ametralló a Milei cuando lo acusó de agredir a quienes piensan distinto con expresiones como “viejos meados” y “mogólicos”. Pese a eso, en algunas de sus intervenciones, se trabó o fue balbuceante.

Para el massismo, los golpes de Bullrich no desenfocaron al ministro de Economía, que se fue conforme por haber sido el único en plantear propuestas concretas. En medio de las chicanas, Massa propuso la creación de un “FBI argentino”, habló de créditos hipotecarios, prometió un sistema de simplificación tributaria y propuso la reforma del Código Penal para incorporar delitos ligados al tema ambiental, les habló a las pymes, a los discapacitados, a las economías regionales y a las mujeres.

En los intervalos, los cruces entre bandos fueron moneda corriente en el salón de actos, donde Daniel Scioli, uno de los invitados especiales de Massa, se abrazó con Guillermo Francos, exfuncionario de su gobierno en la provincia de Buenos Aires, que ahora suena para ser ministro del Interior de Milei. El gobernador electo de Santa Fe, Maximiliano Pullaro (UCR), cruzó para saludar al candidato de UP a jefe de Gobierno, Leandro Santoro, de origen radical.

Massa no acusó recibo de los dardos de la corrupción que agitó Bullrich. Respondió con sus aportes a la ley del arrepentido y su propuesta de aumento de penas a los delitos de corrupción. Contragolpeó con el affaire Insaurralde. “Cometió un hecho gravísimo, le pedí la renuncia al cargo, le pedí la renuncia a la candidatura. No todos somos lo mismo, Patricia, vos nunca pediste la renuncia de (Gerardo) Millman”, dijo. El eje corrupción, apuntaron en su equipo, ya está trillado en el debate público. El candidato de Unión por la Patria(UP) había trabajado en la previa sus propuestas con los voceros que designó para la campaña. Todos se vieron en un hotel del gremio Luz y Fuerza ubicado en la avenida Callao, cerca de la Facultad de Derecho.

Entre los cruces de alto voltaje de la noche, los funcionarios que acompañaron a Massa al debate coincidieron en un señalamiento. “Demasiado obvio el acuerdo de Schiaretti con Milei, ¿no? Le tiró con todo a Sergio”, se quejó un ministro nacional al salir del salón de actos de la facultad.

Mi amigo Florencio

Dentro del salón se había visto el diálogo permanente entre el compañero de fórmula de Schiaretti, Florencio Randazzo, y Sandra Petttovelo, elegida por Milei para ser ministra de Capital Humano si llega a la Casa Rosada. Randazzo y el libertario mantienen un vínculo amistoso a la vista de todos en la diaria de la Cámara de Diputados. El exministro del Interior lo llama “León”. Milei salva a Randazzo de la etiqueta de “casta”. En el randazzismo responden que “será porque Florencio es honesto”. “No hay ningún acuerdo. Teníamos preguntas más duras para Sergio y no se las hicimos. Fue una semana muy difícil para la economía, pero no pegamos debajo del cinturón”, respondió un hombre de confianza de Schiaretti ante la consulta de Letra P. Otro hombre del riñón cordobés dijo que vio a Massa “muy golpeado” y a Bullirch, “mucho más suelta”.

En los intervalos, los cruces entre bandos fueron moneda corriente en el salón de actos, donde Daniel Scioli, uno de los invitados especiales de Massa, se abrazó con Guillermo Francos, exfuncionario de su gobierno en la provincia de Buenos Aires, que ahora suena para ser ministro del Interior de Milei. El gobernador electo de Santa Fe, Maximiliano Pullaro (UCR), cruzó para saludar al candidato de UP a jefe de Gobierno, Leandro Santoro, de origen radical.

Patricia Bullrich es atendida por el SAME después del debate: una pestaña en el ojo la volvió loca.

Pese a que volvió a mostrarse exultante en lo gestual, el libertario no salió tan bien parado como en el debate de Santiago del Estero. Los golpes que le propinaron Bullrich, Bregman y Massa lo hicieron tambalear en más de una ocasión. “No se le entendió nada. Terminó citando a (Friedrich) Hayek en un país donde hay 20 millones de pobres”, apuntó una figura de JxC. Milei tampoco pudo responder con solvencia a las acusaciones sobre su posición respecto del cambio climático. En el massismo coincidieron: “Milei estuvo en una nebulosa”.

El libertario mantuvo, además, un tenso cruce con Bregman, a quien burló por su defensa del socialismo. La candidata del Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad le respondió fuera de micrófono y recibió una reprimenda de los moderadores. “No entendí nada de lo que dijiste”, le espetó. Fue llamativo que Milei gastara su último derecho de réplica en la respuesta a Bregman, cuyo espacio sacó apenas 2,65% de los votos en las PASO. También fue duro con Bullrich. Sin matices, la llamó “montonera asesina” y, llamativamente, rescató de sus golpes a Mauricio Macri al llamarlo “racional”.

“Javier hasta acá llegaste. Dejá de faltarles el respeto a las mujeres”, intervino Massa y generó murmullo en la sala. Bullrich le respondió más tarde: “Las mujeres no necesitamos que vos nos defiendas, Massa, nos defendemos solas”. Los colaboradores de la candidata de JxC criticaron al ministro de Economía: “Demasiado coucheado”.

En el entorno de Massa, el balance final positivo. “Sergio fue el único que trajo propuestas. Aprovechó todos los bloque y réplicas para contar lo que piensa hacer. Los demás se dedicaron a tirarse chicanas”, dijeron sus voceros. En UP contaban con que los cuatro candidatos le tirarían esta vez con munición gruesa al ministro, que había salido demasiado airoso de Santiago del Estero. La posible recuperación de Bullrich a expensas de Milei también fue bien recibida, aunque el impacto real del debate todavía esté bajo análisis.

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