Cuáles son las provincias que necesita ganar JxC para controlar la Cámara de Diputados

Cuáles son las provincias que necesita ganar JxC para controlar la Cámara de Diputados

Debe festejar en Buenos Aires y Santa Fe y mejorar la performance en distritos chicos. El desafío, repetir en la Ciudad y Córdoba la cosecha de 2019. El riesgo libertario.

Por Mauricio Cantando

Gobernar el país con mayorías parlamentarias es el mayor anhelo del puñado de aspirantes presidenciales de Juntos por el Cambio(JxC), pero no se trata de un objetivo fácil. Si quiere dominar la Cámara de Diputados, el principal frente opositor necesita victorias en provincias grandes y alguna sorpresa entre las chicas, que reparten pocas bancas pero, sumadas, pesan en el conteo final.

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Las elecciones legislativas son en octubre. El primer desafío de JxC es descontar las dos bancas que lo distancian actualmente del Frente de Todos (116 a 118) y convertirse en el interbloque más numeroso, lo que en la jerga parlamentaria se denomina "primera minoría".

Para tener cuórum propio necesita sumar 13 escaños, un objetivo nada sencillo. De no alcanzarlo, un gobierno de JxC sólo podría abrir las sesiones si negociara con partidos provinciales y liberales, que tienen todo para crecer y convertirse en los árbitros de la Cámara baja a partir de diciembre de este año.

 

 

Ser la primera minoría tampoco será sencillo para JxC. Pone en juego 56 de los 130 bancas elegidas en 2019 y el Frente de Todos (FdT) arriesga 64. La principal disputa es en la provincia de Buenos Aires, donde se eligen 35: el oficialismo debe retener 19, JxC 14 y las otras dos hoy están en manos del peronismo federal, que volverá a competir con Juan Schiaretti o Juan Manuel Urtubey como candidatos presidenciales.

Aunque parece complicado para el oficialismo conservar esa cantidad de bancas en representación del territorio bonaerense, tampoco le será fácil crecer a la coalición opositora. Por caso, en las elecciones legislativas de 2021, con el triunfo de Diego Santilli, se repartieron 15 bancas cada uno y el resto se las dividieron entre la izquierda (dos), liberales (dos) y federales (uno). Un panorama similar en octubre podría complicar los planes legislativos de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, si logran triunfar en la interna cambiemista en las PASO y luego llegar a la Casa Rosada.

Elecciones claves

Santa Fe es otra provincia en la que JxC necesita crecer respecto de 2019, cuando ganó cinco de las diez bancas en juego. Las otras cuatro fueron para el FdT y una para el socialismo, aliado a la bancada federal.

Otro desafío igual de difícil para la alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica será repetir las victorias aplastantes que obtuvo en algunas provincias en aquella remontada de Mauricio Macri en las generales de 2019, que no le alcanzó para lograr su reelección, pero sí para evitar una mayoría propia del peronismo en Diputados.

Los triunfos más holgados se dieron en la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, difíciles de reeditar si crecen terceras fuerzas. No la hubo en 2019 en el bastión opositor porteño, cuando JxC se quedó con ocho bancas y el FdT con cuatro. En 2021, ambas coaliciones ganaron una menos: dos fueron para el partido de Javier Milei y una para la izquierda. En octubre, el panorama no parece muy diferente.

En Córdoba buscará crecer el partido del gobernador Schiaretti (hoy denominado Hacemos Unidos por Córdoba), potenciado por su candidatura presidencial. Sólo arriesga una banca (el jefe de bloque, Carlos Gutiérrez) de las nueve que se ponen en juego en octubre próximo. Dos posee actualmente el FdT y JxC deberá defender los seis escaños obtenidos en aquella remontada de Macri, que superó el 50% de los votos en la provincia mediterránea.

Chicas grandes

Las provincias con mayor peso en el padrón nacional son decisivas en la conformación del recinto, porque en las que poseen menos población se eligen pocas bancas y los repartos suelen ser equitativos. Por caso, Mendoza y Tucumán renuevan cinco lugares en Diputados y casi siempre se distribuyen en tres para el partido ganador y dos para su perseguidor. En 2019, JxC ganó en la primera y el Fdt en la segunda. No sería diferente en octubre.

Entre Ríos, Corrientes y Salta eligen cuatro escaños y si el ganador no se impone por mucha diferencia, se tiene que conformar con dos. Sólo la aparición de una tercera fuerza podría cambiar estas ecuaciones repetidas y ese es otro desafío para Milei. En los comicios provinciales de este año, el economista no mostró capacidad de traducir en votos su poder de convocatoria en la calles. En las elecciones nacionales, con su figura al tope de la boleta, el resultado puede ser otro.

El resto de la contienda en el tramo legislativo se define por el goteo en provincias chicas y JxC tiene chances de pasar al frente en zonas donde el gobierno de Alberto Fernández no cumplió con las expectativas. Un caso es Jujuy, donde en 2019 la alianza opositora sólo ganó una de las tres bancas en juego, una distribución que debería cambiar si el gobernador Gerardo Morales es activo protagonista de la pelea presidencial.

En Misiones, el FdT arriesga dos de los cuatro lugares que el distrito mesopotámico pone en juego. El otro par se lo reparten JxC y el gobernante Frente Renovador para la Concordia. El peronismo estuvo devaluado en las elecciones locales del 7 de mayo último: no superó el 5%. Sólo una candidatura presidencial atractiva puede permitirle al oficialismo reeditar las cifras de 2019 en octubre.

Tampoco será fácil para el FdT sostener las dos de tres bancas que arriesga en Río Negro y Chubut; o las dos que se votan en Santa Cruz. JxC puede sumar en esas provincias para al menos garantizarse la condición de primera minoría y apostar a sus alianzas para dominar la Cámara baja.

Aunque se presume que el bloque liberal puede funcionar como su socio natural, en estos dos años no fue tan así: Milei sólo coordinó con JxC la votación de la boleta única, en una reunión que se llevó a cabo en el despacho del jefe del PRO, Cristian Ritondo, en la que también le pidió gestionar un lugar en la Comisión de Finanzas, que nunca consiguió.

El liberal se desilusionó aún más cuando después de aprobarse la ley de boleta única en Diputados, el JxC no activó el debate en el Senado para perjudicarlo. Los partidos chicos serían los principales beneficiados si alguna vez se dejaran de imprimir boletas.

En otros temas, como la ley de alquileres, Milei no aceptó posturas intermedias de JxC y fue casi imposible que atendiera el teléfono para negociar un texto común. Es difícil imaginar que actúe diferente si tiene la llave del cuórum.

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