Las derrotas electorales del peronismo en las primeras provincias con elecciones y el desdoblamiento en la Ciudad de Buenos Aires que terminó perjudicando al oficialismo local no lograron aglutinar al sector. CFK le reprocha al gobernador bonaerense y remarca la decisión reciente de otros mandatarios de unificar las elecciones, como lo acaba de hacer Santiago del Estero.
Rosario Ayerdi
Cristina Kirchner volverá a hablar en público este 25 de mayo. Axel Kicillof lo hará el 31 del mismo mes. Ambos apuntarán contra Javier Milei, pero se espera que también haya mensajes (¿o dardos?) a la interna que está lejos de saldarse.
El último encuentro fue el 6 de abril. Desde entonces, la mesa de diálogo que se armó para discutir el camino electoral de la provincia de Buenos Aires, no funciona. Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner son sus principales referentes. Cristina Kirchner se lo dejó en claro al gobernador bonaerense cuando se reunió por última vez con él: ella no se sentaría de igual a igual a discutir fechas, nombres ni estrategias. Su interlocutor debía ser su hijo, nombre resistido.
Ni las derrotas del peronismo el 11 de mayo en cuatro provincias ni la elección de Capital Federal fueron motivos suficientes para volver a hablar. Cada uno, por su lado, hizo su propia evaluación. El kirchnerismo hasta la hizo pública con un pase de factura al gobernador: no había que desdoblar las elecciones.
La encargada de decirlo fue María Teresa García, senadora bonaerense quien se convirtió en la voz de CFK en la disputa con Axel Kicillof. Dijo dos cosas que por estas horas repite la titular del PJ nacional en privado: no había que desdoblar las elecciones y es necesaria la unidad.
Lo que dice no es novedad, pero cobra sentido después de la elección porteña. Jorge Macri decidió desdoblar los comicios y municipalizarlos. Terminó perdiendo la elección en su propio territorio y dando una batalla por el liderazgo nacional de la derecha. El mensaje a Kicillof es que en el territorio bonaerense tampoco se debían separar los comicios, pero también que Cristina Kirchner tenía razón.
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Es más, el kirchnerismo celebra por estas horas la decisión de Gerardo Zamora de convocar a elecciones provinciales en la misma fecha que la nacional, el 26 de octubre. Tal como pretendía CFK en Buenos Aires, en esta provincia habrá el mismo día elecciones concurrentes (dos sistemas distintos). Desde el Instituto Patria señalaron, además, que Kicillof quedó casi en soledad defendiendo la estrategia del desdoblamiento ya que Catamarca y La Rioja también votarán en octubre.
Desde La Plata no responden sobre la cuestionada decisión de desdoblar y sólo miran los resultados del sector hasta ahora: “El peronismo perdió seis de seis elecciones”, dicen. Santa Fe, Chaco, San Luis, Salta, Jujuy y Capital Federal. Marcan así que la crisis cruza el alambrado de la provincia de Buenos Aires. De todos modos, si miran los comicios del 11M en esas provincias, se dan cuenta que ganaron los oficialismos.
Esto no sólo es un desafío para Kicillof. Una posible derrota del oficialismo en el territorio bonaerense va a ser utilizada por los libertarios y los amarillos para anunciar lo buscado: la muerte del kirchnerismo. Aunque hoy tengan fuertes diferencias, el gobernador y la dos veces presidenta necesitan ganar en las urnas.
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Aunque CFK repite que debe haber unidad, desde La Plata dicen que más que repetir la palabra lo que hay que hacer es construir esa unidad. Nadie lo está haciendo. Aquella reunión del 6 de abril que duró ocho horas en la que se discutía la fecha de las elecciones en el territorio bonaerense no terminó bien y, desde entonces, no se volvieron a ver.
“Cristina le dijo a Axel que los temas electorales los debía hablar con Máximo. Axel enseguida se sentó con Máximo, pero ahora salen a decir que Axel tiene que llamar a Cristina”, dicen desde la Gobernación sobre las idas y vueltas entre estos dos dirigentes. Ninguno de los dos le escribe al otro. Es cierto que en la dinámica de este vínculo siempre era Cristina Kichner la que escribía cuando necesitaba ver al gobernador. Ella o su secretario. Ya no lo hace.
El gobernador bonaerense volverá a hacer una demostración de fuerza el 31 de mayo en el lanzamiento del movimiento Derecho al Futuro. Será el único orador, pero se espera que en las primeras filas estén sentados intendentes y dirigentes gremiales que dejen una foto importante para darle la posibilidad al gobernador de demostrar que representa a un sector importante del peronismo y que está habilitado a sentarse de igual a igual para pelear lugares en las listas.
Pero Cristina Kirchner se adelantó. Y con la excusa de la Revolución de Mayo y de un nuevo aniversario de la asunción de Néstor Kirchner a la Presidencia, volverá a hablar en público. Nadie duda de que el eje central del discurso apuntará a criticar el rumbo económico de Javier Milei. Pero en el peronismo no descartan que haya una evaluación electoral de lo sucedido en la Ciudad de Buenos Aires (distrito en el que reaparece) y con ello alguna crítica a la estrategia del gobernador de desdoblar los comicios.
Mientras tanto, Sergio Massa solo mira. Mira los resultados en Capital Federal y hace silencio. También mira la disputa entre CFK y Kicillof y hace un silencio que ya demuestra demasiado cansancio y molestia. Aunque ahora solo mire, no se quedará quieto. Y advierte: si hay dos listas, habrá tres.
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