Argentina logró la aprobación informal del directorio del FMI, por la decisión política de los Estados Unidos

Argentina logró la aprobación informal del directorio del FMI, por la decisión política de los Estados Unidos

Sin embargo, la representación de la Casa Blanca en el board del Fondo cuestionó la viabilidad del sendero fiscal y la ausencia de reformas estructurales para garantizar una disminución significativa del gasto público

La administración de Joseph Biden cumplió ayer su promesa política al gobierno de Alberto Fernández: durante una reunión informal del board del Fondo Monetario Internacional (FMI), Estados Unidos avaló las aspectos básicos del programa económico que Argentina se compromete a ejecutar para lograr la refinanciación de los 44.000 millones de dólares que contrajo Mauricio Macri en 2018.

Sin embargo, la representación de la Casa Blanca en el directorio del FMI explicitó sus dudas sobre el sendero fiscal pactado por Argentina con el staff que lidera Kristalina Georgieva, y cuestionó que no se impusieran reformas estructurales para garantizar una reducción profunda y constante del gasto público.

La posición de Estados Unidos fue compartida Alemania, Japón y Canadá.

“A nadie le gusta el acuerdo. Pero gusta menos un default. Y por eso ya se aprobó informalmente”, explicó un director del board a Infobae.

El respaldo de Estados Unidos a las negociaciones que lideran Georgieva y Martín Guzmán fue anticipado por Jake Sullivan -consejero de Seguridad Nacional de Biden- al embajador argentino Jorge Arguello. Sullivan y Arguello se encontraron -hace dos días- en el Ala Oeste de la Casa Blanca y el poderoso asesor demócrata le anticipó que apoyarían una salida política a la crisis de la deuda externa.

La reunión del directorio del FMI se extendió por casi cuatro horas. Fue una larga sesión de catarsis técnica que tuvo final feliz. El gobierno argentino temía un cónclave distópico, pero la instrucción de la Casa Blanca llegó sin condicionamientos políticos y terminó alineando las posiciones de Alemania, Japón y Canadá.

Julie Kozack y Luis Cubbedu, negociadores del staff del FMI, estuvieron a cargo de la presentación inicial y luego trataron de contestar a todas las preguntas del directorio. No tuvieron mucho éxito: se cuestionó la viabilidad del sendero fiscal y se criticó la ausencia de reformas estructurales (laboral y jubilatoria, por ejemplo).

Tampoco Kozack y Cubbedu pudieron informar al directorio cómo sería la futura política del Gobierno respecto a los subsidios destinados al área energética. “Nos prometieron aumentar la producción, bajar los costos y subir las tarifas para los hogares de ingresos altos”, aseguraron los negociadores del Fondo.

-¿Y cómo van a bajar los subsidios?-, le preguntaron por zoom a Kozack y Cubbedu.

-No sabemos los porcentajes-, se sinceraron los técnicos que responden a Kristalina Georgieva.

El próximo 22 de marzo, Argentina debe pagar 2.800 millones de dólares al FMI. No hay reservas en el Banco Central para cancelar esa deuda, y la única posibilidad para evitar un default es cerrar el acuerdo con el Fondo.

Durante la reunión de ayer en Washington, el Board habilitó al Staff -de manera informal- para que cierre la negociación con Guzmán y su equipo del Palacio de Hacienda. Kozack y Cubeddu creen que habrá Staff Agreement en los próximos días, y después el Gobierno deberá garantizar su ratificación parlamentaria.

Si no hay sanción de la Ley FMI, no habrá aprobación formal del board. Y sin esa aprobación antes del 22 de marzo, Argentina caerá -otra vez- en default.

Sergio Chodos, representante argentino ante el Fondo, participó de las deliberaciones y defendió los términos del programa que se negocia con el staff del FMI. Chodos informó de los resultados del board a Guzmán, y el ministro de Economía dialogó con Alberto Fernández para comentar las novedades que llegaron desde DC.

Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer los mismos datos que el Presidente. Y ahora cavila sus próximos pasos políticos, mientras Guzmán avanza en una negociación que podría coronar más rápido que tarde.

Alberto Fernández desea inaugurar las sesiones ordinarias -primero de marzo- con el Staff Agreement cerrado. Es una aspiración posible: Biden ya dijo que sí, pese a las opiniones presidenciales en Moscú y Beijing.

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