Ante una posible votación ajustada, la fiscalización se transforma en una de las claves de la elección presidencial

Ante una posible votación ajustada, la fiscalización se transforma en una de las claves de la elección presidencial

Los libertarios ya levantaron la guardia; saben que el peronismo no les va a cuidar las boletas; en JxC controlarán la carga de los telegramas; en UP confían en el aceitado aparato del PJ

 

Hugo Alconada Mon

“Esta vez es a cara de perro”, anticipa un alfil del candidato presidencial Javier Milei. Avizora un domingo electoral muy distinto al de las PASO, cuando el oficialismo protegió –o al menos dejó correr- al espacio libertario para que le mordiera votos a Juntos por el Cambio. “Ahora la cosa cambia”, abunda. “Ahora damos por sentado que harán lo que sea necesario para que no superemos el umbral del 40 por ciento”.

Convicción o expresión de deseos, los libertarios se ilusionan con repetir el primer puesto que obtuvieron en las primarias de agosto e, incluso, sumar varios puntos porcentuales más. Para eso, sin embargo, necesitarán que un ejército de voluntarios custodie sus boletas en el cuarto oscuro, controlen los recuentos de votos y alerten a los máximos responsables del espacio ante cualquier eventual irregularidad. Eso insume voluntad… y dinero.

“Sólo fiscalizar la provincia de Buenos Aires conlleva desplegar a 35.000 voluntarios, a un costo promedio de 10.000 pesos cada uno para viandas, traslados y todo lo que te imagines, lo que conlleva unos 500.000 dólares”, calcula el alfil de Milei. “A nivel nacional, esa cuenta llega a los 2 millones de dólares”.

Desde La Libertad Avanza afirman, en esa línea, que ya cuentan con fiscales para cubrir cada una de las 104.577 mesas de votación que se habilitarán en todo el país, más otros 38.000 fiscales generales –de más experiencia o mayor capacitación-, esfuerzo que combinarán con una aplicación (app) que desarrollaron para los teléfonos de todos ellos que les permitirán reportar las irregularidades con que se topen el domingo. Pero con una salvedad, creen que la puja mayor no será contra ellos, sino entre las fuerzas de Sergio Massa y Patricia Bullrich.

“Con un ojo nos estarán mirando a nosotros, mirarán cuán rápido hay que renovar las boletas en el cuarto oscuro y no porque alguien se las robe, sino porque nos estarán votando”, se ufana el alfil libertario. “Pero con el otro ojo se estarán midiendo entre ellos para ver cuál de los dos entra a una segunda vuelta con nosotros, si no ganamos de una”.

Las visiones desde los equipos de Massa y Bullrich son, en ese sentido, contrapuestas, según corroboró LA NACION. ¿Por qué? Los colaboradores del candidato de Unión por la Patria afirman que Massa saldrá primero y que serán Milei y Bullrich quienes pelear por ir al ballottage contra el actual ministro de Economía, mientras que desde Juntos por el Cambio juran y perjuran una contienda “ajustadísima” en la que puede ocurrir “cualquier cosa”.

En ese sentido, Milei ya abrió el paraguas. Afirmó durante los últimos días que teme que la noche de la elección puedan robarle votos, como sostuvo que ocurrió en las PASO de agosto, que cifró en cinco puntos porcentuales, aunque jamás presentó una sola prueba, ni radicó una denuncia ante la Justicia electoral. Aún así, el fiscal federal con competencia electoral Ramiro González inició una investigación preliminar, a la que citó a declarar al apoderado de La Libertad Avanza, Santiago Viola, para que aporte la información que considere.

Más allá de los dichos de Milei, sin embargo, cada equipo exprimió los últimos días para los últimos aprestos. La máxima responsable de la fiscalización por Unión por la Patria, María Teresa García, fatigó los teléfonos, además de mantener zooms con los apoderados de todo el país para fijar algunas pautas. Entre ellas, disponer que nueve colaboradores llamarán a todas las seccionales de todos los distritos del país a media mañana, al mediodía y a media tarde para “tomar la temperatura” de la elección.

En Juntos por el Cambio, en tanto, quien está a cargo del proceso de fiscalización es Paula Bertol. Contará con unos 130.000 fiscales provenientes del radicalismo y de las huestes de Bullrich y de Horacio Rodríguez Larreta, que pondrán especial énfasis en controlar la confección de las actas de escrutinio y verificar que sean correctos los datos que se vuelquen a los telegramas.

La dirigente macrista Paula Bertol

Otro jugador clave en las tareas de fiscalización de Juntos por el Cambio será el diputado nacional Sebastián García de Luca, a cargo de la coordinación en los territorios, donde prometen contar con 800 mesas testigo de todo el país para anticipar los resultados. “Tendremos a veinte personas llamando a cuarenta fiscales general cada una para saber dónde estamos parados lo más rápido posible”, explican.

Desde Juntos por el Cambio remarcan que sus fiscales ya saben a qué atenerse. Muchos acumulan varias elecciones sobre sus espaldas o, al menos, ya vivieron la experiencia de este año en las provincias que se abrieron del calendario nacional. Y eso, sin contar lo que ocurrió en territorio bonaerense durante las primarias de agosto, cuando Néstor Grindetti venció por apenas 35.115 votos a Diego Santilli en la interna para gobernador: cosechó 1.351.843 votos frente a los 1.316.728 del “Colorado”.

Tijeras bajo la lupa

Desde el espacio libertario, donde Guillermo Ferraro y Sebastián Pareja son los jugadores clave para la fiscalización a nivel nacional y bonaerense –más allá del rol que pueda cumplir el gremialista Luis Barrionuevo, también redoblan sus esfuerzos en una tarea previa al domingo. ¿Cuál? El reparto de boletas, casa por casa y en las calles. Quieren garantizarles a todos sus votantes que tendrán una o más oportunidades de acceder a una boleta de La Libertad Avanza antes de llegar al cuarto oscuro.

Desde los espacios de Massa y Bullrich también avanzan con la distribución anticipada de boletas, aunque con una salvedad: unos y otros están atentos a los comportamientos de los intendentes; en especial, en el conurbano bonaerense. ¿Por qué? Temen que más de un jefe distrital aliente el tijeretazo si eso le reporta un beneficio distrital, sin importar qué ocurra con el resto de la boleta de Unión por la Patria o de Juntos por el Cambio.

Junto a Milei, Massa y Bullrich sí coinciden, sin embargo, en un dato: avizoran que el recuento de votos debería ser muchísimo más rápido que el domingo 13 de agosto, ya que apenas cinco fórmulas competirán por la Presidencia en el cuarto oscuro: las de ellos tres, más las de Juan Schiaretti y Myriam Bregman.

Aún así, el titular de la Dirección Nacional Electoral (DINE), Marcos Schiavi, adelantó que no difundirán cifras hasta que cuenten con un resultado “consolidado” que sea “representativo”, en vez de optar por un goteo informativo. “Nos imaginamos que vamos a dar los resultados en un horario similar al que lo dimos en las PASO. Más o menos a las diez y media de la noche”, estimó Schiavi, quien recordó que “por manda judicial, antes de las 21 no se pueden difundir resultados”.

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