Activo en las sombras, Sergio Massa patea su reaparición pública

Activo en las sombras, Sergio Massa patea su reaparición pública

El excandidato presidencial se reúne con dirigentes en sus oficinas de avenida del Libertador. Silencio en los medios, línea con CFK y el trabajo contra el DNU.

Por Gabriela Pepe

Activo en el chat como en sus épocas de funcionario, pero todavía en silencio en público, Sergio Massa sigue el detalle de las discusiones en el Congreso, baja instrucciones dirigentes de su espacio, recibe a propios y ajenos y trabaja para la reorganización de Unión por la Patria (UP) en línea permanente con Cristina Fernández de Kirchner.

 

“Hay que esperar un poco más”, dice a quienes lo visitan en sus oficinas de avenida del Libertador, en Retiro, donde ahora funciona la Fundación Encuentro, que lidera, y le consultan por el armado de una foto del peronismo opositor que pueda mostrar resistencia al gobierno de Javier Milei. Massa sigue de rosca a tiempo completo. Habla a diario con referentes del Frente Renovador que tienen una banca en la Cámara de Diputados, lee dictámenes y estudia el paso a paso de los cambios en laley ómnibus.

Desde el jefe del bloque de Diputados de UP, Germán Martínez, hasta la titular de la bancada de Unidad Ciudadana en el Senado, Juliana Di Tullio, todos mantienen diálogo diario con el exministro de Economía, que también extiende sus charlas a legisladores de otros bloques ligados a los gobernadores que no forman parte de UP.

 

 

Aunque en el massismo lo niegan, en el Congreso aseguran que el propio Massa está detrás de la articulación de una mayoría que pueda rechazar el polémico DNU 70/2023 una vez que llegue al recinto. “Pensamos que fue medio apresurado el llamado a la sesión, pero vamos a trabajar en ese sentido. Habrá que insistir hasta que se consiga el número, hay que marcar posición”, dicen referentes del Frente Renovador en el Congreso. “Está re metido en todos los temas”, apunta un exministro que chatea con el tigrense a diario.

Como es sabido, a principios de enero Massa le dijo a la CGT que consideraba “apresurado” el llamado al paro nacional del 24. En la misma línea que Cristina Kirchner, el excandidato presidencial de UP entiende que hay que darle tiempo a la sociedad hasta que madure el descontento con el gobierno de Milei.

Puertas adentro, advirtió que los números de la encuestadora Analítica, que lidera su cuñado Sebastián Galmarini, mostraban que el Presidente apenas había caído 5 puntos en imagen desde su asunción. Los datos indicaban, en paralelo, una persistencia del enojo de la sociedad hacia el peronismo, más allá de las expectativas que pudiera generar la administración libertaria. “Milei no está pagando los costos todavía. La gente está enojada con todos, con nosotros también”, apuntan en la mesa chica massista. Por eso, Massa recomendaba desensillar hasta que aclare.

La realidad lo empujó a moderar su posición. La medida impulsada por la CGT fue contundente, las bases presionaron a la dirigencia. Massa se mantuvo al margen de la marcha, pero el Frente Renovador movilizó a su militancia. Malena Galmarini estuvo en la calle junto al resto de los referentes del espacio.

La misma tarde del paro, Massa recibió en sus oficinas al diputado Pablo Yedlin, el dirigente tucumano que resistió a las presiones del gobernador Osvaldo Jaldo y no se plegó al éxodo de sus tres excompañeros de bloque. El líder del Frente Renovador se mostró junto a Malena Galmarini, el intendente de San Fernando, Juan Andreotti, y el presidente del partido, Pablo Mirolo.

Antes había autorizado la difusión de las reuniones que mantuvo junto a intendentes del Frente Renovador, en Pinamar, a la CGT y a legisladores propios. Los mensajes públicos del FR apuntaron al rechazo a las medidas económicas del Gobierno y a la reivindicación de algunas medidas que tomó en su paso por Economía, como la baja de retenciones a las economías regionales y a la industria. “Había otro camino”, reza el lema massista.

Hasta ahora, Massa no dio precisiones de cuándo volverá a hablar en público. Parte de la dirigencia de UP había impulsado un encuentro general que se iba a celebrar el 25 de enero en Mar del Plata, pero el evento quedó congelado hasta nuevo aviso. Según pudo saber Letra P, la idea de la plana mayor de UP es esperar “hasta ver cómo termina el episodio del Congreso” para agendar un encuentro que pueda mostrar unidad y respuesta al 44% del electorado que rechazó a Milei en el ballotage y seducir a los desencantados con una muestra de estabilidad.

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