Scioli se apoya en el PJ, con guiños a intendentes y gobernadores

Scioli se apoya en el PJ, con guiños a intendentes y gobernadores
El mandatario bonaerense ensaya una postura de equilibrio con la Casa Rosada y busca abroquelar al peronismo de cara a 2015; "Se puede ser autónomo sin romper", dijo a LA NACION
Hacía rato que una medida de Daniel Scioli no recibía el respaldo enérgico del elenco de intendentes peronistas. La designación del jefe comunal de Ezeiza, Alejandro Granados, al frente del Ministerio de Seguridad fue diseñada como una carambola a dos bandas: accionar sobre uno de los factores concretos que incidieron en el magro resultado electoral y, simultáneamente, enviar una señal directa al PJ, justo en una semana de chispazos en el seno de la campaña kirchnerista.

Con la intención de recostarse cada vez más en el partido y ante la irrupción ganadora de Sergio Massa, Scioli abre el juego a intendentes y gobernadores. Con su prédica gradual, comienza a marcar su propio camino rumbo a 2015, con diferencias con la Casa Rosada incluidas. "Se puede tener autonomía sin romper", dice a LA NACION.

Metido de lleno en la contienda electoral, el gobernador acompaña la candidatura de Martín Insaurralde y, a la vez, intenta abroquelar al peronismo, una misión que intensificará después de octubre. "Nuestra fuerza es la unidad. Tenemos que recuperar el partido. Tiene que ser inclusivo e integrador", sostiene.

Scioli motoriza una reunión del Consejo Nacional del PJ, una cita que ya conversó con mandatarios y dirigentes partidarios. No prevé sorpresas en el temario, sino la confección de un documento en respaldo a las políticas del gobierno nacional.

Aún sin fecha fija, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, barajó la opción del lunes 23 ante un puñado de interlocutores. El lugar tampoco está cerrado. El gobernador ofreció como espacio del encuentro el sindicato de encargados de edificios (Suterh), conducido por Víctor Santamaría. Detallista en el formato de la comunicación, Scioli visitó hace seis días una de las sedes del gremio, en Sarmiento 2034, justo después de asistir al velatorio de Oscar Lescano, el histórico jefe de Luz y Fuerza.

En tándem, está en análisis una reunión convocada por el instituto Gestar, un think tank del peronismo, liderado por el gobernador sanjuanino, José Luis Gioja, que podría realizarse en Santa Fe.

El objetivo de fondo es impregnar dinamismo y otorgarle relevancia al PJ. Seguir, de alguna manera, el trabajo que había fijado Néstor Kirchner poco antes de morir, con encuentros frecuentes en distintas provincias. En la práctica, implica darle volumen político en la antesala de la discusión de un nuevo esquema de poder.

Con ambiciones propias, los mandatarios no dan pasos por adelantado. Evaluarán cómo afecta a Scioli el paso por las urnas y cómo se plantea el vínculo con Cristina Kirchner.

No se rendirán ante Scioli, pero también recelan de Massa. El intendente de Tigre posee, para los caciques más veteranos, dos atributos indigeribles: 41 años, lo que implica un salto generacional que los relega, y una voracidad que los fastidia. "¿Y si no es ni Massa ni Scioli?", lanza, enigmático, un encumbrado kirchnerista, con peso territorial en el interior.

Scioli destaca la visión "amplia" del peronismo. Eso le permite, por caso, cruzar elogios con el cordobés José Manuel de la Sota, quien lo felicitó el miércoles en público por la aprobación del proyecto de juicio por jurados, que ya rige en su distrito. Hubo, además, una conversación telefónica entre ambos. Está convencido de que el regreso al redil del PJ de aquellos que se distanciaron de Olivos será fructífero. "El debate interno hace mejorar la competitividad de las candidaturas", explica Scioli.

Con voluntarismo extremo, minimiza el impacto de un revés en octubre, al decir que sólo se trata de una "elección de legisladores y concejales". Y, aunque esquiva definiciones tajantes, también le quita importancia a un probable triunfo arrollador de Massa: "Ya ha pasado en otros momentos, estas cosas hay que verlas en el tiempo, que es ordenador".

En el sciolismo aspiran a que la máxima ebullición del intendente de Tigre sea en octubre y, con los meses, decline. Así lo definen: "La pelea que sigue es en 24 provincias y a dos años". Apuestan a que la nacionalización de la competencia beneficiará al ex motonauta y que a Massa le costará penetrar en territorios fuera de la provincia de Buenos Aires.

Relativizan, además, la construcción política del Frente Renovador. "Massa tiene un ejército de impresentables, como (Luis) Barrionuevo, (Sergio) Villordo, Juanjo Álvarez, que los esconde, pero son los verdaderos cerebros de la campaña", afirmó, sin matices, a LA NACION el jefe de gabinete provincial, Alberto Pérez. "La gobernabilidad está asegurada. En la Legislatura, tiene un bloque de «tigres de papel»", completó. La magnitud de ese poder de fuego, en definitiva, se verá en el álgido trayecto a 2015..

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