Massa busca enfriar las disputas entre sus aliados bonaerenses

A fin de mes lanzará una mesa para contener las internas en el conurbano

El conurbano bonaerense rara vez ofrece la oportunidad de desbancar a uno de sus barones. Por eso, mientras imaginan a Sergio Massa traccionando sus candidaturas a intendente en 2015, en la tropa del Frente Renovador se aceleran las internas para ver quién tendrá la inusual chance de quedarse con un municipio de la primera o la tercera sección electoral. Una pelea que se extiende, incluso, a los distritos propios del massismo.

El ex intendente de Tigre les dice a sus aliados que prefiere "las tensiones de la expansión a un partido estancado", pero le preocupa que esas batallas pierdan el control y por eso lanzará a fin de mes una mesa provincial del partido, conformada por intendentes, que haga las veces de tribunal para zanjar los conflictos.

La disputa más conocida es en San Isidro, entre el intendente Gustavo Posse y el dúo que conforman la concejal Marcela Durrieu y el senador provincial Sebastián Galmarini. Esta batalla tiene varios condimentos: las críticas implacables que Durrieu dedica al intendente; el aval que Massa le dio a Posse como precandidato a la gobernación, y -obviamente- el componente familiar: Durrieu y Galmarini son la suegra y el cuñado del líder del Frente Renovador.

Con una salvedad: "Massa escucha siempre a los votos. Y en San Isidro los votos son de Gustavo", repiten cerca del diputado.

Durrieu indicó a LA NACION que no será candidata a intendente, lo que deja en primera fila a su hijo Sebastián. La opción entre rivalizar o guerrear con Posse "dependerá de las circunstancias", dicen en el clan, para admitir que Massa definirá los márgenes de la belicosidad.

Otra batalla agravada por el uso de apellidos es la de Hurlingham, donde Rodrigo Álvarez quiere ir a las PASO contra Luis Acuña, intendente desde 2001. Cada uno tiene argumentos para defender su abolengo "renovador". Acuña, porque fue uno de los primeros respaldos territoriales del líder del espacio. Álvarez, porque es hijo de Juan José Álvarez, ex intendente del distrito y actual jefe de campaña de Massa.

El joven Álvarez camina Hurlingham con críticas a la gestión y la renovación generacional como bandera, pero sin caer en una guerra abierta como la de San Isidro. "Quiero ser intendente, no una piedra en el zapato", desliza. Acuña no parece muy preocupado por el hijo de "Juanjo". En cambio, no se guarda nada cuando habla del candidato kirchnerista en su distrito: Juan Zabaleta, la mano derecha de Amado Boudou. "Si este «Tío Rico» se presenta de nuevo, me quedo para enfrentarlo", promete. De lo contrario, podría postular a su hijo Emiliano Acuña. Con sus padres en las tribunas, el duelo promete.

La lista de futuras internas incluye otra con portación de apellido: Noelia Quindimil, nieta de "Manolo" Quindimil (gobernó Lanús a lo largo de ocho períodos) y apadrinada por el senador provincial José Luis Pallares, quiere enfrentar a Nicolás Russo, el ex presidente del club Lanús, que el año pasado derrotó a la lista del intendente kirchnerista Darío Díaz Pérez.

Ambos creen que, de imponerse en la interna y con Massa traccionando su boleta, tienen chances de arrebatarle el municipio a Díaz Pérez, quien en 2011 retuvo su cargo con el 40% de los votos, muy por debajo de lo que cosecharon Cristina Kirchner y Daniel Scioli.

Ese horizonte es el que dispara la libido de los candidatos massistas del conurbano. La oportunidad de vencer a un intendente oficialista se presenta rara vez. Por la razón inversa -retener el poder-, más de un jefe comunal kirchnerista evalúa acercarse a Massa.

En los municipios aliados resta ver qué pasará en Pilar, donde el senador provincial Jorge D'Onofrio espera el permiso de Massa para probar suerte ante el intendente Humberto Zúccaro. En Escobar, tierra de Sandro Guzmán (hoy diputado nacional), el que se mueve con ganas es el concejal Leandro Costa, hijo del senador bonaerense Roberto Costa, cercano a Posse.

El massismo, además, cree que tiene todo para ganar los distritos kirchneristas de Ituzaingó, Moreno y José C. Paz, que padecieron el peso electoral de Massa en los comicios del año pasado.

En los municipios kirchneristas del sur del conurbano, una de las disputas más interesantes es la de Quilmes, que involucra al ex intendente Sergio Villordo y al periodista y concejal Walter Queijeiro.

Otra es la de Lomas de Zamora, entre el rector de la universidad, Diego Molea, y el concejal Gabriel Mércuri, heredero del clan peronista. Claro que todo podría quedar de cabeza si al massismo se suma una tercera corriente: la del intendente (de licencia) Martín Insaurralde..

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