El justicialismo quiere de "madrina" a CFK pero no de candidata

El justicialismo quiere de

Hasta el sector del peronismo bonaerense que se alejó de la ex Presidenta, ahora pretende reunir lo que supo ser el FpV para el 2017 con una interna Scioli-Randazzo

En un bar de Palermo, hace unas tres semanas, comenzó el Operativo Acercamiento. De un lado de la mesa, los "moderados" del Grupo Esmeralda, referenciados con Martín Insaurralde (Lomas de Zamora); del otro, los cristinistas del Instituto Patria, con Jorge Ferraresi (Avellaneda) como vocero. El reencuentro del peronismo bonaerense de las antípodas de lo que supo ser el FpV en su época de gloria electoral, posibilitó la foto días después en Lobos, cuna de Juan Domingo Perón, en el primer aniversario de los comicios que perdió el justicialismo provincial después de 28 años.

 

 

En lo inmediato, la unidad (frágil, aún) fue acordada para hacer causa común ante el Presupuesto 2017 de María Eugenia Vidal y un endeudamiento otra vez récord, ahora de $ 95.000 millones. Pero con la posibilidad de supervivencia más allá del actual debate parlamentario, frente a un massismo que ya negocia cargos en un revalidado acuerdo con el Cambiemos bonaerense. En el PJ derrotado ya sueñan con recomponer el aparato electoral para las legislativas. Con una condición: que Cristina Fernández de Kirchner no sea candidata.

 

 

La ex Presidenta anoche aterrizó, otra vez, en Aeroparque proveniente de su "lugar en el mundo", El Calafate. Su regreso desde Santa Cruz, de nuevo, es por una cita judicial (ver Página 6), esta vez para responder las preguntas del juez Julián Ercolini que investiga la obra pública durante su gestión. Como anteriores vueltas, la militancia cristinista, con La Cámpora y Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella como convocantes, llamó a "acompañar" a la ex mandataria en su presentación judicial. No montaron un escenario, por lo que no habrá un discurso. Enfocada en sus vaivenes judiciales más que los electorales, por Twitter, Cristina Fernández de Kirchner denunció ayer, citando al sitio web El Destape, que otro juez que la acusa por el dólar futuro, quiere aprovechar su ausencia en el sur para allanar su casa de Río Gallegos.

 

 

Independientemente del futuro procesal de Cristina Kirchner, con una Casa Rosada que también se debate la conveniencia de que vea el 2017 en prisión, los "dialoguistas" del Grupo Esmeralda volvieron a considerar a la ex mandataria como A.L. (Antes de López, José y sus bolsos). La foto de la semana pasada en Lobos se equiparó con la que la ex Jefa de Estado logró el pasado abril, cuando convocó a los alcaldes a su Instituto Patria. Faltaron los mismos antes que ahora (Alejandro Granados y Mario Ishii). El resto, incluso los enojados, aún con "la lapicera" electoral que benefició a La Cámpora, a regañadientes asistieron, sin tener aún en claro el recorrido del Gobierno y la oposición de cara a las legislativas.

 

 

Sin embargo, hoy pesa una certeza: Cristina, cerca pero lejos. Aún con las excavadoras en las propiedades de Lázaro Báez, en la tercera sección electoral, otrora bastión K del Conurbano, la ex Presidenta ostenta 40 puntos de imagen. Según la medición de un municipio en el que ya no la quieren. "Ella debería ser una ‘madrina’ de unas PASO en la que juguemos los peronistas, de un lado y el otro", auguran en un distrito vecino. Una hipótesis que entusiasma a varios: concertar la frustrada interna entre el derrotado presidenciable Daniel Scioli, hoy casi tan kirchnerizado como Sabbatella, con Florencio Randazzo (que está buscando el apoyo de alcaldes para su regreso y Máximo Kirchner le acaba de mandar un guiño). Para no desnivelar la ecuación, Cristina Kirchner debería quedar exceptuada de la fórmula. Una estrategia electoral de tantas que se evaluarán en los próximos meses.

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